tag:blogger.com,1999:blog-27153032648143298972024-02-19T05:24:42.694+01:00La recirterieDocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.comBlogger61125tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-34114911461420760232011-03-25T20:23:00.002+01:002011-03-25T20:40:02.600+01:00Ojos verdesAgradecer a todos los pesados y pesadas que creen en la novela, y que intentan que sea algo más que una serie de personajes que compartir en una tarde de café, o una cena ligera. Parece ser que el señor Marcos Carabal tiene más ánimo que el autor (sabida es su cabezonería), y no hay dia que me ponga en el estudio a revisar cosas de Martin o de Carpintero de Ribera (si, primera noticia de la tercera en discordia), sin que vea el mogollón de ojos verdes y los cuadernos de tapa oscura. Los dibujos y todas las críticas guardadas sobre ella, y la sensación de tener que dar el final a algo que se alarga demasiado.Pero, sinceramente, no quiero...<br /><br />Quienes conocéis el inicio de todas las historias y habéis leido las peripecias de Marcos y Natalia, podéisintuir q es un proyecto bastante más grande que el de Martin (si comparas 5 años que lleva en marcha ojos verdes con los 5 meses que costó la del estudiante disecado, puedes hacerte una idea), y eso trae consigo mucha documentación, releer, reescribir, retocar una y otra vez. Puedes leer una frase en la que se haya invertido media hora sumando diferentes ratos. Y bueno, digamos que no quiero lanzarla asi como asi. (hay una persona que ha visto hasta el último capítulo en plan borrador, asi que existir, existe...) Pero.... pero que si, que dentro de nada posiblemente no haya vuelta atrás y vaya a costar encontrar tiempo de inspiración.<br /><br />Quien la quiera la novela entera, que la pida por privado. Lo que hay escrito no tengo ya problemas en enseñarlo. Lo que queda por escribir, hasta el día que vaya a Madrid a elegir plaza, tiene de plazo (valga la redundancia y rebuznancia) para escribirse. Ni un día más, ni menos.<br />Y quien se la sude, que sepa que el que avisa no es traidor, tengo mucha confianza (la cual no suelo mostrar publicamente) en esta historia.<br /><br />Un saludoDocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-31471972381252934382011-03-01T15:55:00.004+01:002011-03-01T16:04:48.893+01:00Noticias de MartinBueno deciros que hace tiempo que Martin también está registrado en la propiedad intelectual, y que tras terminar la edición limitada de ser distribuida el segundo borrador ha arrancado con más fuerza si cabe.<br /><br />Es peliagudo y bastante más complicado que crear de la nada, ya que lo que persigues es dar una vuelta de tuerca a engranajes teóricamente revisados y establecidos. Pero bien, estoy imvirtiendo tiempo en ello, y disfrutando que es lo importante. Verlo desde arriba me hace percibir todo de forma mucho más global que cuando estás creando a pie de historia. En este segundo ejemplo los personajes son los que ponen trampas al autor, y muchos de ellos tienen una fuerza que puede desviar la historia de sus cauces.<br /><br />Llegados a este punto tranquilizar a los lectores del primer borrador con que el día 6 está bastante cambiado. Digamos que se ha hecho más liviano (sacrificando un poco de teatralidad y abstracción), por un lenguaje más sencillo y continuista de lo que anteriormente se puede leer en el libro. Aunque no ha perdido su esencia.<br /><br />Aure sigue ganando protagonismo, y se ha eliminado una escena que un par de vosotros me habéis hecho ver que era innecesaria y añadía confusión. (aquí solo puedo disculparme, ya que no es fácil muchas veces estar viviendo con ellos momentos de tanta tensión y obviar el impacto que ciertas decisiones pueden tener en el lector). Asi que está más depuradito.<br /><br />Todo este rollo para deciros que en un par de días (antes del fin de semana seguro) ya está el segundo borrador. Quien lo quiera, que lo pida y lo envió por mail.<br /><br />Gracias!!! Un saludo!DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-19368936514219409202011-02-09T02:28:00.001+01:002011-02-09T02:28:46.767+01:00Entropía Energía<div><p><p><p>Bueno, suelo dejar mensajes que mi yo del futuro lea. Por casualidad he caído en el de Entropía.</p><p> </p><p>Esto pensaba hace justo 2 años:</p><p>Digamos que me pierdo entre la entropia. Un sin fín de miradas capaces de empujarme a un nuevo caos me rodean.... Distraído, intento no formar parte de su plan macabro para arrastrarme lejos de mi propio control. Y, sin quererlo, al intentar evitarlas, estoy cambiando la trayectoria de todos aquellos que buscan evitarme a mi también, generando una suma de pequeñas situaciones caóticas secundarias a mi determinación.</p><p> </p><p>Así pues, parece ser que lo mejor es dejarse chocar y chocar y chocar y chocar.... con la seguridad de que posiblemente, el choque que nos aparte del caos, llegará más por el azar de más de un golpeo, que por la huída hacia adelante que consite el querer llevar el control de "tu realidad".</p><p> </p><p>Dicho esto, choquemos ^^.</p><p>----------------------------</p><p> </p><p>Ayer mismo (vuelta a la realidad) hacía esta misma reflexión.</p><p>------------------------------------------</p><p>Otra reflexión:</p><p>Se que es normal entre los bloggers el jugar a sacar a relucir sensaciones, pensamientos y escenas cotidianas que pueden ser adornadas por gente bastante aplicada en la escritura y/o lectura.</p><p>Yo no tengo esa facilidad para relatarME, pero si que puedo dejar notas perdidas para que quien piense que son útiles las lea. Ya aviso que ojalá todo el mundo tuviera las fuerzas y/o ganas (lo siento, pero no considero el tiempo un factor determinante ya que conozco a gente que lucha por mantener un blog perdiendo horas de sueño), de enriquecernos con sus impresiones, relatos y/o vivencias.</p><p> </p><p>Considero más interesante pasarme por los blogs de la gente que conozco, por algunos flickr, fotologs y deviants arts que mirar media hora la televisión. Se que es una opinión presunciosa, ventajista y demagoga; pero es asi de cierto.</p><p>Y si estas palabras las lee alguien que dudaba en qué hacer, mi experiencia personal es que te aporta mucho más tener varias charlas invisibles con gente inquieta y de mente despierta (hojeando sus proyectos y sus impresiones), ver algún corto o videoclip de alguno de sus enlaces, o simplemente alentar a que sigan manteniendo con vida sus blogs... que lo que puedas sacar de anónimos y pintorescos descerebrados EEG plano que ocupan parte del tan valioso tiempo.</p><p> </p><p>Se que es un mundo desconocido para muchos (lo cual me gustaría decir que me sorprende, pero es lógico... es bastante incómodo leerte una parrafada, o intentar empatizar con algo que sabes importante para alguien si tu no estás predispuesto), pero yo os animo a intentarlo. A preguntar o rebuscar entre páginas de vuestros amigos y agregarlas a favoritos.</p><p> </p><p>A cualquiera le da más que lo que puedas perder pasando la publicidad o viendo avete tu a saber que estupideces se dicen en la caja tonta.</p><p>Es una reflexión que dejo para dentro de dos años. A ver que ha cambiado.</p><p>.........................................................................</p><p> </p><p>Last words: Como mi yo del pasado dijo, la entropía es tan impredecible, que se vuelve moldeable. Predisposición a ser entrópico. </p><p>Predisposición a chocar con todo lo que te rodea, y si has de chocar mucho con una persona, carrera, proyecto... ten claro que sólo aumentas la energía que se liberará más adelante. Y en cualquier intereacción no hay nada mejor que la energía.</p><p> </p><p>Así que dos palabras para dentro de dos años.</p><p>Entropía Energía</p><p> </p><p>Bona nit gentuza =)</p><p></p><p></p></div>DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-73464131949969952182011-02-08T19:16:00.004+01:002011-02-08T21:05:40.537+01:00William & Wallace... Dos no son multitud (primera parte)La incipiente cabellera oscilaba lentamente con el viento, marcando su perfil cetrino en el horizonte. La perilla perfectamente recortada se ajustaba a su gesto de preocupación. El sombrero de ala ancha bien calado, y las botas de vaquero por montera.<br />Un personaje anacrónico y anácroto, veía con serenidad como la tarde caía en el embarcadero de Ruginesti, a orillas del lago Izvorul Muntelui.<br /><br />Podría engañaros, y deciros que Rumanía Central es uno de los parajes más bellos del planeta, pero sinceramente, era una soberana miércoles. (En Rumano, miércoles= mierda)<br />Días aburridos pintados de verde oscuro, seguían a otros tan grises como el dicromato potásico. Los árboles quedaban en grupos de cinco o seis, aquí y allá. Pero poca cosa, casual. De vez en cuando una vaca, o media carretera, que se esforzaban por edulcorar la sosería supina del lugar.<br /><br />Y allí estaba, apartado de cualquier esperanza de entablar contacto con la sociedad, un exmilitar amante de la literatura llamado Juan Carlos Rodríguez Gimeno. A sus treinta y tres años, vivía una fuerte crisis de identidad, que sabía sólo iba a poder superar cuando sobrepasase la edad de Cristo. Todavía faltaban unos meses para cumplir los 34, y su largo peregrinaje, iniciado un día como otro en el que pensó que podía ser Jesús de Nazaret; le había llevado hasta la pequeña aldea del lago.<br /><br />En unas semanas había aprendido el dialecto local, cazado el primer mapache nigeriano y dominado la receta de testículos de cabra. (en la que la dificultad residía en la falta de los mismos).<br /><br />De hecho, nuestro héroe era un ganador (otra de las razones que apoyaba su posible destino de Mesías), hábil aceitunero y feroz buscador de piedras grises. Rocas sin característica alguna. De esas que sólo con dar dos pasos te encuentras miles. De las que llegas a exclamar: "Oh Dios cuánta roca joder, oh por favor, ya está bien". Exactamente de ese tipo de mineral. Incluso les ponía nombre a cada una de ellas.<br />"Oh, hola sombrero setecientos cuarenta y ocho Stevens... ¿cómo está la familia?" ´(Setecientos cuarenta y ocho Stevens era una piedrecita que estaba pasando un mal momento, ya que su madre parecía estar degenerando en gravilla, y no encontraban la cura).<br />Conocía a más de un millón de pequeñas rocas, y recordaba todos sus nombres. Otra habilidad digna de entonar un "pater nostri que en los cielos te encontri".<br /><br />Los lugareños intentaron reconvertirle al palmismo (culto consistente en aplaudir cada vez que querían pedir algo a Dios), pero comprometido como estaba con su posible futura misión, decidió seguir observando con indiferencia la estúpida letanía de gente aplaudiendo a un lado y a otro.<br />Mas no se podía decir que no estuviera integrado. Vivía en unos maderos cerca de las pequeñas canoas que flotaban como hojas secas en un charco sin agua. Y hacia ellos se retiraba, después de no haber pescado ni medio lémur inglés.<br /><br />Sin duda era una época difícil para esperar a que Dios decidiese darle una señal, y más en aquel paraje perdido de su misma mano. Barro, matojos, y la compañía de Horóscopo treinta y cinco marfil y Bibiana sesenta de Madagascar (dos de sus rocas favoritas), era todo lo que tenía.<br /><br />Terminó de avivar el fuego tal y como le habían enseñado en el ejército (lanzando a su interior tres ejemplares del diario de Ana Frank), y se dejó caer en el frío suelo, tapándose con los maderos que tan poco le cobijaban. Reposó la cabeza sobre hojas de sauco, y comenzó a discutir con sus acompañantes, deseando que le asaltase el sueño.<br /><br />Juan Carlos: Bibiana, hoy estás especialmente hermosa.- suspiró.- Me recuerdas a una prostituta tailandesa que conocí en San Petersburgo.<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />Juan Carlos: ¡Lo sé lo sé Horóscopo! - murmuró por lo bajo.- Estúpido celoso.<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: ¡Ah claro! ¿¡Ahora es culpa mía que tu mujer vista como una puta!?-<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: De verdad, no sé como os soportáis. ¡Vuestra relación está basada en una mentira! - les lanzó cenizas todavía calientes.-<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: ¿Os pensáis que no os escucho cuchichear en silencio? -<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: No sois ni la mitad de agradables que cabellera de mapache sesenta y cuatro Johnson y luna llena mil siete. - miró al cielo - Ellos si que eran una pareja con quienes discutir de las lindezas de la vida cotidiana.<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />JC: ¡¿Cómo?! -<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />JC: ¡No, no! ¡Repite eso ahora mismo! - se había levantado colérico.<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />JC: Tu mujer tiene mas huestes que tu, Horóscopo. (En Rumano, hueste= huevos). -<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: Mira Bibiana, conozco a un par de pizarras de buena familia que podrían interesarte.- reflexionó.- Eso sí, deberías ir más recatada.-<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />JC: ¿Hablas en serio? -<br /><br />Bibiana 60: ....<br /><br />A Juan Carlos se le iluminó la mirada. Se acercó distraídamente a las dos piedras, y con un movimiento brusco, se hizo con una de ellas y la lanzo lejos en el mar mientras gritaba.<br /><br />JC: ¡Siiiiiiii! ¡JAJAJAJAJA! ¡Hasta luego Horóscopo! - abría los brazos mirando al horizonte sobre el que caía la luna.- ¡Ahora los renacuajos te usarán como pista de patinaje! ¡La más baja humillación posible!- al tiempo que se jactaba del final de su conocido mineral, un par de ancianas aplaudían en silencio en sus casas.<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: ¡Oh! ¿¡Qué haces aquí!?- se agarró la cabellera asustado .- Entonces... ¡Bibiana! -<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: Si te soy sincero me alegro de haberla lanzado. Nos iba a dar problemas.-<br /><br />Horóscopo 35: ....<br /><br />JC: ¡Joder y yo también la amaba! -<br /><br />Horóscopo 35: .....<br /><br />JC: No pienso hacer nada. Ve tu mismo a buscarla .- dicho lo cual se volvió a tumbar y cerró los ojos, intentando conciliar el sueño.<br /><br /><br />A unos metros, una roca permanecía invariable ante las acusaciones del hombre. La misma pose que los últimos dos meses. Horóscopo 35 de marfil era un fiel conversador.<br />Finalmente, JC cayó en un estado de sueño ligero, mezcla de arrepentimiento por Bibiana y preocupación por como amanecería para Horóscopo sin ella.<br /><br /><br />La noche avanzó sin demasiada prisa. Sacando animales del bosque de sus hogares, organizando redadas de cereales y limpiando con rocío a todo aquel que hubiera humidificado sus mejillas antes de acostarse. Llegada la madrugada, Horóscopo 50 impactó sorpresivo sobre uno de los tablones que cubrían al vaquero. Éste dio un respingo, y adoptó la pose "ataque nocturno felino tuerto", que en tantas ocasiones le había salvado la vida. Un hombre le miraba con curiosidad, con el gran lago a sus espaldas.<br /><br />Desconocido lanza piedras a tablones: Hola. Vengo a salvarte.- pensó con detenimiento sus palabras, mientras JC lo admiraba en silencio.- Mi nombre es Jesús. Jesús Valle Conrado.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-91597421583485096562011-02-04T21:14:00.002+01:002011-02-04T23:42:10.007+01:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, dia 5 parte 2 de 2<p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">La tarde avanzaba ajena a las vidas de los estudiantes. Impertérrita, desplazaba los segundos, minutos y horas, alrededor de una estrella que se quería consumir. Aburrimiento generalizado, sonido de hojas volteándose, alguna garganta inflamada reclamando protagonismo, y bolígrafos rodando por las frías mesas. Pero poco más. Hasta el cerebro de un participante en un reality show, tenía más actividad que el interior de la biblioteca aquella tarde. Exageración anotada y revisada. Crítica destructiva necesaria. Licencia expedida.<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"></span>Aure contemplaba con recelo lo poco que se movía cerca de él y de Martin. No dejaba de pensar en la revelación que había hecho Sonia, poniendo en peligro al pobre estudiante disecado. No se permitía sentirse culpable, aunque en el fondo sabía que parte de culpa le pertenecía. Habían alterado todo aquello que antes era inmóvil, sencillo y rutinario. Siempre había consecuencias. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"></span>Sonia había despertado con la conciencia martilleándole también. Prefería no haber escuchado nada. Querría estar al lado de Aure y Martin, y esperar que los acontecimientos lo pusieran todo en su sitio, como siempre había hecho. Esperar. Observar una derrota tras otra. Pero sin arriesgarse a perder. Cuando lo hacías, siempre había consecuencias.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"></span>Lorena añoraba al bibliotecario. No sabía ni el cómo, ni el porqué. Un flechazo adornado con las dosis justas de heroísmo y locura, la habían cautivado. No quería reconocerlo, pero era la primera vez que se exponía a poder enamorarse. Y por muy vieja que se fuera, tras tal insensatez, siempre había consecuencias.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"></span>Luis Eduardo miraba el techo. El cuello comenzó a dolerle y movió las cervicales de un lado a otro esperando aliviarse. En el giro hacia la derecha, vio como un lápiz pedía auxilio en el suelo. Se agachó para rescatarlo, y al volver la cabeza, vio las partes íntimas de una compañera de proporciones hípicas. Y épicas. Ese era el riesgo de mirar el techo, siempre había consecuencias.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes"></span><span style="mso-tab-count: 1"></span>Paris vino a romper el frenesí de actividad. Llevaba tiempo pensando en cómo volver a abordar a Aure. Necesitaba que de una vez entrara en razón, y si no actuaba pronto, la situación pasaría a no tener retorno. Vio como Rex y su amigo admiraban las maravillas del nuevo portátil, y supo que no advertirían su ausencia. No obstante, se levantó como lo haría una hoja con el viento. En pocos segundos estaba frente al sorprendido chico de gorro rojo.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Tenemos que hablar.-<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Luis Eduardo seguía girando la cabeza observando las diferentes esquinas del techo. Lorena ponía un oído en la conversación, pero sin dejar de lado su aventura. Sonia caía dormida.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Por qué?- había esperado este momento toda la mañana.- ¿Rex no es lo suficientemente hombre para empollar una bola de ciprés? – es lo mejor que se le había ocurrido tras pensarlo detenidamente. Ciertamente, estaba muy preocupado por Martin como para ser ingenioso.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: ¿Cuándo vas a hablarme en serio?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Siempre lo hago.- se sintió ofendido.- De hecho, esta es <strong>TODA</strong> mi seriedad. – señaló una pelusilla de su gorro rojo y se la comió.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Pues hablemos tu idioma.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Cómo?-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: ¿Qué pensarías si te dijera que un mapache sin pinturas de guerra no puede establecer tácticas de campo por la falta de pulgares?- el tono de la interrogación fue decayendo, demostrando que no tenía la más remota idea de que estaba diciendo. Sin embargo, y para sorpresa de la mujer, hizo su efecto.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Que hablase con los castores. Son grandes estrategas, y unidos bajo la misma bandera, temibles-. Contestó con la mayor franqueza que pudo.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Resulta que los castores tienen un líder muy orgulloso. Comedor de abedul y nadador de deltas vírgenes.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Entiendo… Suele ocurrir con los castores, que de forma cíclica, llegan al poder<span style="mso-spacerun: yes"> </span>personajes demasiado orgullosos. – Se paró para reflexionar.- La virtud está en encontrar que motiva su ego. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Pensé que mantener la presa sin fisuras era suficiente para cualquier castor…- se daba un respiro, necesitaba acostumbrarse a aquello.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Para el australiano sí. El suizo, sin embargo, recela de cualquier orilla que no haya transitado. Y ya no hablemos del eslovaco…-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¿Es sobaco?-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Es axila.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Ah! Menos mal…-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: … - perdía la esperanza de llegar a conseguir algo.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡No obstante!<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: ¿Qué?-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Cuáles son las motivaciones del mapache?- parecía tener una idea preclara de lo que quería decirle la chica. Ésta supo que tenía que afinar con la respuesta.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Ocultarse para encontrar la puerta trasera del cubículo de serpientes.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡Serpientes! ¡Sabía que hablábamos de ellas! –<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Estaba claro.- seguía girando la cabeza.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Pero quería asegurarme.- miró algo contrariado al chico.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Bueno, a mí me lo ha chivado Martin. Pero me daba vergüenza que se me notase.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-: minor-latinfont-family:Calibri;color:black;" ><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Hablando de Martin… - era su oportunidad.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡Chst! Nunca menciones a las serpientes y cambies de tema. Un viejo manuscrito sobre vudú húngaro nos advierte sobre ello.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Lo estuve leyendo ayer.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Y qué tal?<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Muy bien, gracias.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: De nada.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Puede que Martin esté relacionado con las serpientes.- hizo una pausa para enfatizar sus palabras.- Puede que esté en el cubículo.- Aure dio un respingo.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Martin está aquí. Mírale que expresión más viva, que brillo en sus ojos.- se convencía tocando el brazo de su compañero.- Está a lo suyo como de costumbre... pero no le veo sufrir el acoso de serpientes. Definitivamente no. – suspiró aliviado.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Pues sí que hay serpientes que quieren sacarlo de <strong>AQUÍ</strong>.- miró hacia la puerta de la biblioteca, todavía sin cambios. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Pero no decías que estaba en el cubículo?-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Todos lo estamos.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Eso es absurdo. Esto no es un cubículo de serpientes. Mira la cantidad de libros. De todos es sabido el odio que tienen los reptiles por la prosa. – negaba continuamente.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Y por la poesía. No olvidéis que el arte mayor es una de sus principales frustraciones.- apuntó con algo de untuosidad. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Lo desconocía.- quedó pensativo. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Sí, sí. Endecasílabo el reptil que muere por servil. Eso pone en sus tumbas.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Bien pensado, es lógico.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"></span>Paris no podía soportarlo más. Ni ella misma sabía ya que quería decir. El chico que tanto se vanagloriaba de su recién recuperada amistad con Martin, parecía no estar dispuesto a escuchar toda la verdad. Era cansado y arriesgado enfrentar su relación, con la cuenta atrás que se había detonado el día anterior. Había que dejarse de dar rodeos.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Aure, si no hablas con Rex, Martin está perdido.- Luis Eduardo cejó su movimiento, Lorena cerró el libro y Aure pasó a mirarse las manos, avergonzado.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: No hablamos el mismo idioma. – suspiró.- Él juega al golf con las pelotas que yo uso para construir universos.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: ¡Nadie sensato habla tu idioma!-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Luis Eduardo, ¿las isobaras son indicadas para la pasta al dente?- <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Depende de si las albóndigas están bajo el influjo de un anticiclón.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Ahí lo tienes.- mostró con orgullo a su amigo.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: ¡Pero es un descerebrado!- señalaba incrédula al chico de corrector dental bizarro, que había retomado su oscilación contemplativa de todo lo que estaba sobre sus cabezas. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Coincido. –<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Sonia: ¿Qué sucede? – despertaba en los momentos álgidos. Un sexto sentido narcolépsico. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Sonia, a ti te escucha. Dile que arregle lo sucedido con Rex antes de que ya no haya vuelta a atrás.- las dos mujeres se observaron. Lentamente. Escrupuloso escrutinio de las motivaciones de cada una. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Un silencio travieso pasó a envolverles a todos. El contrapunto de realidad, que quería rescatarse a sí misma del flujo de la discusión. Lorena y Luis Eduardo aguardaban en un segundo plano, visto que Paris había recurrido a su última esperanza de conseguir un acuerdo. La pirata sin embargo, acaparaba el protagonismo. Sabía la verdad sobre Martin, y también entendía que Aure no quisiera verla. De hecho, era demasiada responsabilidad para ella. Un sueño terrible la asaltó, y en pocos segundos dejaba de ser una baza para Paris.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Oh joder. –<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: La has presionado mucho. Su mente es frágil, necesita descansar.- se levantó y acarició con dulzura el pelo de Sonia. Un ligero remordimiento recorrió a Paris, que decidió negarlo gritándole.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Paris: ¡Desisto! ¡Tienes lo que queda de tarde para despedirte de Martin! – no esperó réplica alguna. Su figura se balanceaba graciosa mientras se alejaba de la escena. Aure se separó unos metros de la corsaria, en un vago intento de detener a Paris. Demasiado tarde, demasiado orgullo. Volvió a su asiento, bastante confuso y preocupado por Martin.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">El día quería llegar a su fin, mostrando el incesante goteo de alumnos que abandonaban las salas. Las estanterías vaciándose y Gertrudator haciendo lo pertinente con el cargador. Hoy todavía no había mutilado a nadie. Una mala racha.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena no dejaba de darle vueltas al conflicto en el que la tenían inmersa. Su tranquilidad pintada de gran cetáceo albino, la devoraba y la asfixiaba en una pequeña isla instalada en el estómago de sus novelas. Sabía que era un viaje sin retorno, el dejar entrar al anhelo al mismo nivel que el resto de decisiones conscientes. Pero no podía olvidar a JC. Su única forma de recuperarlo era protegiendo a Martin. Tenía que actuar.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Veo lo poco que aprecias a tu amigo.- Aure cada vez estaba más apesadumbrado. Perdido.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: A usted que más le da.- en el fondo, la niña vieja sabía que tenía razón.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: A ti te gusta esta chica con la que discutiste. ¿Me equivoco?-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Puede volver a la lectura? No sé a dónde pretende llegar.- No iba a permitir que le molestasen más, y menos de forma gratuita.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: No, gracias a vosotros no puedo volver a mis libros. Ojalá pudiera.- reflexionó sobre la carga de sus palabras.- Pretendo salvar a Martin, hacerle ver a la chica lo equivocada que está con el estúpido de gafas verdes y recuperar a Juan Carlos. ¿Ha quedado meridianamente claro niñato?- Aure recibió la bofetada torciendo el gesto. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Las personas mayores no dicen tacos.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Vete a la mierda anormal.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Anormal! – Respiró para no contestar.- Así sólo me llaman en casa, está prohibido que me lo digan fuera… <span style="mso-spacerun: yes"></span>- una punzada de dolor recorrió a ambos. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Oye, lo siento. Por favor, necesito que los dos colaboréis.- <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¿Es divertido?- ya había olvidado lo sucedido segundos antes.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Claro que lo es. Es muy divertido. – le guiñó un ojo.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Ohhhhhh! ¿¡Has oído Aure!? – respiraba entrecortadamente.- ¡Es MUY divertido! – Aure hacía como que no les escuchaba. Seguía perdido entre Martin y la larga cabellera rubia. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: ¿Y bien?- <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: …- tragó saliva y orgullo.- Le escucho.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Así me gusta.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Bien! ¡Yo también le escucho! Bueno, aunque no quisiera, como estoy tan cerca la escuchaba igualmente.- puso cara de evidencia. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Eso es lógico, gran puntualización amigo.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Gracias, en ocasiones no controlo mis pensamientos.-<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Ya…- se rascó la frente.- Os voy a contar que haremos mañana si pretenden llevarse a Martin. Acercaros.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Calibri;"></span></o:p></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Los dos chicos atendieron confidentes a la niña vieja. Sonia seguía durmiendo, y la biblioteca quedándose sólo con sus asistentes más fieles. La tarde disparaba horas con la velocidad de quien necesita volver a su refugio entre las montañas. Esconderse en el horizonte hasta el día siguiente.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Volde se fue el primero, mostrando una sucia sonrisa a la mesa de Martin. Su pelo graso era adornado con un acné rebelde, que poco dejaba a buen recaudo en su rostro. Una sudadera oscura llena de pequeños agujeros (todos menores a tres chinímetros), conjuntaba con el vaquero gastado y las botas raídas. Incluso podría decirse que de él emanaba un hedor a pantano camboyano. Aunque se pueden decir tantas cosas, que es aventurado afirmarlo.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Al poco, Rex aferró la cintura de Paris, mostrándola orgulloso por toda la biblioteca. Su interés por la chica oscilaba dependiendo de con quién estuviera. Ella, parecía no advertirlo, o no querer hacerlo. A la postre, mismo resultado.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Pasaron cerca de los chicos como acostumbraban. Altivos y sonrientes. Cualquiera hubiera dicho que ninguna preocupación les azotaba, excepto por el momento en el que Paris vio como Aure le negaba su presencia. Un poco de tristeza para adornar tanta falsa complicidad. Precio justo tras intenso regateo.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Esta vez Aure fue el último en abandonar la sala. Lorena y Luis Eduardo habían repasado todo lo comentado, cómplices de nuevo. Sonia marchaba sin entender nada, pero con unas cálidas caricias que su inconsciente si había registrado. Aún podía huir un poco más.<o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Gertrudator apuntaba con desgana a Aure mientras éste recogía sus pertenencias. El chico de gorro rojo, pensaba en las innumerables ocasiones en las que había fallado a la gente que se preocupaba por él. Veía a Martin como un último bastión al que defender. Se resistía incluso a abandonarlo aquella tarde, pero no estaba en su mano decidir sobre ello. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;">Dio unos pasos y un ligero gemido le hizo detenerse en seco. Fue un breve “ahhh” que sonó a su espalda. Allí donde solo estaba Martin. Iba a girarse cuando un disparo pasó silbando en sus oídos. Aterrorizado, captó la indirecta y dejó atrás a su compañero disecado de biblioteca. <o:p></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Calibri;"></span></o:p></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Calibri;"></span></o:p></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><o:p><span style="font-family:Calibri;"></span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><o:p><span style="font-family:Calibri;"></span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><o:p><span style="font-family:Calibri;"></span></o:p></span></p>DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-34228027113789267912011-02-03T22:24:00.000+01:002011-02-04T23:42:10.007+01:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, dia 5 parte 1 de 2<p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Aure se había levantado más temprano de lo acostumbrado para acercarse a su biblioteca favorita. Aquel edificio en el cual su mejor amigo, el constante y trabajador Martin, le había demostrado el valor de confiar en quiénes te importan.<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Un laberinto interminable de libros y aventuras esperándole. Luis Eduardo, Sonia, Lorena y el loco de Juan Carlos, podían transformar cualquier rutina en un canto a la sinrazón.<span style="mso-spacerun: yes"> </span>El optimismo del que ríe.<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Andaba distraído tocando los setos que quedaban a su derecha, saboreando las texturas del ciprés. Todo era maravilloso. El cielo azul, los coches grises, la acera con el ladrillo naranja al que esquivar de un salto. Insectos bola que jugaban al póquer en la siguiente esquina, con el recelo del artrópodo oscurantista, honrando la memoria de vacas vírgenes Ucranianas. Una señora mayor comprando un helado a su nieto, mientras éste sonreía nata, chocolate y fresa. Incluso los cóndores habían leído un comunicado en prensa, anunciando que habían pasado de ser treinta especímenes, a treinta y tres. Nada podía ocurrir que empeorase aquél día en el que todo eran pies derechos. Hasta que la vio a ella.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Paris andaba cogida del brazo del informático, que parecía haber acentuado todavía más sus rasgos marciales. Desde la distancia, los ángulos de su rostro se volvían líneas obtusas chocando contra la belleza de la chica. Aferrada como un koala sin cerebro al resplandor del eucalipto. No sabía que le molestaba más, si el que ella hubiera preferido a Rex, o que éste no valorase quién le profesaba admiración. Posiblemente fueran ambas cosas. La disyuntiva que le planteaba el amor le conseguía destrozar un ejército de pies derechos.<span style="mso-spacerun: yes"> </span></span></span><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>“Aure ella no ve en ti lo mismo que tu en ella”, lo cual era una obviedad muy molesta como punto de partida. ¿Pienso en qué quiere ella de un chico? No, no me rebajaré hasta ese nivel. ¿Busco como destruir a Rex? Por supuesto.<span style="mso-spacerun: yes"> </span>¿Sutil o sincero? Lo que me salga en el momento. <span style="mso-spacerun: yes"> </span>¿Y Paris qué pensará? Que soy idiota, pero lo piensa igualmente. ¿Debería simplemente olvidarla? Eso es huir, y no sabes hacerlo Aure. ¿Qué haría Martin en tu lugar? Esperar pacientemente. Martin, un hombre sabio. ¿Y mientras tanto Rex disfrutando de ella? Lo siento Martin, pero eso es inadmisible. Rex en sí es inadmisible, nos hace sufrir. ¿Nos? <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Perdido en una de sus muchas discusiones mentales, no había advertido como la pareja había llegado a ponerse a su nivel, dispuestos a entablar una conversación que se advertía fétida. Olía mal sólo con verles las caras.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Rex, eres un vacio fragmento de metano que cristaliza en la fosa nasal de un lémur tuberculoso. – sublime. Ambos le miraron más agrios si cabe.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Rex: Mira chaval, me das pena. No esperes que te conteste. No VENIMOS a eso. – Paris parecía acompasar sus palabras con un ligero balanceo de cabeza. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: No podrías contestarme. Técnicamente, debería someterme a una lobotomía con un escarabajo del medio oeste americano, para aspirar a mostrar un mínimo interés en ti.- se ajustó el gorro de lana rojo.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Rex: Andrea, ¿es necesario que escuche a este tío?- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Aure, eres muy muy tonto. No creas nos apetece tener que decirte esto, pero te necesitamos. – el informático de gafas verde “Space Invaders” suspiró. Aure les observó algo perplejo. Comprendió que necesitaba tiempo para escucharles, así que agarró una bola de ciprés y se la ofreció.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Toma.- la puso en las manos de Paris. Sintió la piel de la muchacha, y un cortocircuito agarrotó ligeramente sus dedos. – Observadla atentamente, y cuando de ella salga un pollito amarillo me termináis de contar esto de que “me necesitáis”.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Rex: Te dije que era un idiota.- pasó por su lado chocando el hombro con el del chico, lanzándole al suelo. Andrea parecía agacharse para ayudarle a ponerse en pie.<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Se paró a unos centímetros de su cara.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Paris: Debes olvidarlo de una vez y colaborar. Martin TE necesita.- dicho lo cual pasó sin mostrar la más mínima calidez. El chico permanecía en el suelo, ridículo y estúpido, sin ganas de pensar si era merecedor de todo aquello. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Quería correr, correr lejos de casa. Correr sólo y sin compañía. Unas pocas palabras acerca de recuerdos, con la cabellera rubia de la mujer, habían sobrado para llenar de hollín su día maravilloso. La única huida posible era la de la biblioteca. Quizás sus amigos hicieran que todo volviera a revertirse. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Apoyó sus brazos en el murete de la derecha, y se incorporó lentamente. A lo lejos, Paris y Rex ya habían girado la esquina que les lanzaba contra el gran edificio de paredes ocre. La mañana seguía brillando con la misma intensidad, los helados derritiéndose con sonrisas y las palomas apoderándose de los coches mal aparcados. Todo exceptuando una larga cabellera rubia era amable. Confiaría pues en su pie derecho, y volvería a andar.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><o:p><span style="font-family:Calibri;"> </span></o:p></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Parada a cinco metros de la puerta de la biblioteca, Gertrudator admiraba la cristalera, aferrada a un ariete medieval que le servía de apoyo físico, y moral. Los estudiantes guardaban una distancia prudencial, sabedores de que iba a repetirse el ritual de tantas otras ocasiones. Volde saludaba efusivamente a Rex, sin siquiera reparar en Paris, que los observaba distraída. Luis Eduardo y Sonia todavía no habían llegado. Lorena (la cual en días anteriores había pasado inadvertida para sus ojos), leía Moby Dick por enésima vez apoyada en un viejo banco de metal, ajena a todos los estúpidos que ella pensaba que le rodeaban. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Gertrudator fue cogiendo carrerilla lentamente. De nuevo se lanzó con todo su peso contra las puertas de cristal, impactando el afilado ariete y haciéndolas saltar en mil pedazos. Cuando comprobó que ya estaba abierta su amada biblioteca, pulsó el botón 1 de su teléfono móvil, marcación rápida del cristalero.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Todos fueron entrando con la normalidad de quiénes se sienten anónimos al mundo. Linealidad para cubrir asientos libres. Espectadores que trabajaban duro sin querer contaminarse de complicaciones. Completos seres incompletos. O al menos así les veía Aure. Pero no le caían mal, ya que pensaba que en el fondo todos veían su propia aventura llena de personajes incompletos. Y ser secundario de muchas historias, era casi peor que pasar sin ser descubierto. Precisamente uno de estos secundarios le faltaba aquella mañana.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Había caído en la cuenta de que si Gertrudator volvía al trabajo era porque Juan Carlos no estaría con ellos. Quizás la vieja había decidido volver sin más, pero mucho se temía que lo ocurrido el día anterior pudiera tener la culpa de su ausencia. No sabía si alegrarse o entristecerse, ya que el extremo psicodélico en que terminaban todas las acciones del cowboy, podían complicarlo todo hasta hacer la situación irrespirable. Y en estos momentos, él sólo quería estar un buen rato con su gran amigo Martin, compartiendo reflexiones y escuchando las conclusiones del estudiante disecado. También se alegraba por Luis Eduardo, del que abusaba sin mucho sentido. Que gran amigo Luis Eduardo. Él y sus dos bicicletas eran casi tan agradables como Martin. Poniendo todo en una balanza, parecían buenas noticias que Juan Carlos no estuviera aquella mañana. El tiempo le daría o quitaría la razón.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Entró esquivando los cristales que seguían esparcidos por el suelo, haciendo el mismo recorrido que los últimos días. La estantería de Historia de España a la izquierda, la mesa central con estudiantes alicaídos a su derecha, y al fondo, la espalda de Martin, aplicado en el estudio. ¡Qué alegría! Ver al estudiante disecado le hizo volver a sonreír. Apretó el paso para llegar lo antes posible, sin percatarse de las miradas que Sonia le lanzaba a unos pocos metros.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡Hola compañero! – se sentó a su lado.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista de matrices que resolver por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡Oh! ¿Sigues con las matrices? – una sonrisa de ingenuidad afloraba del muchacho. - ¡Pero no hace falta que te esfuerces tanto hombre! Además, ayer por la noche estaba tan contento que las terminé yo sólo. – parecía un pequeño pavo inglés.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista de matrices que resolver por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-TRAD" lang="ES-TRAD"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Trae.- las quitó de debajo de la mirada del chico, dejando sus antiguos apuntes al descubierto. - ¿Ves? Ahora pareces más aliviado.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Voz de chico: Sí, eso parece.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡Luis Eduardo! ¡Amigo! ¡Hola! – se tocó nerviosamente el gorro como señal de respeto.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Hola Aure! ¡Hola Martin! – fue a coger sitio enfrente de ellos. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Qué te cuentas amigo, buen amigo mío? – recordaba el vuelo magistral de la tarde anterior. Al fin y al cabo, había destrozado el portátil de Rex. Un acto de heroísmo sólo alcanzable por alguien tan superlativo como era Luis Eduardo.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Me siento fantástico! – dio unos pasos de bachata a un lado y a otro antes de sentarse.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡Eso parece! ¡Bravo! –<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Bravo! – <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: ¿Vais a estar mucho más tiempo así? – la niña vieja había vuelto a camuflarse entre sus novelas. Ahora aparecía para cortar un momento tan bueno como aquél. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: No, gracias a ti.- le puso cara de nubarrón, y terminó de sacar sus apuntes.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Hola anciana. Me llamo Luis Eduardo, y tengo dos bicicletas. – mismo ritual que acostumbraba.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡Hola! ¡Dos bicicletas! ¡Qué suerte! – se rascó la barbilla.- yo tengo una.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Eso también es un poco de suerte.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Si. Definitivamente si.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Se quién eres. ¿No me recuerdas de ayer? - le miraba de soslayo, haciendo como que no le importaba la respuesta. El muchacho de corrector dental bizarro se acercó todo lo socialmente aceptado, y apretó la cara para ayudarse a pensar.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Ayer era usted mucho más joven. – parecía aturdido.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Eso es por Juan Carlos.- El nombre del bibliotecario se clavó en la joven anciana. Fijó los ojos en el muchacho de gorro rojo, y todo el desprecio que unas falsas arrugas te permiten expresar pasó a inundar su rostro. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¿Dónde está?-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Sonia: Dicen por ahí que lo han expulsado. Hola Aure.- los rizos se escondían entre sus orejas de pirata. Lorena levantó el labio inferior, conteniendo una réplica.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: oh! Eso es muy triste. – paró unos segundos para reflexionar.- Creo que le echaré de menos, aunque ahora mismo no lo sé seguro.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Hola Sonia, no te había visto.- rizos queriendo ocultarse.- ¿Por dónde lo dicen?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Sonia: Por ahí.- señaló a la mesa de Rex, Volde y Paris. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Ayer tuve mala suerte y me choqué contra el ordenador de ese chico. – También señaló al informático.- Quizás debiera pedirle disculpas.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: No creo que debas. Y Martin tampoco.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Pues si Martin no lo cree, tendrá razón.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: ¿Han dicho algo más? – no pudo seguir esperando a que el ritmo basal de esa conversación, la llevara ante las respuestas que esperaba.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Sonia: Muchas cosas. Cosas malas de Martin también.- no quería empezar la mañana con aquello. Pensaba que el tiempo pondría todo en su sitio, y era mejor estar feliz que seguir complicándose. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure, Luis Eduardo: ¡De Martin! – se giraron para mirar al estudiante aplicado y disecado.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: <span style="mso-spacerun: yes"> </span>¡Oh pobre!¡Mírale que preocupado está ahora!-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Martin tranquilo que yo tengo dos bicicletas! –<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: ¿Y se puede saber que son “cosas malas”? -. Habían conseguido que volviera a dejar de leer su novela favorita.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Sonia: Dicen que pronto se llevarán también a Martin. Que no es higiénico tenerlo aquí.- la tensión casi le hizo perder el conocimiento. Cerró los ojos esperando caer dormida, pero nada ocurrió esta vez.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¡¡¿QUÉÉÉÉ?!! – los aplicados jóvenes de su alrededor carraspearon incómodos. Muy temprano se formaba alboroto en la misma mesa de siempre.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Sonia: No se Aure. No he querido escuchar mucho más, no me caen bien.- se alineó junto a ellos, buscando el cobijo de su continuo naufragio. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Mierda, ese bastardo no puede dejarme en paz.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: ¿Y de Juan Carlos hay alguna noticia? – le dolía pronunciar su nombre, pero ansiaba tener la máxima información posible.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Sonia: No creo que vuelva a venir. Ya os he dicho que no se casi nada. – deseaba dormirse – Mejor volvemos a estudiar.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿Volver a estudiar? ¿Y dejar a Martin a su suerte? – cogió el hombro del chico.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: No te preocupes amigo, nosotros te protegeremos. –<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Yo no quiero que le pase nada a Martin. Aure estoy un poco preocupado. –Apoyó el codo sobre la mesa y se dejó caer. Había perdido toda la vitalidad con la que se había presentado aquella mañana. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Es comprensible. Pero mientras estemos juntos, resisitiremos.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Resistiremos!<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Contad conmigo.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: ¿A su edad podrá soportarlo?<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Tengo 19 años.- suspiró.<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: ¡Guau! Dentro de dos años seré así de viejo. – le señalaba sin pudor.- Eso debe ser lo que llaman “mayor de edad”.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Oh por favor.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Aure: Bueno, si usted piensa que podrá ayudarnos, bienvenida sea.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Lorena: Lo hago por Juan Carlos imbécil.- <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Luis Eduardo: Todas las razones son buenas para ayudar a Martin.-<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;"><span style="mso-tab-count: 1"> </span>Los jóvenes se apretaron más si cabe al estudiante disecado, cerrando filas. Sonia hacía tiempo que dormía al no poder con todo aquel ajetreo. A lo lejos, Rex y Volde parecían estar conspirando contra ellos. Paris estudiaba ajena a todo, bastante cansada de estar en medio de las estúpidas tormentas de adolescentes. <o:p></o:p></span></span></p><p style="MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="COLOR: black; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-style: italic"><span style="font-family:Calibri;">Gertrudator anunció su vuelta disparando su rifle de francotirador contra un boli que un chico golpeaba repetidamente contra la mesa. Un silencio sepulcral pasó a inundarles durante unas horas. Los marinos de Moby Dick sabían que luego vendría la tempestad. <o:p></o:p></span></span></p>DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-87888973932151606072011-01-31T01:47:00.004+01:002011-02-04T23:42:10.008+01:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, dia 4 parte 2 de 2Sonia saltaba de un lado a otro disparando nerviosismo. La indiferencia de Lorena (nuestra niña vieja) hacia todo aquel que no fuese JC, se estaba convirtiendo en una constante sin regresión y sin lineal. Moby Dick y un estudiante disecado, terminaban de acompañar al todavía apesadumbrado Aure.<br /><br />La niña pirata de ojos esmeralda se sentó junto a él, y le miró como lo haría un pingüino islandés sin permiso de residencia. Es decir, con la cara de aquél que sufre una intoxicación leve por anfetaminas. Estaba tan tensa que si no empezaba a hablar, pasaría al mundo REM que tantas veces la atacaba.<br /><br />Sonia: Es tan emocionante... - Aure bostezaba sincero.<br /><br />Lorena: Eso parece. -<br /><br />Sonia: ¿Y usted quién es? -<br /><br />Lorena: ........ - resignación.<br /><br />Aure: Es una vieja cascarrabias, no le hagas caso Sonia. - un poco de orgullo debajo del gorro rojo.<br />Lorena: Tengo 19 años. Iros de <strong>MI</strong> mesa si sólo queréis molestar.-<br /><br />Aure: ¿O qué? ¿Llamarás al bibliotecario? - el sólo nombrar a Juan Carlos, fue suficiente para que la niña vieja claudicara. Todavía pensaba en él.<br /><br />Sonia: Aure yo sólo quiero contarte lo maravilloso que es Martin... - miraba directamente al estudiante disecado, con una mezcla de admiración y respeto.<br /><br />Aure: Deberías olvidarle. Es lo mejor para todos. - pasó una hoja de sus apuntes, sin tan siquiera levantar la vista de las anotaciones que se amontonaban en los desordenados márgenes.<br /><br />Sonia: ¡¿Pero cómo vamos a olvidarnos de Martin?! - sentía que pronto iba a caer dormida. - ¡Mírale! ¡Es un luchador! -<br /><br />Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Lorena: ......- carraspeó.<br /><br />Aure: Estoy de acuerdo anciana.-<br /><br /><br />Sonia no podia creer lo que escuchaba. Aure estaba derrumbado, perdido debajo de lana escarlata, y nadando entre boligrafos mordidos. Martin, aquél a quien tanto admiraba le había fallado, y por extensión él lo hacía con todos los demás. Se prometió no dejar que aquello avanzase, aún a riesgo de entrar en un profundo coma. No quería ver a Aure así de triste.<br /><br />Sonia: ¡Martin está vivo! Por favor Aure, deja de lloriquear y escúchame... - cogió su mano, y un relámpago la atravesó.<br /><br />Sintió que la desconectaban, y vio como el mundo volvía a desvanecerse justo cuando más necesitaba permanecer despierta. Docenas de imágenes de tantos ridículos sufridos durante su vida la llevaban a los brazos de Morfeo. El primer beso, las primeras caricias, su primera vez, su primera ruptura... todo iba precedido de un profundo sueño.<br />La rabia que sentía en aquellos momentos, contaminó la dulce melodía REM que la sacaba de escena. Apretó fuerte la mano del chico y sus ojos volvieron a abrirse.<br />¡Lo había conseguido! ¡Por fin escapaba de su prisión! Estaba exultante de alegría, mirando todo a su alrededor como si fuera el único superviviente de un accidente de avión. Tanta emoción terminó por sobrepasarle y volvió a dormirse. Un pequeño Oasis sin REM.<br /><br />Lorena: Tienes unos amigos muy extraños.-<br /><br />Aure: Son compañeros de biblioteca. Y se están volviendo bastante molestos con esto de Martin.- señaló con su boli al estudiante disecado.<br /><br />Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Lorena: No veo el problema en que quieran sacarte de tu error. - seguía leyendo, muy interesada en las aventuras del capitán Nelson.<br /><br />Aure: ¿Pero usted qué sabe? ¿No quiere que la dejemos tranquila?-<br /><br />Lorena: Sólo cuando te reconcilies con tu amigo ellos dejarán de molestarme.<br /><br />Aure: No puedo reconciliarme con un muerto.<br /><br />Lorena: No lo está. - levantó la vista hacia Martin.<br /><br />Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Aure: Pruébelo.- la miró desafiante.<br /><br />Lorena: No soy yo quién puede hacer eso. Está en tu mano creer en ti mismo. - un halo verde la envolvió, aprendiz de Jedi.<br /><br />Aure: Mire.- cogió un papel, lo arrugó, y con fuerza, lo lanzó hacia la cabeza de Martin. La bola de celulosa realidad rebotó cómicamente contra el estudiante disecado y cayó en la mesa.<br /><br />Lorena: Mira.- cogió un papel, lo arrugó, y con la fuerza de una persona anciana, lo lanzó hacia la cabeza de Aure. La bola rebotó contra el gorro, cayendo cerca de su predecesora. El chico las miró decepcionado. Sin embargo, no cejó en su empeño.<br /><br />Aure: Oye Martin, resuélveme este problema de matrices encadenadas. - puso un folio justo debajo de la mirada del estudiante disecado.<br /><br />Martin: (gesto compungido y pensativo, una larga lista de matrices que resolver por delante).<br /><br />Lorena: Oye Aure, tradúceme este texto al japonés, que he de entregarlo en unos días en la escuela de idiomas. - Pasó otro folio hacia el chico que tenía delante. Una suerte de paralelismo se cruzaba entre la mirada de Martin y Aure.<br /><br />El estudiante de gorro rojo no terminaba de entender el porqué tanto interés en su decepción. Sólo conseguían recordarle una y otra vez, la imagen de Martin en el suelo, inerte, quimérico. Deseaba escapar de tanta intromisión gratuita.<br /><br />Aure: Será mejor que me vaya a otra mesa.-<br /><br />Lorena: <strong>ÉL</strong> volverá a sentarse a tu lado. Es lo que tienen los amigos, que son leales a pesar de como se den las cosas. - otra sentencia más. Sólo le faltaba el mazo y la toga para ajusticiarles a todos.<br /><br />Aure: ¿Usted vio lo que sucedió? - sabía que se arrepentiría de nadar entre los recuerdos del día anterior.<br /><br />Lorena: Todos lo vimos. - hizo un círculo invisible con el dedo, englobando a los estudiantes que aún resistían a las llamadas del té de media tarde. - Martin cayó al suelo con poco estilo, es cierto, pero supo esperar la ocasión, era un ataque poco estudiado y con ninguna posibilidad de éxito.<br /><br />Aure: Esto es absurdo. ¿Usted también va a intentar convecerme? -<br /><br />Lorena: Yo...-<br /><br />Un grito demencial los sacó a todos de su letargo. Incluso Sonia despertó con el alarido. Las cabezas se volvían hacia la entrada de la biblioteca, donde un enajenado Juan Carlos tocaba los tambores de guerra. Él y Luis Eduardo se habían pintado el rostro a dos colores. William & Wallace.<br /><br />Luis Eduardo había decorado con plumas de palomos una de sus dos famosas bicicletas, y montaba orgulloso en ella. JC seguía gritando alternando agudos y graves, recién salido de las Montañas Rocosas.<br /><br />JC: ¡Vamos Conrado! ¡No podemos fallar! -<br /><br />Luis Eduardo: ¡No podemos no!-<br /><br />Aure se había acercado a ellos con incredulidad. Sabía que no había nada que hacer por JC, pero no entendía que hacía el chico del corrector dental bizarro envuelto en plumas de palomos y con la cara pintada de azul y blanco. Los demás ya habían cerrado los libros, esperando alguna actuación como la del día anterior. Otro nuevo e improvisado circo.<br /><br />Aure: ¿Qué se supone que estáis haciendo?<br /><br />JC: Terminar el plan que ayer inició Martin.<br /><br />Luis Eduardo: Yo no lo sé, pero me parece divertido pintarse la cara.- sonreía por defecto.<br /><br />JC: ¡Conrado céntrate por Dios! ¡No vuelvas a echarlo todo a perder! - seguía tocando unos timbales imaginarios.<br /><br />Luis Eduardo: ¡Yo me centro! Pero es que a veces cuando me lo paso bien me distraigo. - volvía a sonreir encogiéndose de hombros.<br /><br />JC: No hay lugar a la distracción Conrado. Sólo tendremos UNA oportunidad. Si fallamos, volverás a cargar con toda la responsabilidad, como en Laos'84. - mirada cetrina.<br /><br />Luis Eduardo: Yo no quiero que eso pase.<br /><br />Aure: Chicos, no se que pretendéis, pero dejadlo de una vez. - les dio la espalda para volver a su asiento. El resto de asistentes esperaban impacientes a que algo sucediera.<br /><br />Luis Eduardo: Quizás debemos dejarlo para otro día. Ya nos hemos disfrazado, y ha sido divertido.- hizo un amago de bajar de la bicicleta que Juan Carlos frenó con su dedo acusador.<br /><br />JC: Llegaremos hasta las últimas consecuencias maldito bastardo.<br /><br />Luis Eduardo: No me gusta que me insultes.<br /><br />JC: Ni a mi. Demuéstrame que el verdadero Conrado camina conmigo, y no me volveré a ver obligado a hacerlo.<br /><br />Luis Eduardo: Pues lo intentaré. Vale, hagámoslo.-<br /><br /><br />Juan Carlos volvió a tocar los timbales mientras danzaba de forma enfermiza alrededor del chico que montaba la bicicleta emplumada. "Ha-hwook-ha-hei" repetía una y otra vez. Las manos de Luis Eduardo se aferraban al manillar, dispuesto a lanzarse contra su objetivo. Conocía la señal, y había pasado a esperarla ansioso.<br /><br />Lorena: ¡Esperad! - la niña vieja se había unido a la pareja de escoceses de biblioteca.<br /><br />JC: ¡Usted! -<br /><br />Lorena: Ha-hwook-ha-hei comandante.- Un brillo enfermizo salió de sus ojos. Por primera vez aparentaba los 19 años que verdaderamente tenía. Juan Carlos la observó fugazmente, con una devota atención. Embelesado y en un estado de éxtasis, hizo más profundos y guturales sus cánticos. Perdido en un instinto arcaico, el baile que rodeaba a Luis Eduardo comenzaba a ser demasiado intenso. Había que empezar antes de que todo se complicase más.<br /><br />Sonia: ¡No sin mi! - la joven pirata había cogido unas ceras de la zona dedicada a los preescolares, pintándose toda de verde esmeralda. - Soy la única que comprendió el mensaje de Martin. ¿Recuerdas Juan Carlos? No puedes hacerlo sin mi.-<br /><br />JC: No quería involucrarte. Es muy arriesgado, y puedo asumir el perder a Conrado, pero no a nadie más.<br /><br />Luis Eduardo: ¡Yo no quiero perderme!<br /><br />Lorena: Ha-hwook-ha-hei Conrado. ¡Valor! -<br /><br /><br />Aure daba la espalda a todo. Sentado en su sitio, miraba de reojo a Martin, deseando que sucediese algo que sabía imposible. Volder y Rex se mofaban del cuadro que formaban aquellos locos en la puerta de la biblioteca. Paris luchaba por no moverse de la silla.<br /><br />Sonia: Recordad lo que dije ayer a la salida. Seré yo quien lleve a Martin. -<br /><br />JC: Pero... - su rostro blanco y rojo se pintaba de decepción.- Yo NECESITO demostrarle a Aure que se equivoca. Es una cuestión de honor.<br /><br />Lorena: Llegará su momento comandante, estoy con la corsaria.- de nuevo palabras sabias.<br /><br />JC: Es usted una caja de sorpresas señorita.- asintió y se descubrió ante la joven.- Está bien. Empecemos.<br /><br />Ambos cómplices de la locura, arengaron a Luis Eduardo mientras Sonia corría hacia Martin. Los timbales resonaban de fondo entre la expectación general. La corsaria llegó al asiento del estudiante disecado y comenzó a moverlo hacia Rex sin levantarlo de la silla. El joven postmoderno de gafas verdes esperaba otro esperpento para zanjar la tarde. Una nueva estupidez de la que poder hablar de vuelta a casa. Aure escondía los ojos en el gorro rojo, muerto de vergüenza.<br /><br />Juan Carlos: ¡Vamos Conrado vuela como el viento! ¡¡Vuela Libre!! ¡Piensa en nuestros compañeros caídos en Uzbekistán! -<br /><br />Lorena: ¿Estuviste también en Uzbekistán? - le miraba perdida.<br /><br />JC: Es posible.-<br /><br />Lorena: Oh.-<br /><br />Juan Carlos: ¡Ataca pequeño gorrión sin alas! - empujó la bicicleta emplumada.- ¡Barbitúrico mal ingerido por un castor sin esófago! ¡Vas a morir! - señaló a Rex, mientras Luis Eduardo se lanzaba hacia él, recorriendo el pasillo a gran velocidad.-<br /><br />Lorena: ¡Ha-hwook-ha-hei Conrado! -<br /><br /><br />El chico de corrector dental bizarro iba perdiendo plumas con cada pedalada. Pasó como un relámpago dejando a Aure a un lado, que miraba temeroso la escena. Apenas 30 metros lo separaban de su objetivo.<br /><br />Sonia corría al mismo tiempo llevando a un petrificado Martin hacia Rex. Las modernas gafas verdes ya reflejaban al estudiante disecado. Aferraba su portátil con el proyecto que llevaba tiempo desarrollando para una empresa informática en plena ejecución. Paris se alejó instintivamente de la catástrofe. Volde se alisaba el pelo graso en la otra esquina de la mesa. Pero nadie perdía detalle de lo que estaba a punto de suceder.<br /><br />Juan Carlos: ¡Es el momento! ¡Vuela como el viento Conrado! ¡Ha-hwook-ha-hei! -<br /><br />Luis Eduardo hizo chocar la bicicleta contra la esquina de la mesa situada justo antes de la del informático. Soltó el manillar y salió propulsado hacia él, mientras pensaba en lo divertido que estaba siendo todo aquello.<br /><br />En el tiempo que Luis Eduardo volaba, Sonia había enfrentado a Martin con Rex. Susurró algo al oido del estudiante disecado, mientras el chico palomo pasaba sobre ellos. De pronto, todos los corazones dejaron de latir. Rex soltó el portátil que con tanto celo protegía por no poder siquiera bombear sangre a sus manos. Volde permanecía con las manos pegadas en el pelo. Paris torcía el cuello, intentando convencerse con otro ángulo de lo que estaba viendo. Aure esbozó la sonrisa más sincera que jamás había sentido en sus labios.<br /><br />Juan Carlos y Lorena se abrazaban con una inusitada pasión. Luis Eduardo cogía con su mano izquierda el portátil, descendiendo hacia la pared que ponía fin a la biblioteca. Sonia dormía plácidamente, con la imagen de Aure feliz danzando en sus sueños. Y Martin...<br /><br />Martin había abierto los ojos y miraba atentamente a un Rex congelado de terror. Los guiñó un par de veces antes de volverlos a cerrar. Justo en el momento que Luis Eduardo chocaba contra la pared, usando como protección el portátil que saltaba destrozado en mil pedazos. Juan Carlos corría hacia ellos eufórico.<br /><br />Juan Carlos: ¡Si! ¡JAJAJA! ¡Conrado ha muerto! - Luis Eduardo se levantó sosteniendo la pantalla de plasmas que se había separado del teclado. Un gran moratón había aparecido en su frente blanquiazul.<br /><br />Luis Eduardo: ¡No he muerto!-<br /><br />Juan Carlos: ¡Oh! - se paró en seco.- ¡¿Sigues vivo?! - atónito contemplaba al joven emplumado.<br /><br />Luis Eduardo: ¡Si! ¡¿No es genial?! - sonreía muy satisfecho de lo que había hecho.<br /><br />Juan Carlos: ¡No! ¡No lo es! - reflexiónó en silencio mientras Rex seguía mirando atónito a Martin.- Al menos hemos jodido al comunista bastardo éste. - se dio la vuelta con ceremoniosidad y se fue directo a estrechar la mano a Aure.<br />Éste estaba exultante. ¡Martin estaba vivo! ¡Lo había visto! ¡No había lugar a dudas!<br /><br />Paris miraba a Sonia. Al parecer la chica pirata sabía algo que nadie había entendido antes del estudiante disecado. Su gesto relajado entregado a Morfeo lo confirmaba. Se alegró de que alguien asi se preocupara de Aure. De alguna manera la locura había puesto todo en orden de nuevo. Rex salió del estado de shock al fin.<br /><br />Rex: ¡Qué! ¡¡¿Pero que habéis hecho idiotas?!! - el portátil se desangraba a unos metros, con un distraído Luis Eduardo que intentaba volver a montarlo en vano. - ¡Mi trabajo! ¡No lo tenía en ningún otro disco duro! - se levantó furioso dirigiéndose hacia el pobre Luis Eduardo, dispuesto a darle una buena paliza. Un par de figuras se interpusieron al instante. Aure y JC protegían al chico que esperaba con sumisión los golpes.<br /><br />Aure: Nunca nadie más volverá a ponerte una mano encima Luis Eduardo.- miraba con agresividad a un Rex no TAN decidido.<br /><br />Juan Carlos: Conrado es débil. Enfréntate a mi, valiente copia Wachowskiana.- puso su dedo índice sobre la frente del joven, que lo apartó con violencia y les ladró con fiereza.<br /><br />Rex: ¡Mañana no estarás aquí loco hijo de puta! ¡Pienso hablar con mi padre y te expulsarán de tu puesto! ¡Y tendréis que pagar esto! - se dio la vuelta, cogiendo su mochila y a una incrédula Paris, que no tuvo mas remedio que seguirle.<br /><br />Lorena contempló a la pareja marchándose entre el asombro general. Aure y JC ayudando a Luis Eduardo, y su mesa de nuevo libre para poder leer con tranquilidad Moby Dick.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-58170311394149409752010-12-22T04:48:00.000+01:002010-12-22T04:49:04.827+01:00El gordo de Navidad<p>Hace tiempo que no escribo, un pequeño descanso y negro sobre blanco para vosotros :).</p><p>Os voy a contar una historia, con personajes que en su mayoría fueron reales y en un pequeño número lo siguen siendo. Son 4 minihistorias que hay que leer para entender la trama final.<br /></p><p><br /></p><p>Mi <strong>primera revelación</strong>. El gordo de Navidad es un señor mayor que vive en la Malvarrosa. Le recuerdo abriendo el bar "Horchatería Tio Pepe" (horchatería venida a menos, bar venido más a menos, aunque con la sana costumbre de abrirse todos los días). Como decía, es un hombre que te sonríe por defecto. ¿Os lo describo? ¿Cómo le imagináis? Que cada cual se pase por la Malvarrosa si quiere verle con sus propios ojos ;).</p><p><br /></p><p>El tío Pepe te dice todas las mañanas de sorteo de Navidad: "L'únic premi que jo vull es no tancar el bar" (el único premio que yo quiero es no cerrar el bar). Le preguntas por el sorteo y se hace un lío con los números que lleva anotados en una vieja libretita, donde apunta de memoria el precio de dos cafés, y con suerte el de una horchata. (eso si, granizada y de chufa). Los tertulianos del bar (cinco a lo sumo) reniegan del viejo televisor, el cual sigue con sus dos únicas frecuencias (la buena y la mala). El gordo de Navidad tiene 3 hijos y les ha criado a la orilla del mar. Su mujer falleció dando a luz al tercero. El tío Pepe solo quiere que no le cierren el bar.</p><p><br /></p><p>................</p><p><br /></p><p><strong>2</strong>. El gordo de Navidad es una mujer del barrio del Cabañal que vende cupones de la ONCE. (no le he llamado la gorda de Navidad por deferencia con una señorita). Merceditas siempre ha recelado del sorteo de mañana. Las veces que me la crucé, me sentenciaba con altivez las miserias que muchas personas pasaban día a dia en ese mismo barrio. Que ella lo oía todo. "Que estic cega, pero no tonta, i ací hi ha gent que passa molta fam".</p><p>Ella vende cupones esperando repartirles suerte. Merceditas es real, se que está en la nueva parada de metro del Cabanyal. Si queréis que la describa, lo hago, pero prefiero que se presente ella misma.</p><p>La gorda de Navidad (lo he dicho muy bajito para que no se entere, que los invidentes tienen oidos finísimos) es una mujer que adora los gatos. Vive en una de las viejas casas que dan al paseo marítimo de la Malvarrosa, y resulta que fue la esposa de un gran empresario valenciano. Cuentan que amasa una gran fortuna, pero sólo lo cuentan, nadie lo escucha. Y eso es porque todos los del barrio saben que está empeñada en repartir suerte entre los necesitados que la rodean. Es anónima, es solitaria, y no le gusta que el protagonista sea el sorteo de mañana. Aún así, se levantará como cada día a las 6 para llevar la suerte fresquita como ella dice. Que poco más le importa en esta vida.</p><p><br /></p><p>......................................................</p><p><br /></p><p><strong>3</strong>. El gordo de Navidad son los propietarios de la carnicería Casinos. Antiguos compañeros de la facultad de económicas, sin licencia y con una planta baja mal heredada en la misma avenida Malvarrosa.</p><p>Ellos te muestran con orgullo una hoja garabateada mientras eliges mortadela con o sin olivas. Una hoja con las operaciones (reales) estadísticas, por las cuales han elegido los números que venden. Saben que si trabajaran en bolsa acabarían con dinero suficiente para cerrar la carnicería, dejar paso a un gran almacén, y salir del barrio en busca del chalet con vistas al mar.</p><p>Mis abuelos siempre me insistían en que les recordase comprar "uno de cada" de los décimos de Casinos.</p><p>Hace poco dieron un 5to premio. Dos carniceros de Valencia.</p><p>Siguen aconsejándote que mortadela debes elegir cada mañana.</p><p><br /></p><p>........................................................</p><p><br /></p><p><strong>4</strong>. El gordo de Navidad es una familia que tuvo que emigrar desde Albania y ahora trabajan en la tienda "Demoda", gracias a que Consuelín les ha enseñado a coser como si fueran hijas suyas. La madre y las dos hijas tienen la sonrisa de la gratitud perenne. El padre y su gran bigote, se desloman cargando cajas un día tras otro, con algo de resignación, pero con buena salud, ya que haber estudiado medicina en su pais ha tenido sus ventajas. Ahora sabe diferenciar el Lumbago de una contractura.</p><p><br /></p><p>.........................................................................</p><p><br /></p><p>El gordo de Navidad es la mañana en la que Sheima (una de las hijas de Yaban, nuestro todoterreno) va a hacer la compra y se encuentra con Merceditas. Ésta le insta a comprar un número que seguro que sale en "los ciegos", que lo ha soñado, que le haga caso por el amor de dios.</p><p>Sheima tiene el dinero justo para pasar por el bar y comprarle un bocata a su padre, y parar en la siguiente esquina e intentar que le dejen la mortadela a buen precio. Niega con amabilidad a la vendedora de cupones, que termina reconociéndola.</p><p>- Tu no eres la xiqueta del metge? (¿tu no eres la hija del médico?).</p><p>Algo sorprendida, Sheima asiente, ajena al extenso conocimiento que Merceditas tiene sobre varios centenares de personas que viven entre aquellas calles.</p><p>- Sou bona gent, tin, te'l regale. (sois buena gente, toma, te lo regalo).</p><p>La mujer termina por darle el número que dice que saldrá en el sorteo de esa noche. Con algo de apuro, Sheima lo guarda en el bolsillo y continua su camino hacia el bar tio Pepe.</p><p><br /></p><p>El tio Pepe comenta con su sonrisa socarrona el mal partido del Valencia (se rumorea que es del Levante, aunque muchos aseguran que tiene el pase del equipo blanquinegro guardado como oro en paño). Al tio Pepe le gusta que su gente se mezcle con estas trivialidades. Su bar se mantiene vivo, y su bar es su vida.</p><p>Sheima pide un bocadillo de atún con olivas y espera paciente a que se lo compongan.</p><p>La ceremoniosidad del tio Pepe es deliciosa. Trata al pan como si fuera un recién nacido al que le pones por primera vez unos pañales. Salpica de aceite aqui y allá, y finalmente corta finas las olivitas.</p><p>Junto al bocata ofrece un décimo de lotería, "que seguro toca" a la niña. Ésta le contesta con una mirada de indefensión que casi le hace sentirse mal. Pero el Tio Pepe, es un hombre de principios, y cree firmemente que regalar algo es una ofensa para el que recibe el regalo (sobretodo en circunstancias como las descritas), asi que le propone un trueque.</p><p><br /></p><p>- Dame ese cupón, que eso nunca toca. Toma, quédate este décimo de lotería. (buen cambio, un cupón de 250 pesetas por un décimo de 3000).</p><p><br /></p><p>Sheima no es asidua a los juegos de azar, asi que no termina de comprender la diferencia entre uno y otro. Asiente con gratitud, sabiendo que es todo lo que lleva en los bolsillos para pagar la sonrisa del señor. Éste le guiña el ojo, como lo haría su propio abuelo y continua con su tarea de criticar al Valencia. ("Com t'anava diguent Ximo, eixe Mendieta no val ni per a cullir taronges...").</p><p><br /></p><p>Nuestra protagonista cruza la calle y entra en la carnicería, algo apurada porque el paseo está durando más de lo previsto. Allí la reciben dos locos y una antigua clienta, cortando la carne en lonchas muy muy finas; que a la señorita "Fina", le gusta muy muy fina.</p><p><br /></p><p>- ¿Pero el qué le gusta Fina?! Srta Fina?! -</p><p>- Ui mare, descarats.-</p><p><br /></p><p>La mujer se va con una sonrisa que recuerda a tiempos de postales con bañadores de cuerpo entero, y deja el turno libre para Sheima. Saca su nota de la compra y entre ella y varias monedas de cien pesetas, deja el décimo del Tio Pepe.</p><p><br /></p><p>- Hombre! Eso te lo ha vendido ese señor de alli... ¿A qué si Sheima? - Carlos, el más joven (y más calvo) señala hacia la otra esquina.</p><p>- Si... Bueno, me lo ha regalado.-</p><p>- Ay... Tio Pep, Tio Pep - Vicent empieza a entonar una canción típica valenciana aprovechando (como era de recibo) cualquier excusa. - Ayyyy de muro que ens portaràs tio Pep, tio Pep tio Pep, tiiiio Pep...!- sale a la calle y señala al viejo horchatero que nunca ha terminado de entender a ese par de locos.</p><p>- Tio Pep Tio Pep, tio peeeeeeeep... - los brazos abiertos para terminar saludando al genuino Tio Pepe imitando a la Fallera Mayor de Valencia.</p><p><br /></p><p>Mientras Vicent terminaba su interpretación, Carlos ha convencido a Sheima para que le cambie la papeleta. "Hazme caso, éste toca seguro".</p><p>08180 vaya número más raro. Le gustaba más el otro, que tenía un número de cada.</p><p>Carlos casi se lo mete él mismo en los bolsillos, y se suma al saludo falleresco de su compañero. Nadie les mira desde la otra esquina, pero están contentos. Saben que mañana harán felices a muchas personas.</p><p><br /></p><p>Sheima sale con una sensación de irrealidad algo liviana. El décimo sonríe desde dentro de su bolsillo.</p><p><br /></p><p>¿Queréis saber como termina la historia?</p><p><br /></p><p>Sólo os diré que cada uno de los personajes ha seguido haciendo la misma vida que antes. Con la diferencia, de que su única preocupación es ser felices y hacer felices a quiénes siempre les han ayudado.</p><p><br /></p><p>Siguen ahí, esperando que vosotros forméis parte del gordo de Navidad.</p><p>.................................................................................................</p><p><br /></p><p>Y esta es la historia. Para mi el Gordo de Navidad son todas las historias de gente buena, a las cuales un sorteo como el de mañana les hace la mínima justicia posible. La de ser felices.</p><p><br /></p><p>Un saludo</p><p><br /></p><p>Y que repartan mucha salud =)</p><p><br /></p>DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-16315869946370173022010-11-14T01:47:00.004+01:002011-01-31T18:11:38.859+01:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, día 4 parte 1 de 2El día amaneció burlándose del sentido común. Nadie quería recordar lo sucedido con tan sólo un crepúsculo de diferencia. La derrota de los soñadores. El sino del poema a la resignación.<br /><br />Debido a la pureza e ingenuidad de alguno de nuestros protagonistas, nos vemos obligados a obviar parte de lo acontecido. Muchas veces, los puntos suspensivos son más que suficientes para el amor. Esa fidelidad incondicional vestida de cuentos y princesas. De caballeros y corceles. De cruda puta fea realidad.<br /><br />Telón echado.<br /><br />Aure andaba cabizbajo, sumido en pensamientos que jamás hubiera querido que le visitasen. El gorro se asomaba peligrosamente por su frente, intentando suicidarse por no soportar las divagaciones que lo recalentaban desde abajo. Los pasos se pedían permiso mutuamente para llegar a la biblioteca.<br /><br />Allí no había nada que encontrar. Odiaba a Martin. Odiaba a Paris. Odiaba a Rex. Odiaba a Juan Carlos. Y ciertamente, a todo aquel involucrado de alguna manera con el episodio del día anterior<br />Se sentía tremendamente idiota. Estúpido crío montado en una bicicleta sin frenos.<br /><br />La mañana quería avanzar. Los alumnos se volvían a acercar a la biblioteca, ya que no había sucedido nada que no esperasen. Rex, el chico de la barba profusa de la esquina, el gótico Volde, la chica con el pelo enganchado con un lápiz... todos montaban con normalidad en la rutina. Sin notar un ápice del drama que otros respiraban.<br /><br />Finalmente, Aure llegó a las malditas puertas. Miró apenado la cristalera con dos días de vida, e intentó andar con la seguridad de un copo de nieve en el desierto. Iba a cruzar el umbral, y una mano le retuvo.<br /><br />JC: No creí que volvieses.- solemnidad.<br />Aure: No tengo ganas de jugar, tengo que estudiar mucho.- se intentó deshacer de la garra que lo aferraba con fuerza.<br />JC: Yo no creo que esté muerto. Quizás...-<br />Aure: ¡¿Quizás qué?! - le espetó...- ¡¿Quizás qué?!- sus labios temblaban.<br />JC: .........- le soltó.- Quizás quiere que confiemos en él...-<br /><br />Aure entró atropellando los pasos que tanto se habían taimado minutos antes. Pasó por el lado de Martin sin tan siquiera mirarlo. Una punzada de dolor le recorrió la espalda, al mismo tiempo que Paris bajaba el gesto para no encontrarse con el chico. Rex seguía tranquilamente escribiendo en su portátil. Estaba contento, ya que habían devuelto a Martin a su sitio, y volvía a taparle un reflejo tremendamente molesto de la manguera de incendios. Los demás apenas notaron que un nuevo estudiante buscaba un sitio, lo más alejado posible del chico disecado.<br /><br />Al fin encontró un lugar perfecto para poder olvidar. Una esquina lejos de todos. Allí, perdido del mundo, podría escupir al romanticismo que tantas veces le golpeaba ingrato. Imaginaba a Paris jugueteando con Rex. A Juan Carlos riéndose de él en silencio. A Martin... Bueno, a Martin había decidido ni imaginarlo.<br /><br />Voz al otro lado de la mesa: Eres estúpido.-<br /><br />Aure se percató de que no estaba sólo al escuchar el insulto. Una chica pequeña con gafas todavía más pequeñas, pasaba las hojas de Moby Dick, bastante distraída con la lectura. Parecía una anciana joven. O una anciana moderadamente adulta. Vamos, una vieja.<br /><br />Niña vieja: Se lo que estás pensando.<br />Aure: ¿En que pareces vieja?<br />Niña vieja: Si. Todo el mundo lo hace.- seguía absorta con su libro, moviendo apenas el labio superior para hablarle al muchacho.<br />Aure: Es que lo pareces.<br />JC: Estoy de acuerdo.<br />Aure: ¿Qué haces aquí? -se giró y vio al vaquero con el mismo gesto solemne de la entrada.<br />JC: <span style="font-weight: bold;">ÉL</span> me ha pedido que le traiga.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />El chico dio un salto al ver <span style="font-weight: bold;">QUIÉN</span> se sentaba a su lado. Se levantó nervioso de la silla, tirando un par de libros al suelo y reclamando la atención, de quiénes más cerca formaban la escena. Juan Carlos negó lentamente, algo contrariado. La niña vieja se lamía la yema de los dedos, para pasar más fácilmente las páginas. Martín estaba a lo suyo. Que bastante tenía, todo sea dicho.<br /><br />Aure: ¿Qué hace aquí?- se alejó unos pasos, sin saber como reaccionar.- ¡Quiero que se vaya!<br />JC: Vamos a tranquilizarnos todos.<br />Niña vieja: Yo estoy tranquila.<br />Paris: Y yo... - se había acercado al ver la reacción de Aure.- Y Martin también lo está.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />El muchacho hubiera deseado poder encerrarse en su gorro rojo, y huir de todas las miradas indiscretas que se atrevían a juzgar sus decisiones. "¡Quiénes eran ellos para poder estimar, el alcance del daño que sufre un romántico!" "¿Cómo eran tan estúpidos y prepotentes?" Deseaba morir allí mismo, en el centro de los focos, lejos del escenario de su vida.<br /><br />Luis Eduardo: ¡Hola! -<br />JC: El que faltaba...-<br />Luis Eduardo: ¡Hola Martin!<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />JC: ¡Calla Conrado, calla!.- apretaba el puño contra la mesa, descargando su ira en silencio.<br />Luis Eduardo: ¡Hola Aure! ¿Qué pasada lo de ayer eh? ¡Martín nos engañó a todos!- disparaba sonrisas a todos los asistentes. Sufría tanto en su casa, que no podía más que alegrarse al estar lejos de allí. Eso sí que era un drama. Repetido. Real. Náusea.<br />Aure:......-<br />París: Oh venga! ¡Reacciona!- no sabía por qué decía aquellas palabras. Las sintió fluir casi ajenas. Avergonzada, volvió al segundo plano que ocupaba tras Martin.<br />Niña vieja: ¿Voy a poder leer en paz? - levantó la vista hacia los presentes con un desprecio silente. Escondido. De los que calan.<br />Luis Eduardo: ¡Ala una vieja! -<br />Niña vieja resignada: Hola...-<br />Luis Eduardo: ¡Tengo dos bicicletas! - le tendió la mano, que fue observada con indiferencia.<br />Niña vieja: Este creo que es el más idiota de todos.- volvió a chuparse una yema arrugada.<br />JC: ... Sabe? Creo que usted me caerá bien.-<br />Niña vieja: No me hables de usted. Es más, no me hables. Haced todos como él por favor.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />La nueva alusión al estudiante disecado de biblioteca zarandeó a Aure, que contemplaba desde una esquina la absurda conversación. Allí, a unos metros, Martin y Paris se encuadraban en un mismo retrato. Todas sus contradicciones le mantenían paralizado.<br /><br />Luis Eduardo: Bueno, tengo que estudiar, pero sigo pensando que estuviste genial ayer Martin.- le tocó en el hombro con simpatía.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Déjalo estar.<br />Luis Eduardo: ¿Por qué? Fue maravilloso.- en realidad sonó algo así como "mashavishossso", ya que la excitación no se llevaba demasiado bien con el corrector dental bizarro.<br />JC: Fue una mierda. Nada salió como esperábamos Conrado. Deja de mentirte.- apartó la mirada del grupo para terminar la frase.- ¡Deja de mentirte como en Bangalore!<br />Luis Eduardo: Banga..qué?<br />Paris: Lore.<br />Niña vieja: ¿Sí?<br />JC: Bangalore!! El verano del 79! - mordía su puño, enrojeciendo a cada palabra.<br />Luis Eduardo: Banga... qué?<br />Paris: Lore.<br />Niña vieja: ¿Sí?<br />Paris: ¿Si qué?!<br />Niña vieja: Me llamo Lorena.<br />Paris: Ah...-<br />Luis Eduardo: ¡Hola Lorena! ¡Tengo dos bicicletas!- volvió a tenderle la mano. Aure susurraba para sí mismo "yo una".<br />Lorena: Me estoy hartando de vosotros. Y sobretodo de ti.- apuntó de nuevo a Luis Eduardo con su lápiz masticado.<br />JC: Hablemos.- se sentó frente a la niña vieja con aires de confidencialidad. Mientras tanto Paris miraba a Aure todavía paralizado.<br />Lorena: ¿Qué deseas? - por primera vez mostró algo de interés por alguien que no fuera Aure.<br />JC: Puede que odiemos a la misma persona.- señaló a Luis Eduardo con la mirada.<br />Luis Eduardo: ¡Me voy a estudiar!<br />JC: Eso... ¡Huye bastardo! ... - cogió aire para no levantarse y zarandear al joven.- ¡Huye como en Kuala Lumpur!<br />Lorena: ¡Estuviste en Kuala Lumpur!- la niña vieja parecía mucho más joven al sonreir.<br />JC: Desgraciadamente sí. Tuve que matar a cinco mapaches que jugaban al póker.-<br />París: ¿Qué?<br />JC: Como lo oyes... me miraban como lo hace Martin.-<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Lorena: Oh...- se acercó.- ¿Y cómo lo hiciste? - había cerrado por primera vez su libro.<br />JC: Les planteé una paradoja que no pudieron resolver. De todos es sabido cómo adoran ese tipo de juegos mentales, pero... no sabían a quién se enfrentaban.-<br />Paris: Esto es demasiado para mi. - miró con ojos pintados de remordimientos hacia Aure, y en lugar de dar un paso hacia él, giró y volvió al lado de Rex. El chico del gorro rojo tenía la vista en el suelo, sumido en sus pensamientos.<br />JC: ¡Eso vete! - paró para rascarse la afilada perilla.- No creo que entendieras lo que voy a contar.- masticaba un chicle imaginario.<br />Lorena: ¡Yo si que lo entiendo!<br />JC: Usted es de otra pasta, de otra época... como yo.<br />Lorena: Nací en el 1992.<br /><br />Un frío destructor paralizó la psique de Juan Carlos. Miró a la niña vieja y pudo verse reflejado. Un cuarentón seduciendo con historias a pobres adolescentes. La derrota más ridícula de todas las que acostumbraba a vivir. Sin mediar palabra se levantó y marchó, dejando a Lorena con ojos suplicantes.<br /><br />Lorena: Pe..pero...-<br />Aure: Él es así. - Se sentó contento de que todos hubieran partido. Al fin podría estudiar.<br />Lorena: Pero....-<br />Aure: ¿No querías que te dejáramos? Pues venga, vuelve a leer.-<br />Niña vieja: Definitivamente, eres estúpido. Y él también por convertirte en ello.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Aure iba a replicar cuando la niña pirata de graciosos rizos apareció. Su mirada verde cristalina apremiaba y reclamaba su atención. Apenas una frase pudo decir Sonia antes de caer dormida de la emoción. "Martín no está muerto Aure, te lo demostraré".DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-1519695428813600512010-11-08T02:28:00.005+01:002010-11-08T02:52:04.389+01:00Poesía zombie: Recuerdos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLEUjdP9zPurWwWh_4JAtbo1VzF7XXXS0CeKJ-xnmIx9ScE-8eJINoxtNnuvwt3L3ByVlXCRfxUpHFcJlDKMe_HIeQLZP7CR_iOBfpCRV6VoPMficDUpxm0AbYYTrXS-JlmjWQKYTdIApL/s1600/a6212f5927c94568475b948298328fb4.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 300px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLEUjdP9zPurWwWh_4JAtbo1VzF7XXXS0CeKJ-xnmIx9ScE-8eJINoxtNnuvwt3L3ByVlXCRfxUpHFcJlDKMe_HIeQLZP7CR_iOBfpCRV6VoPMficDUpxm0AbYYTrXS-JlmjWQKYTdIApL/s320/a6212f5927c94568475b948298328fb4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536990649811136210" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >Arde la mente sin alzar los gemidos,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" > y me encuentro varado, desprovisto de olvido.</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >Tiento a la suerte, fugaz compañera,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >resucité aquí... y aquí están mis presas.</span><br /><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >Pierdo mis recuerdos aferrado a la vida</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >hipoteca sincera de carne podrida, </span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >no busco razones no quiero lamentos,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >sólo la muerte atrae a mis sueños.</span><br /><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >No quise olvidarte a cambio de esto,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >mi sangre se esconde del corazón enfermo,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >y he vuelto a la vida, vacio por dentro,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >jubiloso por fuera y si puedo te muerdo.</span><br /><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >Huye de las sombras, me agrupo en silencio,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >sal de mi cabeza y de mi mundo muerto,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >no tengo recuerdos, y vivo sin miedo,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >pagué ese precio, y no me arrepiento.</span><br /><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >Mi alma se queja, maldita quimera,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >me río de ella con la peor de mis muecas,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >me arrastro tranquilo y huelo el silencio,</span><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(204, 0, 0);font-family:times new roman;" >ya nada me importa, por fin estoy muerto.</span><br /><br /></div><span style="font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(51, 51, 255);font-family:times new roman;" ><br /></span>DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-41464482274481461092010-11-06T23:56:00.005+01:002011-01-31T18:11:38.859+01:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, día 3 parte 3 de 3La tarde se abría paso por las persianas entrecerradas. El millar de hilillos de luz que se filtraban, iban tomando tonos rojizos de cansancio. Los estudiantes (afortunados) abandonaban la biblioteca a modo de goteo constante. Poco a poco fueron quedando los más fieles, y Rex se encontraba entre ellos.<br /><br />El joven informático manoseaba distraído su portátil último modelo, con ribetes verde fluorescente, cuadrícula de modernidad. Sus gafas de pasta iban de la pantalla al pelo de Paris, de Paris a la pantalla, de la pantalla a los labios de Paris, de Paris... Sabía que no la podía amar como ella hacía con él. Pero no le preocupaba. Jamás lo había hecho.<br /><br />Paris estaba en una nube. Llevaba media hora sin poder estudiar, distraída con los movimientos de Rex, y aplicada en no delatar su distracción. Sus labios escondían sonrisas constantemente. No quería sacarlas. Las guardaba con celo, esperando que fuera él quién las mereciera. Pero no podía evitar tenerlas a punto de caramelo.<br />A lo lejos, un vaquero cuarentón, un estudiante disecado, un chico con un gorro rojo y un joven tunante distraído, llevaban horas en un corro, planeando el fin del idilio que ambos vivían.<br /><br />Sonia seguía dormida en la mesa, después de haber sido sometida a tantas emociones. El cuchicheo era constante, irrespetuoso y malintencionado. Era perfecto.<br /><br />JC: ¿Cada uno tiene clara su parte del plan?- les miraba fijamente a los ojos.<br />Luis Eduardo: A mi es que me parece un poco aburrido- parecía querer separarse del pequeño sanedrín.<br />JC: ¡Conrado! - lo agarró del brazo.- Mira Conrado... se que siempre has intentado sabotear mis planes. Y posiblemente tuvieras tus razones. ¡Y seguro que eran legítimas! ¡Seguro!- lo soltó con desprecio. El chico permaneció de pie, frente al vaquero, sin saber como reaccionar.<br />Aure: Hazlo por mi Luis Eduardo- le miraba suplicante.- Además Martin está de acuerdo.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Luis Eduardo: ..... es que.... -<br />JC: Es que es que.... ¿¡qué Conrado!? Vamos dínos.-<br />Luis Eduardo: Rex es un poco amigo mío también.-<br />JC: ¡¡Oh Dios Mío!!-<br />Aure: ¡Dios tuyo!-<br /><br />Uno de los estudiantes que todavía aguantaba el tedio, les pidió de malas formas que callaran de una maldita vez. Un asentimiento general entre empollones y disecados siguió a la acusación. El grupo les omitía como de costumbre. Eran perfectos.<br /><br />JC: Conrado, nunca me has gustado, pero te he respetado. te he pasado por alto muchas cosas pero esto... no sé... si... podré...- la voz le temblaba, visiblemente afectado.<br />Aure: ¡A mi no me importa! Y a Martin tampoco.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Luis Eduardo: Gracias amigo, es que...<br />JC: ¡Es que nada! Te necesitamos y nos fallas. Tal y como sucedió en los manglares en el setenta y siete. - su mirada se perdió entre los cenagales de Florida.<br />Luis Eduardo: ¡Pero si yo no había nacido!-<br />JC: Por eso mismo.<br />Aure: Que no pasa nada Juan Carlos. Además... ¿Y si Paris se enfada?- la miraba nostálgico.- Parece feliz, no se... -<br />JC: ¡Chst! No dejes que Conrado contamine tu determinación hermano. Tendremos que pensar un plan alternativo.-<br />Aure: ¡Vale!- le parecía divertido aquel tipo, y si conseguía hacerle cambiar de opinión, quizás encontraran una forma menos agresiva de hacer que Paris se fijara en él.<br /><br />No podía evitarlo. Llevaba pensando en ella toda la tarde. Jamás se había sentido así de impotente. Un hormigueo constante que le sacudía el estómago, lo hacía un nudo y lo usaba de balancín con su autoestima. Siempre había sido feliz con su gorro rojo, su bicicleta, y sobretodo por ser el mejor amigo de Martin (al que admiraba). Pero ahora era un desgraciado. Idiota. Idiota elevado a alguna potencia que debería estar estudiando.<br /><br />Paris miró de reojo a Rex. En solo media hora se irían cogidos de la mano. Su segundo día juntos. Vivía en un torbellino de hormonas y emoción, apenas podía concentrarse.<br /><br />Rex terminaba de descargar un nuevo simulador de guerra. Deseaba llegar a casa y probarlo. La comisura de su sonrisa intentó contenerse, pero se encontró con la mirada de Paris que creía que sonreía por ella. La chica enrojeció y él terminó de complacerla lanzándole un beso.<br /><br />Un rostro cetrino lo había observado todo. Juan Carlos ardía de odio.<br /><br />Aure: Bueno, pronto nos tendremos que ir, y apenas hemos dejado a Martin estudiar.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Ya lo se amigo. Siento haberte distraído para nada.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Luis Eduardo: Martin es un buen amigo, es dificil discutir con él.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />De pronto, el estudiante disecado comenzó a moverse.<br /><br />El tiempo se paró para los dos chicos que contemplaban atónitos como el chico levitaba. Sus pupilas asemejaban las lunas nacaradas de los dibujos animados. El gesto no tenía nada que envidiar.<br /><br />La imagen pronto pasó de ser impactante a cómica, cambiando a quimérica y grotesca en cuestión de segundos. El estudiante disecado seguía en la misma postura, agarrado por las axilas por un decidido Juan Carlos que lo alzaba en el aire. El gesto desquiciado y los ojos escapando de las órbitas.<br /><br />Aure: ¡Pero qué haces con Martin! - ya no le caía tan bien. De hecho, estaba bastante asustado. Sonia pareció percibirlo y despertó con el estudiante disecado justo encima de su cabeza. Le impactó tanto que volvió a dormirse.<br />JC: Martin me ha hecho el guiño secreto, <span style="font-weight: bold;">ÉL</span> si que quiere que terminemos el plan.-<br />Martin suspendido en el aire: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: ¡No quiere!<br />Luis Eduardo: ¡Claro que no quiere!<br />JC: ¡Calla Conrado! ¡¡Calla de una maldita vez o haz tu trabajo!!- el estudiante disecado oscilaba.<br />Luis Eduardo: ¡Pero Rex me cae un poco bien!<br />Aure: Rex es asqueroso, pero... no se Juan Carlos... ¡Deja a Martin por favor! ¡Está sufriendo!-<br />Martin suspendido en el aire: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />JC: En tu mano está Conrado.-<br /><br />Luis Eduardo miró con fidelidad a Aure. Alzó la cabeza viendo al pobre Martin a punto de romperse. Quizás fuera culpa suya todo lo que estaba sucediendo. En su casa siempre decían que tenía la culpa de todo. Por eso habían escogido ese corrector dental tan horrible. ¡Pero tenía 2 bicicletas! Esto último le insufló el poco coraje que necesitaba, y con pasos decididos fue hacia Rex. De pronto, notó un fortísimo impacto en la espalda que consiguió derribarlo.<br /><br />Aure gritaba desgarrado. Juan Carlos había lanzado a Martin el estudiante disecado de biblioteca contra Luis Eduardo, cuando éste había bajado la guardia. Por suerte no se había partido en dos, pero uno de sus brazos se había doblado de forma grotesca. Paradójicamente ahora apuntaba con su dedo hacia JC en lugar de a la hoja de apuntes. Éste enloquecía de contento.<br /><br />JC: ¡JAJAJA! ¡Eso no te lo esperabas eh Conrado! -<br />Aure: ¡Te odio!<br />JC: Es un precio que tengo que pagar. Algún día entenderás porque hago todo esto.-<br />Luis Eduardo: Ay... ay...- se levantaba con dificultad, agarrándose la espalda con teatralidad.<br /><br />Los estudiantes se habían levantado para contemplar la escena. Todos se agolpaban a su alrededor... incluídos Paris y Rex. La pequeña trifulca era la excusa perfecta para poner fin a la sesión de estudio. Esperaban alguna réplica por parte de Luis Eduardo, o que Martin comenzara a resquebrajarse... algo divertido. Aure gritó, Luis Eduardo gritó, JC gritó. Los tres exhalaron la misma orden, dando a conocer su verdadero plan.<br /><br />JC;Aure;Luis Eduardo: ¡¡Ahora Martin!! -<br />Martin tirado en el suelo: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Y entonces....DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-56484885901257016492010-10-08T03:11:00.003+02:002011-01-31T18:11:38.860+01:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, día 3 parte 2 de 3El halo de misterio que Juan Carlos había conseguido darse con sus declaraciones parecía envolver sus pasos. Un andar nervioso y taimado. Una mezcla de irrealidad y representación barata, que se enjaulaba en 2 metros cuadrados de vieja biblioteca.<br />Aure esperaba una nueva declaración con solemnidad, observando al bibliotecario al que repentinamente admiraba muchísimo. Sonia se encuadraba en una esquina de la escena, intentando formar parte de ella. Martin estaba a lo suyo.<br /><br />JC: ¿¡Qué debo hacer!? - se lanzó de rodillas al suelo, mordiendo su puño cerrado con resignación.<br /><br />Los estudiantes, que habían conseguido acostumbrarse a estudiar con unos pocos cadáveres disecados, ya no se sorprendían por nada. Como mucho alguno pedía un poco de silencio. Que allí se iba a estudiar. Rancios.<br /><br />Aure: No se que decirte compañero.... es una dificil decisión.....- seguía observándole con respeto a una distancia prudencial. Juan Carlos se ajustaba su chupa con chorreras, volviendo a recuperar la verticalidad, y con ella; la dignidad.<br /><br />JC: Es posible que debamos rendirnos. Es demasiado para nosotros.- su mano amiga se acercaba al hombro del chico.<br />Sonia: ¿De qué habláis?<br />Aure: De Rex.<br />Sonia: ¿Qué le pasa a Rex?<br />JC: ¿Que "qué le pasa a Rex"? ...- pausa pintada de anestesia.- Mira chiquilla, quizás no lo sepas, pero ése chico es pura basura.-<br />Aure: Si ya me lo dijo Martin....-<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: Si lo dicen Aure y Martin.....-<br />JC: Ingenua....- resopló hartándose de tener que escuchar un razonamiento que a su parecer no podía ser más trivial.<br /><br />Un ruido metálico sacó al grupo de su particular fórum. Varios chasquidos precedían al dueño de la ortodoncia más barroca que jamás se había fabricado. El chico miraba a Aure con admiración.<br /><br />Aure: ¡Luis Eduardo!<br />Luis Eduardo: ¡Hola amigo! ¡Tengo dos bicicletas!<br />Aure: ¡Lo sé! Yo tengo una.<br />Luis Eduardo: Que bien.<br />Sonia: Hola Luis!<br />JC: ¿Quién se supone que eres?<br /><br />El chico le sonrió ampliamente, mostrando algún retazo de diente entre la alambrada que le corregía su dentadura. Llevaba una sudadera tres tallas mayor que la que le correspondía. Un gracioso guiño a Snoopy.<br /><br />Luis Eduardo: Soy un estudiante de .... - paró de golpe aturdido.- ¡No me acuerdo!-<br />Aure: ¡Es verdad! No nos dijiste que estudias Luis Eduardo.- se quedó pensativo, buscando entre sus recuerdos.<br />Luis Eduardo: Pero tengo dos bicicletas....- se justificaba como podía, visiblemente avergonzado.<br />Aure: Eso es cierto.<br />Sonia: Si.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />JC: ¡Ahá! ...!!! Lo sabia, sabia que no eras de fiar.- apoyó sus manos sobre la mesa, acercando su pelo de vaquero hacia el pobre muchacho. - Dime, supuesto Luis Eduardo.... ¿has estado alguna vez en Irkutsk?.- una media sonrisa se dibujaba en el bibliotecario.<br />Luis Eduardo: ¿Irt..qué?<br />JC: Kutsk, Irkutsk. - se pavoneaba ante los jóvenes.- Sabes perfectamente de qué estoy hablando... <span style="font-weight: bold;">¡Conrado!</span>.- su dedo acusador se apoyó en la frente del chico.<br />Aure: ¿Con... qué?<br />Sonia: Rado. Con Rado.<br />Aure: Ah.<br />Luis Eduardo: No entiendo a este hombre, Aure. - unas pequeñas gotas de sudor resbalaban por su cara.<br />Aure: Tiene una moto.<br />Luis Eduardo: Yo dos bicicletas.<br />Aure: ¡Si! ¡Qué suerte!.- sonreía mirando hacia el infinito.<br />JC: Muy bien Conrado, veo que conservas tus dotes de camuflaje intactos.<br />Luis Eduardo: Pues supongo, porque ni yo mismo sabía que era Conrado.<br />JC: Muy típico de él.<br />Aure: Si. Como Martin, <span style="font-weight: bold;">ÉL</span> es un gran espía también.- miró con orgullo hacia su amigo disecado.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Luis Eduardo: Martin es el mejor.<br />JC: ¡Eso es Conrado! - aplaudía lentamente, exagerando cada palmada. Finalmente ambas manos quedaron entrelazadas, ocultando una sonrisa maliciosa.- Martin nos ayudará a terminar con Rex.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: ¡Oh!<br />Sonia:.... Oh!... Esto.... ¿por qué queréis acabar con Rex?.- suplicaba la atención del chico del gorro rojo, que apenas si notaba su presencia.<br />Aure: Porque es un bastardo.<br />JC: Sin duda.<br />Sonia: No lo entiendo....<br />Aure: ¡¿No ves lo que está haciendo con Paris?!<br />Sonia: ¿El qué?<br />Aure: ¡La está besuqueando! ¡No la deja estudiar!<br />JC: Sucia rata....<br />Sonia: Creo que estás celoso.- no pensaba que le dolería tanto decir aquello. Su corazón se marchó sin avisar.<br />Aure: Tú no lo entenderías.<br />Sonia: ....<br />Luis Eduardo: Sonia, ¿Quieres un abrazo?<br />JC: Marica.<br />Aure: ¿Sonia quiere un abrazo?<br />Sonia: ......<br /><br />Luis Eduardo abrazó a la joven, mientras esta caía en un profundo sueño al no poder soportar la tensión a la que la estaban sometiendo.<br /><br />JC: Conrado, deja a la mujer resolver sus problemas por su cuenta.<br />Luis Eduardo: Ya... pero he pensado que como no tiene dos bicicletas puede que esté triste.<br />Aure: ¡Oh! No había pensado en ello....<br />JC: ¡Centraros por favor! En tiempos de guerra hay que establecer prioridades.<br /><br />Aure miraba con lástima a Sonia, que dormía plácidamente sentada al lado de Martin. La muchacha era tan bonita como Paris... o incluso más. ¿Por qué pensaba tanto en París? ¿Qué se supone que debían hacer con Rex?<br /><br />Luis Eduardo: Tengo que ponerme a estudiar.<br />JC: Bien jugado Conrado, pero necesitamos tus habilidades en expresión corporal para llevar a cabo la misión.<br />Luis Eduardo: ¿Tengo habilidades?<br />JC: ¡Pues claro!- resoplaba.<br />Aure: ¡Y dos bicicletas!<br />Luis Eduardo: ¡Es verdad! ¡Qué guay!<br />Aure: ¡Sí!<br />JC: Martin, necesito que al menos tú estés atento, ya que tu parte será la más dificil.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Los cuatro compañeros hicieron un pequeño corro, trazando un plan que ninguno entendía, pero que pronto iba a tener un gran impacto en la vida de todos los presentes aquella tarde en la biblioteca municipal.....DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-27829170260968663822010-10-07T03:12:00.003+02:002011-01-31T18:11:38.860+01:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, día 3 parte 1 de 3Aure se ajustó el gorro para darse un aire confidencial que sólo él apreciaba. De los cuatro chicos que esperaban a que se abrieran las puertas de la biblioteca, él era con mucho el más mediocre.<br />Veía al tipo alto de gafas cuadradas que se cuadraba con su cuadriculado cuadro de bicicleta, pose fingida de revista alternativa. También envidiaba los rizos de Jack O'Donnell, un Adonis sueco que aparentaba mucho más de 18 años. (realmente envidiaba las miradas que lanzaban las mujeres hacia él, pero no quería admitirlo)... Y por último estaba Rex.<br /><br />El informático con el que compartía disputa por Paris parecía querer amargarle la existencia con pequeños actos, que podían pasar inadvertidos para los demás, pero que él claramente detectaba. Nada de enfrentamientos directos en los que batirse el cobre. Aquella sucia rata le mordía sin saberlo, apestándolo todo de soberbia y "guapismo".<br /><br />Aure: Le odio. - dijo mientras observaba la nueva moto vespa que Rex lucía ante Paris.<br />Desconocido delgado: ..... - un joven más delgado que un suspiro, miraba de reojo a Aure deseando que se abriera la biblioteca.<br />Aure: Oh, soy Rex... Oh, mi moto si.... Oh que bonita es ....tanto como tú Paris....- volvía a burlarse en voz alta.<br />Desconocido delgado: ....... - se alejaba lentamente.<br />Aure: Me llamo Aure y tengo una bicicleta.- ...<br />Desconocido delgado: Bien -<br />Aure: ¿Y tú? -<br />Desconocido delgado: Volde.- ninguno de los dos se miraba.<br />Aure: Es un nombre falso, ¿verdad? - se ajustó la gorra perspicaz.<br />Volde: Oye chaval, ¿quieres algo? -<br />Aure: Es posible - un tono ridículamente teatral. Miraba con rendijas por ojos a su adversario.<br />Volde: Ya, bueno... pues suerte.-pisó un cigarrillo que había dejado de fumar al encontrarse con el bibliotecario. Una extraña mirada se había cruzado entre ambos.<br />Aure: Gracias, seguro que la tendré.- vio como se abrían las puertas y se le dibujo una sonrisa de impaciencia.- Oh! ¡Claro que la tendré! Si pudiera hablar con Martin ...-<br />Volde: ¿El disecado? -<br />Aure: No habla mucho, pero no es <span style="font-weight: bold;">"un disecado"</span>. - Se adelantó como un gallo que busca mostrarse pavo real en un gallinero coreano. Orgulloso, torpe... y comunista.<br /><br />La Biblioteca les recibió con sus libros cerrados, polvo saltarín y estudiantes puestos estratégicamente en las mesas para aparentar constante ambiente de trabajo. (Ya se dijo en su momento que Martin no era el único <span style="font-weight: bold;">disecado</span>, lo que ocurre que tenía muchísimo más carisma que los demás). Ventanas a medio abrir ayudaban a que el forzoso ambientador escapara de la ropa de los "cadáveres", renovando el ambiente.<br />La bibliotecaria, también conocida como Gertrudator, se había tomado unos días de baja para honrar a su biclicleta fallecida "Reina Sofía". En su lugar, un vaquero que había aparecido montado en su Harley Davidson, limpiaba con esmero las armas de fuego con las que Gertrudator mantenía a ralla a los estudiantes.<br />Se había presentado como Juan Carlos, el hombre tranquilo. Pues vale.<br /><br />Aure: Woooooooh!! Martin!¿ ¿¡Que haces aquí?! - Aure gritó al oido del estudiante disecado, sorprendido al verle sentado en una mesa distinta......<br /><br />Juan Carlos: Lo he cambiado yo. Estuve probándolos en distintos lugares. - dijo mientras apoyaba sus botas de tacón alto en la mesa principal.<br />Aure: ¡Pero Martin adoraba "aquel" sitio! ¿No es cierto?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Juan Carlos: No parece quejarse.<br />Paris: Eso es porque está muerto. Hola Aure.<br /><br />Al chico le piyó por sorpresa el saludo. Su bravuconería se diluyó con los ojos traviesos de la mujer, un tartamudeo de indefensión salió como un suspiro de sus labios.<br />Ella se marchó montada en el suspiro y asida del brazo de Rex. Maldito hijo de puta.<br /><br />Aure: Es un bastardo.<br />JC (Juan Carlos): Estoy de acuerdo.- afilaba su perilla y sus ojos cetrinos seguían la misma dirección que los del muchacho. Ambos contemplaban con un falso sigilo a la pareja.<br />Aure: ¿Le conoces?<br />JC: Martin me ha hablado de él.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: También le odia.<br />JC: Lógico.<br /><br />Y allí quedaron unos minutos, ni de pie ni sentados. Apollados casi el uno sobre el otro. Con el estudiante disecado en el centro, observando atentamente los movimientos del informático.<br /><br />Sonia: ¡Aure! ¡He venido!- la joven rubia narcoléptica sonreía desde la puerta.<br />JC: ¿Quién es ella? - ninguno se había girado a mirar a la mujer.<br />Aure: Una amiga, se duerme cuando se excita.-<br />JC: Como mi mujer, pero cuando yo me excito.-<br />Aure: Quizás es contagioso.-<br />JC: Quizás.<br />Sonia: He venido hasta aqui, porque parece que hay algo muy importante... en el horizonte.- relataba sus acciones, intentando no sentirse sola.<br />Aure: No creas. Estamos intimidando al enemigo. Guerra fría.<br />JC: Yo es que estoy cómodo.<br />Sonia: ¡Hola Martin! ¡¿Qué haces en este nuevo sitio?!<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Juan Carlos... ¿has cazado alguna vez un animal de gran tonelaje?- por primera vez dejaba de observar a Rex, para tomar conciencia de quienes le rodeaban. El bibliotecario también destensó el gesto, dando un pequeño paseo circular mientras pensaba la respuesta.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: ¿Estáis tramando algo chicos? ¿Puedo ayudar?<br />JC: No. Esto es muy peligroso.... - su rostro se volvió sombrío sin nada que pudiera indicarlo.<br />Aure: Entiendo....DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-40462592213433006382010-07-14T23:48:00.006+02:002010-07-15T01:12:57.599+02:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, día 2 parte 2 de 2La tarde avanzaba sumisa, siendo planchada por la pesadumbre de los horizontes que quieren acostarse a dormir temprano. Y hacía calor. Mucho calor. Aure decidió preguntarle a la bibliotecaria si había algún problema con el aire acondicionado.<br /><br />Gertrudator: Lo hay.<br />Aure: .....<br />Gertrudator: ¿Algo más?<br />Aure: ¡Tengo una bicicleta!<br />Gertrudator: Yo tuve una. Se llamaba Reina Sofía. Un ariete maldito la destruyó esta mañana.<br />Aure: Lo vi.<br />Gertrudator: ¿Estás implicado?<br />Aure: ¿En qué?<br />Gertrudator: En la muerte de la Reina Sofía.<br />Aure: Me seduce la idea. Pero fue usted misma quien acabó con su vida.<br />Gertrudator: No pienso arreglar el aire. Por cierto.<br />Aure: ¿Por cierto...qué?<br />Gertrudator: La realeza sobre ruedas debe tratarse con respeto. Considero que no lo has mostrado, y no pienso ayudarte pues. Y, por cierto, ésto que te apunta la cabeza es una magnum parabellum del calibre 50. Ése es el "por cierto".<br />Aure: Siempre he sido un amante de las zonas tropicales.<br /><br />Dicho lo cual abandonó al feroz intelecto de la bilibotecaria, que se conformaba con seguir puliendo las armas que coleccionaba en su estante más próximo. Se aproximó a Martin...<br /><br />El estudiante seguía perenne echándole horas al estudio...pobre, ni siquiera se levantaba a beber, debería estar deshidratado.<br /><br />Aure: ¿Quieres que te traiga algo de beber Martin?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Invito yo, tranquilo.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: No tienes buen aspecto, te la traeré igualmente.<br /><br />Se marchó hacia el pasillo en busca de la botella que salvara de la muerte por golpe de calor a su compañero. Sonia llevaba un tiempo haciéndose la dormida, amante como era de las zarigüellas.<br />Aprovechó la ocasión.<br /><br />Sonia: Yo no creo que estés muerto como dice la tonta de Paris.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: Quizás sufres lo mismo que yo... pero .... permanente.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: Me das pena.... y Aure también.... me gustaría ayudarle a que se concentrara con el estudio y al mismo tiempo dejara de preocuparse por ti.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: ¿A ti te parece guapo?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: Eso pensaba....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: Pues a mi un poco....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: Aunque lo que más me gusta de él es como te cuida. Ojalá alguien lo hiciera conmigo.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Paris escuchaba todo desde la mesa de delante, al mismo tiempo que miraba como Rex trazaba planos que no aspiraba a poder comprender. Le admiraba en silencio. Un silencio que te aleja. Seguro. Se giró discreta.<br /><br />Paris: Quizás si le demuestras que está muerto se fije en ti.<br />Sonia: ......<br />Paris: Sé que no estás durmiendo.<br />Sonia: ......<br />Paris: Oh por favor! No pienso girarme nunca más.<br /><br />Sonia sonrió levemente.<br /><br />Paris: ¡JA! Acabo de verte sonreir....<br />Sonia: No.<br />Paris: Y ahora has hablado!! Estás despierta Sonia....<br />Sonia: Soy sonámbula.<br />Paris: ......<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: .....<br />Rex: ¿Ocurre algo Nerea?<br />Paris (Nerea): Eh.. no. no... perdona no quería molestarte.<br />Rex: ¡No lo haces!.... ¿El muerto y la loca lo hacen?<br />Paris (Nerea): Que va que va.... jeje, puedes seguir estudiando tranquilo.<br />Aure: Ñañaña... tranquilo.<br /><br />Aure acababa de llegar con diez botellas de 2 litros cargadas en una carretilla para los libros. Las fue distribuyendo alrededor de Martin, generando un perímetro de seguridad.<br /><br />Aure: Así podrás hidratarte cuando lo desees amigo.<br />Sonia: ¿Puedo beber un poco?<br />Paris: Ves!! Estás despierta!!<br />Sonia: Ahora sí, acabo de hacerlo. ¿Ha ocurrido algo?<br />Aure: He estado hablando con un chico que tiene dos bicicletas. Yo tengo una bicicleta.<br />Sonia: Si!? Dos bicicletas!?! Qué suerte!! Quién es?¿<br /><br />París se había girado hacia sus apuntes. No quería que en el primer día que estaba con Rex, su tiempo fuera ocupado por aquél par de locos... y el muerto. Lo que sucedió a continuación hay que relatarlo con detenimiento.<br /><br />Rex suspiraba algo cansado de su nueva compañera. Esperaba el momento de salir fuera y poder besarla. Pensaba que sería una buena rutina hasta que su aburrimiento le llevara a otro lugar. Así que sí, suspiraba profundamente. Al tiempo, Paris se giraba hacia el sonido que había proferido Aure. Sus coletas volaban graciosas en el aire, ondulando de perfume afrutado el espacio que la rodeaba. Sonia miraba con los ojos muy abiertos al chico. Éste gritaba mientras esquivaba la bala de rigor de la bibliotecaria demandando silencio.<br /><br />Aure: ¡Se está moviendo! ¡Martin va a decir algo!<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Pero sí, el brazo derecho con el dedo acusador perentorio estaba moviéndose hacia los apuntes. Paris no creía lo que veía. Nadie podía hacerlo. Incluso Rex y un par de estudiantes más miraban la escena con curiosidad. La magia se rompió cuando un joven con un enorme aparato dental salió de debajo de la mesa.<br /><br />Joven con ortodoncia barroca: Le estaba moviendo yo, perdonad el susto.<br />Aure: Luis Eduardo!!!<br />Luis Eduardo: Hola Aure, tengo dos bicicletas.<br />Aure: Yo una. ¿Qué hacías con Martin...? Pobre.... estás bien compañero??<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Luis Eduardo: Está muerto.<br />Paris: Bien!<br />Luis Eduardo: De sed.<br />Paris: .....<br />Aure: Ya lo sé. ¿Crees que hay suficiente agua?<br />Luis Eduardo: Nunca hay suficiente de nada...<br />Paris: .....<br />Sonia: .....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Aure y Luis Eduardo volvieron a la zona de las máquinas de refrescos. Parecían discutir acerca de sus limitados fondos. El chico de la ortodoncia sacó una tarjeta de crédito triunfal y salió a la calle corriendo. Aure volvía con una sonrisa de tranquilidad a su sitio en la mesa.<br /><br />Aure: Qué buena gente....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: ......<br />Paris: ¿Por?<br />Aure: Ha ido a sacar dinero al banco para comprar más botellas.<br />Paris: No entiendo nada.<br />Sonia: Es evidente que Martin tiene mucha sed, veo bien que traigan más agua....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: ¿Tú no estabas dormida?<br />Sonia: ......<br />Paris: Dios....<br />Aure: Paris, ponte a estudiar. Rex no parece muy contento. (Rex no había cambiado su postura en horas)<br />Paris: Rex no es un crío como tú, le da igual lo que yo haga.<br />Aure: Rex ñañaña.... yo haga.<br />Paris:...... te odio.<br /><br />Y eso dolió. Nunca le dolía lo que Paris le decía porque sabía que terminarían juntos. Lo sabía o lo había decidido.... pero el resultado iba a ser el mismo. Y sin embargo, verla con un proyecto de electricista aprendiz de cortocircuito..... pues eso, podéis imaginarlo por vosotros mismos.<br /><br />Llevaban más de media hora en silencio estudiando. El leve enfrentamiento había servido de excusa para darle algo de importancia a sus exámenes. Llegarían. Y vendrían armados. Así que hasta Sonia dejó de mirar al infinito, para meter el ceño en complicadas integrales. La fingida calma fue rota por Luis Eduardo.<br /><br />Venía bailando salsa. No había música en el ambiente pero su cabeza era un campeonato de bailes de salón. Y no lo hacía mal.<br /><br />Aure: Creo que Gloria Steffan viene a estudiar a esta biblioteca.<br />Sonia: Es Luis Eduardo.<br />Aure: Es posible.... ¿Tu qué opinas Martin?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Martín no lo tiene claro...<br />Sonia: Yo juraría que es Luis Eduardo.... pero me hacéis dudar los dos....<br />Paris: Oh, por favor, ¿Qué hace ese imbécil?....<br /><br />Luis Eduardo había pasado por su lado con un movimiento de caderas algo exagerado. Llevaba en su mochilla un gran peso que no le permitía depurar sus pasos. Pero empeño le ponía, de eso no cabe duda.<br /><br />Luis Eduardo: He comprado otras 15 botellas. Pero no quedaban de 2 litros y son de 50 cl ... espero que no os moleste. De hecho, yo vengo muy feliz por ello.<br />Aure: Pues no era Gloria Steffan Martin.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Sonia: jeje, no pasa nada Aure cualquiera puede equivocarse.<br />París: Así vas mal...<br />Rex: ¿Podéis callaros de una vez?<br />Estudiante de prolífica barba de la esquina: Si por favor.<br /><br />Paris enrojeció y no volvió a separar la cabeza de sus libros. Rex iba a estar muy enfadado cuando salieran de la biblioteca. Vaya asco de primer día juntos. Aure contestó extendiendo con lentitud su dedo corazón hacia el chico de pequeñas gafas verdes. Luis Eduardo le imitó con las dos manos.... dramatizando la escena por supuesto. Sonia había terminado de distribuir los pequeños botellintes por la mesa. Apenas quedaba espacio para los libros.<br /><br />Aure: Oh Sonia! Qué amable... si quieres luego te enseño mi bicicleta.<br />Luis Eduardo: Yo tengo dos.<br />Aure: Bien.<br />Sonia: Sii¿¿??<br />Luis Eduardo: Si, dos bicicletas hechas.... y derechas cuando <span style="font-style: italic;">acciono</span> el caballete.<br />Sonia: ¿En serio que puedo ver tu bici Aure?<br />Aure: Bicicleta.<br />Sonia: Bicicleta si, eso....<br />Aure: ¡Claro!<br />Luis Eduardo: Bebe Martin!<br /><br />Luis Eduardo vaciaba una de las botellas sobre la boca semiabierta de Martin, empapando su vieja sudadera y pantalones. Paris no pudo evitar pensar que le terminaría saliendo un hongo al muerto.<br /><br />Aure: ¡Qué haces!<br />Luis Eduardo: Salvar su vida.<br />Aure: Ah bueno....<br />Luis Eduardo: Bueno.... (miró a su alrededor y las más de 20 botellas que habían sobre la mesa).... mi misión aquí ha terminado, he de irme a estudiar.... ¿Nos veremos mañana compañero?<br />Aure: Por supuesto.<br />Sonia: Adiós Luis Eduardo.<br />Luis Eduardo: ¡Adios Martin!<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: No pienses que es maleducado, sólo es tímido.<br />Luis Eduardo: ¡No lo pensaba!<br /><br />Se marchó a ritmo de un tango mental esta vez. Exagerados pasos y los brazos extendidos. Un tipo pecualiar.<br /><br />Sonia: ¿Cómo es tu bici?<br />Aure: Protestante.<br />Sonia: ¿Cómo?<br />Aure: Pertenece al movimiento religioso-político-social iniciado a principios del siglo XVI con el objeto de reformar la Iglesia católica, y que provocó la fractura de la unidad religiosa europea.<br />Sonia: Qué interesante....<br />Aure: Pero bueno... también es como una BH.<br />Sonia: ¿Cómo es una BH?<br />Aure: Como una BH...<br />Sonia: Ah.....<br /><br />Sus graciosos rizos no parecían ser suficientes para Aure. Unos ojos de verde cristalino, semejaban la inmensa tristeza que puede caber en un océano. Bajó la vista hacia las matemáticas.<br /><br />Aure: Bueno Martin, espero que puedas hidratarte.... si tienes algún problema me avisas, estaré aquí a tu lado...<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Creo que te gustará mi bicicleta Sonia.<br />Sonia: Yo también lo creo!!!<br />Aure: Es una BH luterana.<br />Sonia: .....<br />Aure: ¿Duermes?<br />Sonia: ......<br />Aure: Bueno, voy a seguir estudiando pues. Ya sabes Martin, aqui para lo que necesites amigo.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Y allí quedaron sobre sus libros sus delicadas mentes.... entrópico imaginario colectivo.<br /><br />Rex intentaba memorizar un circuito que sólo podía comprenderse con creatividad. Paris se avergonzaba de sí misma, aún sin saber muy bien el porqué lo hacía. Aure comprobaba que Martin estaba en perfectas condiciones, mientras estudiaba sus esquemas. Y Sonia.... Sonia dormía feliz.... soñando que daba el mejor paseo en bicicleta de su vida.<br /><br />Todo ello distorsionado por las 25 botellas de agua que había sobre la mesa. Con el calor puesto contra las cuerdas, los reflejos de la luz que se colaba por la ventana, y se disparaban por cada botellín a modo de prisma, llenaron de arcoiris el techo de la biblioteca.... era una pena que todos tuvieran su cabeza sobre sus libros y no pudieran verlos....DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-84168702944507556672010-07-14T00:57:00.006+02:002010-07-14T14:43:00.547+02:00Martin, el estudiante disecado de biblioteca, día 2 parte 1 de 2La bibliotecaria cargaba el rifle de francotirador con cansada resignación. Abría las persianas con los tempos que te marca la rutina, comprobando que no entrase el límite de luz que separa las penumbras, de la primavera que acostumbra a molestarla. Apuntó con precisión al busto del antiguo bibliotecario, que tras recibir a la bala con dureza, impactó contra un interruptor que tenía tras de sí. Al ser presionado, el interruptor encendió las luces de las lamparillas a las que todavía les funcionaban las bombillas.<br /><br />Puesta en funcionamiento la iluminación, solo faltaba abrir las puertas del recinto para dejar pasar a los estudiantes que se agolpaban en el exterior. (dos y medio). (uno llevaba parte de un cadáver en la mochila, pero siempre decía que se trataba de un plátano podrido). (un tipo listo, que sabía usar el potasio en su beneficio sin duda alguna).<br /><br />Gertrudator (Gertrudis Miraviesa García había recibido con agrado su mote, haciendo incluso que le cambiaran el nombre en el registro civil), encontraba un placer bastante absurdo en lo que iba a suceder a continuación. Esas pequeñas cosas que le alegran el día a uno, decidía pensar ella.<br /><br />Marcó un código en una cajetilla eléctrica que la miraba de un blanco anodino, y de la talla del techo descendió un gran ariete con fuertes empuñaduras medievales de acero fundido islandés. Islandés, como a ella le gustaba. De Reykjavik oeste, casi casi del mismo Seltjarnarnes.<br /><br />Aferró con dureza las empuñaduras, y levantó el tronco de más de media tonelada de peso. Acto seguido se lanzaba en carrera sobre las puertas principales. Con suerte pillaría a algún chaval desprevenido. Sin ella, habría alguna sorpresa que estadísticamente sólo podía ser agradable.<br /><br />El trompazo fue recibido con normalidad por los que esperaban afuera (a todo parece acostumbrarse uno, hasta al Tulicrem), viendo saltar en mil pedazos la cristalera y parte de la bicicleta de la misma Gertrudator. Destrucción aleatoria y entrópica. La base de la economía que sustenta a nuestros trabajadores más poco afortunados.<br /><br />Gertrudator daba por abierta la biblioteca, dejando pasar con recelo a los siete u ocho desgraciados que llegaban a una biblioteca cuando aún estaba cerrada. Ahora sólo tenía que llamar al cristalero (como hacía todas las mañanas) y al dependiente de la tienda de bicicletas (como hacía todas las mañanas.... que no venía montada en un sidecar sin motocicleta, que no terminaba de gustarle).<br /><br />-----------------------------<br />Aure vivió con aburrimiento como se sucedían los hechos que contemplaba todas las mañanas. Cuando estuvo seguro de no clavarse más de cinco afilados cristales, pudo entrar en el edificio, con la esperanza de encontrarse con su gurú y amigo: Martin.<br /><br />Debían haber ya unas diez personas sentadas cuando por fin le vio sentado en el mismo lugar que siempre ocupaba. Boca entreabierta, intentando memorizar una lista de datos inútiles, y cabeza semiflexionada hacia los apuntes. Su mano derecha se alza de la mesa con el dedo índice perentorio. Lo de siempre. Esto (como no podía ser de otra manera) lo tranquilizaba mucho.<br /><br />Llegó a su altura haciéndose el despistado, dejando caer su simpático gorro rojo sobre la mesa. Contemplaba con admiración la abnegada pose de Martin. Por alguna razón, tenía la misma lista de datos que el día anterior bajo su atenta mirada. Aure llegó a la conclusión de que seguramente había dado una vuelta entera a sus apuntes. Lo cual, paradójicamente, era cierto.<br /><br />Aure: Ohlalá! Amigo Martin... ¿qué tal va todo?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Siempre tan aplicado.... ¿Qué estás estudiando?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Vaya, no quisiera molestarte.... Es sólo curiosidad....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Voz femenina por su espalda: ¿Esperas que algún día te conteste?<br /><br />Paris había llegado acompañada de Rex. ¡Hola! Que rápido parecían marchar las cosas para algunos, y lo que costaba a otros siquiera entablar una conversación.<br /><br />Aure: Martin discúlpame un momento.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br />Se paró ante la extraña pareja, brazos en jarra y mirada altanera. Comenzó a mover la boca como lo haría un rumiante experto (sí, acertásteis, taiwanés), preparando el terreno a su perentoria acusación.<br /><br />Paris: ¿Piensas decir algo hoy?<br /><br />Qué irritantemente encantadora le resultaba la jovenzuela de mirada traviesa.<br /><br />Aure: Rex, eres una auténtica mierda. Genuina. No del género abstracto, sino tangible, material, incluso me atrevo a decir que maloliente. De hecho, para que no hubiera lugar a dudas, he memorizado la acepción que creí más acertada: "<b>Mierda</b> (del <span style="text-decoration: underline;">latín</span> <i>merda</i><sup id="cite_ref-0" class="reference"><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Mierda#cite_note-0"><span class="corchete-llamada"></span></a></sup> ) (...)En sentido estricto es el resultado del proceso digestivo, y se refiere a los deshechos fecales de un organismo vivo, normalmente expulsados del cuerpo por el ano" Creo que resume lo que siento.<br /><br />El chico de pequeñas gafas verdes se rascó con aburrimiento la cabeza, dió un beso en la mejilla a Paris (que enrojeció a niveles dañinos para la salud), y se fue a su asiento habitual, para comenzar a repasar sus apuntes de "no se qué Informático". O electricista. Vete tu a saber.<br /><br />Paris: Eres un niñato.<br />Aure: Que puede memorizar cualquier cosa de un diccionario.<br />Paris: No te conozco de nada, creo que no volveré a hablarte, y así soluciono tus frustraciones de un solo golpe.<br />Aure: Perfecto, no te necesito (moría por dentro)... tengo a Martin.<br />Paris: ......<br /><br />Aure saludaba a Martin, que seguía atento a su interminable lista, ajeno a lo que sucedía a pocos metros tras suya.<br /><br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />(...)<br />Aure: Es algo tímido.<br />Paris: Es un cadáver.<br />Aure: ....<br />Paris: ....... Ayer Rex estuvo esperándome a la salida.<br />Aure: Tengo mucho que estudiar Paris.<br />Paris: Es tan guapo....<br />Aure: A Martin no se lo parece.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: ¡Qué dejes en paz a los muertos!<br />Aure: Oh si si claro, yo tengo que dejar en paz a los "supuestos muertos" pero tu puedes tener novio. Vaya vaya.... creo que algo está flaqueando en tu aplastante lógica.<br />Paris: No somos novios.<br />Aure: ¿Puedo besarte en la mejilla?<br />Paris: Déjame en paz.<br />Aure: ¿Puede hacerlo Martin?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Eso es todavía más asqueroso....<br />Aure: Martin no le hagas caso, me consta tu éxito entre las mujeres...<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Esto es una pérdida de tiempo, disfruta con tu amigo disecado.<br />Aure: Lo mismo te digo con tu novio... "cerebro disecado".<br /><br />Paris Hilton le miró exhausta. Llegaba a confundirle el empecinamiento del muchacho. Quería simplemente no escuchar su siguiente frase, pero por alguna razón se veía obligada a hacerlo. Mejor volver a estudiar.<br /><br />Aure se sentó junto a Martin, contemplando con sorpresa como una tercera persona había estado observando todo desde el lugar que enfrentaba al de su inmóvil amigo. Una chica de cristalinos ojos verdes y mejillas regordetas les miraba divertida. Sus rizos se alborotaban con las pecas que poblaban su cara. Una cicatriz digna de un valeroso pirata cruzaba su frente.<br /><br />Corsaria de rizos divertidos y ojos preciosos: ¡Hola! Creo que voy a cambiarme a esta mesa!!<br /><br />Aure la observaba con descaro. No tenía el gracioso físico de Paris. Ni tampoco su fatal picardía en la mirada. Sin embargo, un punto de locura le hacía parecer extrañamente lúcida. Esto interesó mucho a los dos amigos, que centraron sus siguientes minutos en conocer a la joven.<br /><br />Aure: Hola, me llamo Aure y tengo una bicicleta.<br />Corsaria de rizos divertidos y ojos preciosos: ¡Una bicicleta!<br />Aure: Sí, una bicicleta.<br />Corsaria de rizos divertidos y ojos preciosos: Eso suena "súper".<br />Aure: De hecho, lo es.<br />Corsaria de rizos divertidos y ojos preciosos: Yo soy Sonia. Me gusta todo esto....<br /><br />1. Pasear por los puentes sin mirar lo altos que son.<br />2. Las aceitunas<br />3. La piel de los melocotones.<br />4. El calorcito de una manta recién lavada<br />5. El sonido de los autobuses que llegan a tiempo.<br />6. Los cuadros que se venden en tiendas que no venden cuadros<br />7. Hacer trampas en el parchís<br />8. Nueva York<br />9. El mercado por las mañanas<br />10. Discutir y reir con un taxista de mi barrio que tiene los ojos muy muy pequeñitos<br />11. El olor a limpio<br />12. Los violines<br />13. Cómo se me quedan las yemas de los dedos después de tocar el violín<br />14. Sonreir a los niños poniendo una cara muy extraña<br />15. Imaginar la vida de los demás<br />16. Las cosas viejas que huelen a nuevo<br />17. La arena de la playa que está húmeda cuando cavas<br />18. Los abuelos que juegan a las cartas y discuten<br />19. Los perros que dan vueltas como si fueran una croqueta<br />20. Pisar hojas secas en otoño<br /><br />-Ah!! Y si siento un gran estrés emocional sufro crisis de narcolepsia profunda!.....-<br /><br />Dicho lo cual sus ojos se vaciaron de brillo y su boca se entrecerró. El ritmo respiratorio cayó hasta pausarse lentamente. Sus músculos se relajaron, y la crisis terminó de instaurarse. Estaba dormida.<br />(....)<br /><br />Aure: Parece simpática eh Martin.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Opino lo mismo, quizás algo peculiar.... Pero, ¿quién no lo es?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Bien bien, pero tú eres la excepción que confirma la regla.<br />Sonia: Hola<br />Aure: ¡Vaya! Que pronto has despertado!<br />Sonia: ......<br />Aure: Vuelve a dormir..... interesante.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Voy a estudiar un rato amigos, luego nos vemos<br />Sonia: ......<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-88261702812460605172010-07-10T13:02:00.004+02:002010-07-14T02:29:55.179+02:00Martin (que no Martín), el estudiante disecado de biblioteca, día 1Martin fue disecado. Dicen que por una buena causa. Pero se dicen tantas cosas que llegas a dudar de lo que escuchas. arbitrariamente escogido al azar (es esto posible?) Martin fue secuestrado y secado para siempre con gesto pensativo. Boca entreabierta, intentando memorizar una lista de datos inútiles, y cabeza semiflexionada hacia los apuntes. Su mano derecha se alza de la mesa con el dedo índice perentorio. El pobre segundo metacarpiano apunta al cielo. Eternamente<br /><br />Día 1 (día 1 que se escribe sobre él, ya que Martin lleva mucho tiempo con nosotros, sólo que no lo sabemos.....)<br /><br />Un estudiante con un gorro rojo altanero sacado de una regata marítima, decide empezar su relación con el pobre chaval que siempre está solo en la penúltima mesa de la biblioteca municipal. Sabe que le conocen como Martin el constante. Y él necesita consejo para poder aferrarse a sus libros.<br /><br />Estudiante de gorro rojo: Hey Martin no tienes buen aspecto!<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Estudiante de gorro rojo: Ya... entiendo tío. Te está afectando más de lo normal tanto tiempo estudiando.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Estudiante de gorro rojo: Al menos eres tenaz macho<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Estudiante de gorro rojo: Bueno, mi nombre es Aureliano. Puedes llamarme Aure... no te molesto verdad¿?<br /><br />Entonces el destino quiso ser benévolo con nuestro recién descubierto Aure. La disecación a la que había sido sometido Martin no había seguido los canones Kurus, y cada 2 años sus vértebras se resquebrajaban ligeramente. Fue en aquel preciso instante cuando sucedió, dando a Aure la falsa impresión de que Martin negaba con el cuerpo. Henchido de ilusión, siguió hablando.<br /><br />Aure: ¡Cómo me alegra saberlo! No se .... qué consejo podrías darme para ser tan pertinaz como tú¿?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Supongo que permanecer imperturbable es lo que quieres transmitirme no?<br />Chica con coletas, sentada en el otro extremo de la mesa: Martin está muerto imbécil.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: ¿Perdona?<br />Chica con coletas, sentada esta vez al lado de Martin cerca de Aure: Te digo que está muerto. El otro día le estuve maquillando y ni se movió.<br />Aure:¿Martin es transexual?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Chica con coletas, ofuscada: ¿Eres imbécil o algo así?<br />Aure:¿Qué?<br />Chica con coletas: Quiero decir... no un imbécil en plan insulto. Sino disminuído psíquico.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Me llamo Aure, y tengo una bicicleta. ¿Cómo te llamas tu?<br />Chica con coletas: Paris Hilton. Es un nombre falso.<br />Aure: Encantado Paris. Te presento a Martin, es mi nuevo amigo.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Es adorable. Pero te lo repito. Está muerto.<br />Aure: Pruébalo. Te desafío a ello de hecho.<br /><br />La chica se levantó de la silla. Su incipiente madurez dejaba lugar a imaginar infinidad de bellas mujeres en las que se iba a convertir. Aure se perdió en este pensamiento sin advertir lo que siguió a continuación.<br /><br />Paris empujó a Martin, tirándolo al suelo. El rigor mortis que la disecación había esquivado estuvo cerca de hacerle partirse en dos. Por suerte quedaban algunas vértebras sanas. El cadáver continuaba tirado, con la misma postura que había adoptado antes de morir. Todos los presentes lo miraban sin alterarse en demasía. Adoraban a Martin.<br /><br />Chicon con gafas de John Lenon: ¿Te importa que vuelva a sentar a Martin? Es que me tapa un reflejo del sol que hace la cristalera con la manguera antiincendios.<br />Paris: Ah claro, perdona.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Chico con gafas de John Lenon: Me llamo Rex.<br />Aure: No nos importa. ¿A ti te importa Martin?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Deja de hablar a los muertos chaval.<br />Aure: Pero si le has empujado y ha vuelto a sentarse!<br />Rex (mirando a Paris): ¿Es algún tipo de disminuído?<br />Paris: No lo sé todavía.... Pero bueno.... oye no te conocía de nada... ¿vienes mucho por aquí?<br />Aure (imitando a Paris): Vienes mucho por aqui ñañaññaa.<br />Rex: Es posible.<br /><br />La bibliotecaria apuntó con su rifle de francotirador en la frente de Rex. El diminuto punto rojo bailaba en su frente, deseoso de desaparecer con una bala.<br /><br />Rex: Es cierto, molestamos. Oye encantado ....<br />Paris: Paris.<br />Aure: Leovigildo tercero de Prusia....y éste es Martinez primero de España.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Rex: ....... Bueno voy a seguir estudiando.... ¡Adios!<br />Paris: ¡Adios Rex!<br />Aure (de nuevo imitándola): ¡Adios Rex! ñañañaña<br />Paris: ¿Pero a ti qué te pasa?<br />Aure: Pregúntaselo a Rex, el romántico postmoderno de pequeñas gafas verdes.<br />Paris: Definitivamente no creo que seas un disminuído. Ahora empiezas a ser imbécil.<br />Aure: Oh si! soy imbécil, oh! que daño! mira como lloramos Martin y yo (se abrazó al chico disecado).<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Pues a mi me parece guapo. ¿No crees?<br />Aure: A mi me parece más guapo Martin.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: ¿Estás enamorado de él verdad? (había puesto cara de "S", algo confundida con su interlocutor).<br />Aure: Si fuera mujer lo estaría. Mírale, que brillo en sus ojos.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Eres raro.<br />Aure: Creo que no tanto como Rex. Oh Rex Rex que raro eres, te amo, cásate conmigo (volvía a imitarle).<br />Paris: ¡Cállate de una vez!<br />Aure: ¿Nos invitaréis a Martin y a mi a la boda? Martin quiere ir.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Paris: Mira me tengo que ir. Quizás te vea mañana.<br />Aure: Si si, vete a llorar por Rex.<br />Paris: Eres odioso.<br />Aure: Ñañaña.<br /><br />La chica se marchó con el gesto apretado, visiblemente enfadada. Su figura seguía enamorando a Aure, que la había subido a un pedestal del que jamás podría bajar. Una larga cabellera rubia recogida, sus caderas contoneándose entre la delgadez de sus omoplatos. La mochila sobre un sólo hombro. La última mirada que le dirigió cargada de malicia. Todo le gustaba de ella. Supuso que se trataba del principio del fin, así que decidió compartirlo con Martin.<br /><br />Aure: Cómo son las mujeres.....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Di que sí, es mejor ni prestarle atención.....<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Veo que tienes la táctica muy depurada amigo.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Bueno.... entonces no debo hacer nada¿?<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Hombre no voy a olvidarme de ella así como así.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Vale vale, veo que estás muy ocupado.... quzás debería seguir tu ejemplo y centrarme en lo importante......<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br />Aure: Bueno voy a seguir estudiando amigo, mucho ánimo y gracias.<br />Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).<br /><br /><br />Aure volvió a su sitio original contento de haber hecho un nuevo amigo, y algo confundido por lo que sentía hacia Paris. La chica iba a darle muchos dolores de cabeza. Estaba tan seguro de ello, como de que Martin no estaba muerto.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-1830491526477444792010-07-10T12:46:00.000+02:002010-07-10T12:49:00.985+02:00Archivos recuperados. 12 enero 2005. PERENNES DUDAS EXISTENCIALES EN LA BIBLIOTECA, de Enrike Karax CarabalDUDAS EXISTENCIALES DE UN SACO DE PATATAS<br /><span> weno esto era una borma....si si una borma (ahora de la nada sale un hombrecillo con traje chaqueta, que habla muy rápido y dice: Borma:"dícese del intento sin éxito de insinuar algo gracioso"...el hombrecillo da unas cuantas vueltecillas a nuestro alrededor...científicos de Harvard sostienen que lo hace en un intento desesperado de imitar la danza de cortejo de varias aves....y despues hace con la boca----->(metiéndose un dedo dentro y estirando de la mejilla) "Wop"!!, y desaparece)........uff....</span><div><wbr><span class="word_break"></span>......<br /><br />DUDAS EXISTENCIALES EN LA BIBLIOTECA<br /><br />1.¿Qué hago yo aqui?<br /><br />2.¿Hago yo que aqui?<br /><br /><span> 3.¿Yo que hago aquí?(Xq a este le he puesto acento....inkietante....ha</span><wbr><span class="word_break"></span>y que ver los secretos que guarda nuestro cerebro....)<br /><br />4.¿Aquí hago yo qué? (despues de decir esto en voz alta una persona del público se levanta, te da una bofetada, y se vuelve a sentar)<br /><br />5.¿Qué yo hago aquí?<br /><br />6.¿Aqui yo que hago?<br /><br /><span> Diossssssssssssss q alguien lo pareeeeeeeeeee mátenlo mátenlo!!!Es un círculo vicioso....(Ohhhh!! ha vuelto a salir el hombrecillo....que nos dirá ahora?....mira si lleva una trompeta!....en el culo....ejem...titirotiiii</span><wbr><span class="word_break"></span>iiiiiiiiiii (dios xq está sonando la trompeta¿?¿?mátenlo a él tb x favor!) mira va a hablar----->VICIOSO: "Dícese de aquel plantígrado al que se le han colocado pedales (los pedales solo pa joder) y se utiliza en las pruebas ciclistas" .....nueva danza de cortejo....joder es que si lo vierais, tan pequeñito....es nose....del tamaño de un títere...(titere els trastos....fin.....bufff)<br />Ale nueva danza de cortejo...y se va....taluego eh!)<br /><br />7.¿Xq hay personas que siempre están en la biblioteca?¿Y en la misma posición!!??¿Y con los mismo libros!!!?? Seguro que a los alumnos q repiten demasiados años los disecan y los ponen en la biblioteca para que los demás nos animemos a estudiar....<br /><br />8.Además si os fijais bien hay 3 tipos de utilitarios:<br /><br /><span> -El que tiene su parte de la mesa (eso si no es mesa individual...si es mesa individual pos os la imaginais mas larga y con gente sentada alrededor....si no podéis imaginaros esto simplemente no merece la pena que sigáis leyendo) como si fuera el escritorio(como joden los paréntesis tan largos eh! que tienes que volver a buscar lo primero que había escrito, y cuando lo encuentras y vuelves hacia donde estabas se te ha olvidado otra vez.....jjajajaja y acabo de crear otro!!!)de su casa....(recopilo:"El que tiene el escritorio como si fuera la mesa de su casa ---->Esto es lo que he escrito la primera vez y he decidido no borrarlo para que veais que incluso el caminante gris es cenutrio a mas no poder!!!...dios x donde iba¿?...os estaba hablando de las nutrias verdad? siemrpe lo hago es q les tengo muxo cariño....trantacatránn!!!</span><wbr><span class="word_break"></span>!Wop!!hombre mira qui ha vingut!! wenas hombrecito...vine vine bonico posat asi baix del meu peu...vine bonicoooooo....pam! ale a la merda......)Weno pos eso....el que tiene su parte de la mesa como si fuera el escritorio de su casa, todo desparramado por ahí....<br /><br /><span> -Aquel que tiene todo perfectamente colocado, todos los fluorescentes(fluorescente</span><wbr><span class="word_break"></span>s....xq se ha perdido la palabra fosforito¿? tanto asco nos daba¿?) alinedos como el paralelo de Grenwich,las hojas todas juntas en un montoncito del que no sale ninguna esquinita discordante, los bolis ordenados por frecuencia de uso y colores.....que además cuando pasas cerca de él y a lo mejor le rozas los folios con la mochila, o mueves alguno de sus bolis......pos las cagao...xq te mira asi como diciendo:"mmmmmmm M de muerte"....y tu:"mmmmmmmmm M de Me importa"<br /><br />-Y el mejor de todos...akel que no lleva nada....solo se sienta y se pone a charrar.....<br /><br />9.¿Y xq es tan incómodo salir y que pite la alarma?Todos se giran y se te quedan mirando.....muchas Ms de muerte. y un policia baja del tejado, y se tira por la ventana haciéndola añicos (o mesezicos lo q kerais), y te registra enloquecidamente, y despues al ver que no llevas nada se va por el pasillo (un paso muy pequeñito) gritando Uuu!!!uuuuuuuu!y agitando los brazos....<br /><br />10.¿Xq hay personas que entran y salen 15 veces en menos de media hora?Q pasa q la biblio se trata de una pasarela de modelos?¿?¿?<br /><br />11.¿Xq la peña se pone el movil en modo vibrador y lo deja encima de la mesa?Joder cuando hay una llamada de esas se registra actividad en el centro de sismografía de valencia, y se dan 2 o 3 casos de infarto de miocardio.....<br /><br />12.¿Xq hay librerias que no se abren?¿Xq las bibliotecarias nunca tienen a mano la llave de esas librerias?Q s guardan conjuros malévolos?Albums de fotos de cuando santiago segura era pequeño?(xq este icono¿?¿?)<br /><br />13.¿Xq cuando hablas no se te oye, xo cuando te pones a comer alguna bolsita de papas parece que se haga el vacio en la sala y solo se oiga : "crrriiiññiaakkk"(joder q dificil de escribir era el sonido)...<br /><br />14.¿Xq llevo solo 14 dudas y he escrito más que en ningún capítulo?<br /><br /><span> 15.¿Xq no pueden pasar 3 segundos seguidos sin q alguien tosa, estornude, estornine(pipiribiiiii___></span><wbr><span class="word_break"></span>Estornine:"Dícese del hecho de toser tirando un estornino por la boca...diosss....)o carraspée?Es un sonido continuo q al final cuando sales acabas exando de menos....snif...<br /><br />16.¿Xq siempre está el típico que a la mínima que hablas....SShhhhhhhhhh!!? luego tiras a decir algo y él Shhhhhh(espera que creo q le faltan mas eses) Sssshhhhhhhhh!!( asi mejor) y luego vas a respirar y erre q erre(jajajjaa q expresion olvidada mas útil!)Ssshhhh! y coges y le preguntas y el capullo te suelta :"es lo que tienen los pisos pekeños.....q se oye todo"<br /><br />17.¿Xq siempre hay obras en la calle que da a la ventana que no se puede cerrar?<br /><br />18.¿Xq siempre hay alguien que está continuamente mirando el vacio...haciendo como que intenta memorizar algo?Se ha demostrado que uno de los principales sitios de reunión de los asesinos en serie son las bibliotecas......"oiga deje de mirarme", "xdona pero estoy memorizando".......y q le dices¿?!!!....."oiga xdone xo para memorizar tambien es preciso que me haya robado el DNI, y que esté escribiendo una descripición mía en una hoja¿?", "si"........"ah pues xdon x la molestia", " no es nada trankilo"......<br /><br /><span> 19.¿Xq la gente hace ruiditos?tamborilea.....si</span><wbr><span class="word_break"></span>lba.....lee en voz baja.....se crujen los dedos..se suenan....vamos q dan ganas de meterles un metrónomo a todos y pedirles q por lo menos vayan al ritmo del tamborileo joder!!<br /><br /><span> 20.¿Xq se ocupa la mesa de biblioteca sin personas?O sea, la gente deja un libro y unas cuantas hojas de libreta con 2 o 3 bolis, y ale, sitio pa siempre.Es más, se comprobó experimentalmente (Massachusets-1986,.......</span><wbr><span class="word_break"></span><span>todo se comprueba en Massachusets)que si antes de abrir la biblioteca ponias una hoja de libreta por sitio, los estudiantes que entraban, seguian su "ley" a rajatabla(joder q asco de palabraaa!rajatabla...jeje</span><wbr><span class="word_break"></span><span>jejje)(wop!!rpirpirurpurur</span><wbr><span class="word_break"></span><span>ruriur_____>Rajatabla: "Dícese de aquella mujer q tiene la capacidad de hablar con el....ejem)y ninguno de ellos se sentaba en la biblioteca quedando esta vacia durante todo el dia.Aunq tb existe el personaje q se lo deja todo encima....."Xo Pepe ( x poner un nombre random) que haces dejando la mastercard encima de la mesa" "ahi q ingenuo q eres Juan(otro random)(random--->aleatori</span><wbr><span class="word_break"></span>o en inglés), si esto es una biblioteeeeca"(esto último dicho como lo diria H.Simpson).<br /><br />21¿Xq siempre existe una puerta entreabierta en la q pone "NO PASAR"? (mi teoría es que en ese habitáculo se tratan a los estudiantes en periodo de disecacion)...<br /><br />22.¿Xq cuando ves un libro que tienes que pillar nunca llevas la tarjeta universitaria?¿Y xq si vas a clase a x la tarjeta cuando vuelves ya no está el libro?Q pasa q siempre hay alguien en la biblioteca sentado en el pasillo(con gafas de sol y traje oscuro) que cuando sales a x la tarjeta entra y le dice a la bibliotecaria con tono serio..."qué libro¿?" y ella le señala uno con gesto serio tb (el libro q tu habias cogido antes), y el hombre se lo pone dentro de la chaqueta, y se va x el pasillo con un bulto enorme en el pecho.....sisi a q los habeis visto mas de una vez¿?<br /><br />23.¿Xq NUNCA funciona bien un reloj de biblioteca?<br /><br />24.¿Xq la fotocopiadora siempre se las ingenia xa q te sobre un céntimo?Ya puedes exarle tú 15 céntimos y ponerle que te haga 5 fotocopias, que ella te hará 4 y te dirá que si no pones un céntimo más no hace ni una......<br /><br />25.y x último......¿de donde viene ratón de biblioteca?¿XQ no buey de biblioteca?no calentemos a los ratones, ya q ya os avisé q todos los ratones de campo unidos bajo una misma bandera son muy peligrosos.......<br />Weno pos hasta aqui hemos llegado.....espero que se hayan reido una sola vez!!!<br /> </div>DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-65541917270844809352010-07-09T02:07:00.007+02:002010-07-14T02:30:10.542+02:00Buffon des Plantes, el niño con muelles por pies capítulo 1 de 10Esta es la historia de Buffon des Plantes, un niño francés que nació con muelles en lugar de pies. Todo fue un descuido, uno de los que te marcan. Ciertamente fue su culpa no advertir que su elección no se parecía en nada a la de los demás. Y bien se encargaban todos de recordárselo.<br /><br />"¡Compremos zapatillas a todos los pobres de París!" (entre los que él se encontraba), saltaba la gente de alegría y júbilo repartiendo zapatazos a diestro y siniestro. Deseaba su zapatazo en la cabeza más que nada en el mundo. Así que se golpeaba contra los zapatos de los desconocidos. Una actitud poco apreciada por los franceses. (una pena no vivir en Taipei, donde se considera muestra de inteligencia y potencia sexual).<br /><br />"¡Hagamos unas Olimpiadas ahora mismo!" - una mujer de bonitos codos se dejaba la voz rasgando las paredes con tanta tensión contenida.<br /><<¿Ahora?>> la pregunta unánime del vulgo.<br />"Ahora los cisnes están ovulando, el momento es perfecto" - contestaba siempre ella.<br />- Oh, eso es cierto .- un hombre con un monóculo y un mono en el culo se jactaba de su conocimiento estrogénico aviar. El mono no tanto.... pero también contribuía con extraños alaridos que solo incitaban a esclafarle la cabeza contra el delicado codo de la olimpista.<br />- Ah pero claro, tú no podras participar, ganarías en salto de altura y longitud.- no se si esto lo decía la mujer, el del monóculo, o el mono con sonidos guturales. Quizás lo dijeron entre los tres. Pero Buffon volvía a estar excluido.<br /><br />(fueron las mejores olimpiadas que se recuerdan)<br /><br />- ¿Y porqué no damos una paliza a todos aquellos que lleven muelles en los pies? - decían otros. Esto cerraba el cerco dramáticamente. Antorchas, mocasines y buen vino (que estamos en Francia), y mucho de persecución y poco de comprensión, siendo fieles a la realidad. Mal asunto.<br /><br />Así pues, Buffon des Plantes era un genuino desgraciado. No recordaba haber conseguido algo bonito en la vida, desde que las ofertas del desengrasante habían dejado de incluir un pequeño cacito para el detergente. Y creerme..... largo tiempo ha.<br />Su saltarina vida consitía en evitar ser puesto en evidencia, chocar su cabeza de tanto en tanto contra los pies de transeúntes anónimos, y muchos saltos. Salto, salto, salto, salto.....<br /><br />- ¡Pues no es tan malo! - se atrevió a decir una vez una especie de niño mongoloide, que acto seguido había ingerido un montón de tierra mientras clavaba sus dedos en sus propias cuencas oculares. (práctica también apreciada en Taipei, todo sea dicho)(Taipei... lugar extraño como pocos).<br /><br />- Yo tampoco lo creo... - pudo decirle Buffon a su moribundo único amigo protaiwan. - Pero no quieren aceptarme. De hecho, parecerme ha que lo hacen de forma deliberada (sí, usaba un lenguaje culto pero no era muy lúcido.... cosas de la serotonina hemos de imaginar). El otro día sin ir más lejos.... (el otro interlocutor agonizaba de placer, muriendo al haber llegado con precisión al hueso occipital desde su incursión primigenia frontotemporal).<br /><br />flashback 1<br /><br />Abuela grita. Gato en árbol. Buffon con el rostro desencajado de oportunismo acercándose. Triste desenlace. Stop. (el telegrama le ha salido por 16 palabras, a 3 aceitunas por palabra.... una botella de aceite virgen extra).<br /><br />-"¿Puueeedooooo ayudarla señoooooraaaa?" (todo esto en un francés nervioso y exaltado)<br />La anciana seguía gritando sin atenderle. La paleta de brillo primaveral que ardía en su corazón, se transformó en un bote de pintura negra sobre su cabeza al escucharla.<br /><br />- ¡Lo conseguiste! Lo lograsteeee!!!! Has subido a lo más alto de una conífera de dudosa procedencia austral!!! Tu <span style="font-weight: bold;">primera</span> conífera de dudosa procedencia austral <span style="font-style: italic;">colmillitos</span>!!!- el gato maullaba como un gilipollas, y por respeto al lector no lo reproduciremos.<br />- Maaauau maaaauuuhhh miaaahauajaaauaiiuuuuuuu (lo dicho, respeto al lector).<br />- Bueno supongo que no me necesitan.<br />- Piérdete imbécil.<br />- Sepa usted señora que lleva demasiada laca. (cuando sufres, al parecer sabes como hacer daño).<br /><br />El gato comepiñas observaba a su ama derrumbarse en la más absoluta miseria. El vínculo creado entre amo y mascota es algo respetado hasta por las hazañas épicas de la botánica. Así que el felino abandonó su odisea, lanzándose con las uñas extendidas hacia des Plantes.<br /><br />El tiempo se congeló, maldito preludio de la muerte.<br /><br />Buffon veía al gato gesticular, como lo haría un gato ardilla volador con exceso de cetona, seguro de alcanzar su objetivo. Lo único que estaba en su mano era minimizar daños, exponiendo su parte más resistente: los muelles. Error... fatal.<br /><br />La chispa surgida del contacto entre las afiladas garras y el metal fue suficiente para incendiar el cabello de la mujer, creando una explosión de magnitud adorable. (magnitud y adorable nunca habían estado juntas, permitidme la licencia). Murieron al instante. Miento, Buffon sufrió lo suficiente para que pudiera ser atendido por los servicios médicos de urgencias, pero claro... nadie lleva muelles de repuesto en una ambulancia, y por todos es sabido que cuando sacas el del bolígrafo lo puedes dar por perdido. Así que no, tampoco se podía hacer nada por él.<br /><br />Oh Sorpresa!! Buffon ha muerto. Bueno, supongo que todos lo esperábamos y deseábamos. Además, ávidos e inteligentes lectores... seguro encontrásteis el gazapo. (el niño que se suicida perforándose las cuencas oculares es imposible que llegue al occipital, a no ser que fuera un gran pianista, cosa que no se mencionó).<br /><br />Se trataba de una experiencia ante la muerte de Buffon des Plantes. (triste experiencia la que tienes antes de morir, que consiste en un pobre disminuido que traga tierra y juega con los sentimientos de la gran nación taiwanesa).<br /><br />Pero la biografía es cierta, y el flashback también (en lugar de ser el 1 es el 10).<br /><br />Intentaremos llegar al momento en el cual escogió mal sus pies.<br /><br />Un saludoDocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-84827916636883404792010-07-08T13:12:00.002+02:002010-07-08T13:20:37.776+02:00De vuelta!!!Bueno ya tenia ganas de estar de nuevo por aqui. Seré breve, porque tengo mucho trabajo por delante y no quiero extenderme en presentaciones, ya que lo que en este blog se escriba será más que suficiente para que sepáis como soy.<br /><br />Sólo hacer dos breves anotaciones.<br /><br />La primera es en referencia a lo que ya está escrito en este blog. He decidido no suprimirlo porque formar parte de él. Lo ayudaron a nacer al menos, y sería injusto darle carpetazo. Si bien es cierto que fueron textos que han salido de períodos en los cuales no me paré a pensar en lo dificil que es escribir, o lo pensé demasiado. Son una etapa del pasado, y espero que lo nuevo sea más sincero y refrescante. Todas han sido marcadas como "Archivo", y cuando sepa utilizar mejor el blog posiblemente consiga que estén todas en una carpeta y no aparezca desordenado. Por ahora quedaros con esa idea ;) .<br /><br />La segunda es que como sabéis (y si no os lo digo) tengo un par de novelas muy avanzadas (ojos verdes y el blues del poeta) (que por cierto bien poco tienen que ver con lo que está escrito aquí sobre ellas, ya que se trata de borradores muy muy "imberbes")... y antes usaba el blog para compartirlas de alguna manera. Esto me ha sido prohibido tajantemente XD, asi que me limitaré a pequeños relatos o situaciones cotidianas enfocadas desde mi prisma, que espero puedan aportar frescura al lector.<br /><br />Y poco más, que estoy abierto a todo tipo de opiniones como siempre, y que he de meterme en serio a remodelar el blog y su aspecto, pero no se me da demasiado bien esto de la informática (tendré que secuestrar a alguien =P).....<br /><br />Un saludo!!!! Im back!!DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-85700082679226886442009-03-29T13:52:00.003+02:002010-07-08T13:10:10.389+02:00Canon: capítulo 2 parte 3La rue Serpente se ríe de mi desgracia. Sus balcones aprietan sus barrotes contra mi cuerpo, cárcel de desesperación. Las fachadas desgastadas al fin ven algo de acción, obligando a sus dueños a levantar la vista de sus rutinas de soledad.<br /><br />El viejo veterano de guerra ladea un poco el cuello, semejando un cazador curioso. Su rostro está cargado de malicia. Los ojos entornados, la sonrisa partida, las pulsaciones demasiado tranquilas en sus sienes. Estoy en su territorio. Esto no debería haber sucedido tan pronto. Apoya una mano en mi hombro y soy incapaz de reaccionar. Siento como sus dedos se agarran como lo harían los de una rapaz sobre su presa. Experimento la seguridad de que no voy a escapar. Aterrado, contemplo como su cabeza se acerca hacia la mía. Paso a respirar el whiskey "Crown Royal", atmósfera de los olvidados. Finalmente susurra en mis oídos.<br /><br />- Sé quién eres... No tengas miedo, ya me han hablado de ti - el instinto de supervivencia se me dispara hacia la única escapatoria visible. Sonrío, jugando la carta con la que empecé la mano.<br />- Muestra más respeto entonces - mi voz suena demasiado ronca. Se cuela por las cicatrices de sus mil batallas, y rebota sarcásticamente hacia mi.<br />- Podría seguir cerrando mi mano hasta que no quedase nada que agarrar. - una sonrisa perdida acompaña su réplica - Mostraré respeto a quién sea merecedor de él. Y tiene un alto precio-<br /><br />La gente que anteriormente se había mostrado curiosa, parece comprender que no es bienvenida. La intimidad que nos había dado la reputación del capitán, comenzaba a asfixiarme. Al parecer conocía mi cometido. Eso me dejaba sin capacidad de reacción, de nuevo un títere roto sin escenario. Traté de replicar, aún a sabiendas de que sólo alargaba inútilmente mi patética existencia.<br /><br />- Dudo que usar la violencia conmigo te vaya a conseguir nada. Sólo soy un mensajero, y si pierdes el mensajero, adiós mensaje. - su rostro se separó finalmente de mis oídos. Como pude, busqué algo de aire puro en su breve retirada. Mientras inspiraba ávidamente, una mueca suya trabó mi fingida calma.<br />- No hay nada que escuchar. Dile a tu Jefe que se olvide de mí. Es mi única respuesta.- soltó mi hombro y algo extraño sucedió. Su mirada se perdió en algún lugar que yo no conocía. Los estragos de la vejez parecían asfixiarle de repente. Una pequeña tregua de contradicciones que me sacó de mi palidez aterrada. Reflexioné mientras observaba como el capitán intentaba marcharse de mi compañía inconscientemente.<br /><br />Si conocía al viejo alpha mi misión se convertía en un sin sentido. No tenía ninguna noción de que hubiera visitado nuestras instalaciones. Y por otra parte, jamás se me había informado de cualquier intención de contacto entre mis superiores y los sujetos de estudio. Era yo quién debía hacer las evaluaciones. Mi juicio era clave para la operación. La triste existencia en la que me habían encarcelado se descosía por las costuras.<br /><br />Buscaba replicar a su negativa. Querría tener más velocidad de pensamiento, estar a la altura; pero todo se desmoronaba. El viejo capitán se marchaba con la cabeza alta de nuevo. Su pose era un claro desafío a mi status en la organización. Y lo peor es que me sabía de antemano incapaz de enfrentarle.<br /><br />Me aferré a mi siguiente objetivo, intentando dar algo de sentido a mis pulsaciones. Jules podía ser una pieza que cambiara todo. Sabía que habría de investigar la declaración de Jaques, más adelante. Pero en mi situación, necesitaba algo con lo que volver a moverme por encima de sus miradas. El joven esquizofrénico se había convertido en mi salvación. Giré sobre mis pasos con la sensación de que todo estuviera orquestado para centrarme en el bibliotecario, y mi premura terminó desechando el hilo de mis pensamientos.<br /><br />Mientras me alejaba en la todavía joven mañana de París, una figura que no me había pasado desapercibida, seguía su curso en dirección opuesta a la mía. Demasiados interrogantes para una pieza tan sencilla como yo lo era. Volteé la cabeza siguiendo su trayectoria y ya había desaparecido. La única suerte que tenía, es que ya nada sería capaz de sorprenderme después de mis años de servicio a la organización. Años que al parecer, estaban llegando a su fin.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-2391973354244151542009-03-23T02:30:00.003+01:002010-07-08T13:10:10.390+02:00Canon: capítulo 2 parte 2Apuré la acera hasta encontrarme con el incesante tráfico de París. El boulevard Saint-Michel saltaba entre las vidas de los habitantes de la metrópoli, señalándoles un sin fín de direcciones a las que dirigirse. Yo hubiese preferido tomar cualquier otra que a la que mi destino me arrastraba.<br /><br />La ancha calzada había amanecido ruidosa, plagada de conductores demasiado distraídos con sus tribulaciones, como para reparar en aquello que yo sólo era capaz de observar. Unos metros más adelante se encontraba el capitán Jaques Rousseau, contemplando lo que le rodeaba con aparente indiferencia. La cafetería Lutece, las tiendas de ropa cara y los establecimientos de higiene corporal se encuadran ante él. Me escondo en un pequeño puesto de periódicos, al abrigo de las páginas que jamás tengo tiempo de leer, y le observo con el mismo detenimiento y precaución, que aquella luciérnaga que se acerca a la luz, aún a sabiendas de cual será su fin.<br /><br />El policía lleva su impoluto uniforme bien ceñido al excelente cuerpo de atleta que mantiene. Esta mañana ya debe haber hecho su visita matutina al gimnasio, pues parece respirar con una frecuencia de dos inspiraciones/minuto más elevada que su normalidad. La barba le ha crecido unos milímetros desde nuestro último encuentro, y su libreto de multas ha disminuido 3 cm de grosor. Unas pruebas sutiles que me lanzan hacia la evidencia de la que huyo. Sabe qué estoy aquí, está nervioso, y posiblemente descargue su frustración con las pesas y los conductores, hasta que vuelva a darme caza. A pesar de ello, sigo acercándome a la luz.<br /><br />Jaques Rousseau avanza lentamente hacia la Rue Serpente, visiblemente perdido en sus pensamientos. Gira la esquina y se introduce en la estrecha vía. Los muros blanco marfil y ocre de las fachadas coloniales, no son capaces de reflejar el temor que inspiran sus taimados pasos. Sigue con determinación hacia la Rue Hautefeuille, escapando de mi alcance. Compro un periódico y las letras lloran por mi falta de atención. Usando el periódico de parapeto, intento calibrar hasta que punto puedo seguir con mis paupérrimas anotaciones. Mientras tanto, el capitán ha desaparecido de mi vista. Acelero y el corazón vuelve a querer huir de mi pecho, como acostumbra ultimamente. Jacques está justo delante de mi. El puño cerrado y la sonrisa marcada en una mueca de victoria me arrebatan la respiración.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-40882257908418778472009-03-10T15:49:00.002+01:002010-07-08T13:10:10.391+02:00Canon: capítulo 2 parte 1<p class="MsoNormal">Siguen sin saber nada acerca de su identidad. Me levanto obsesionado con este pensamiento, como cada mañana en los últimos diez años. Tanto tiempo controlándoles, hace que llegues a familiarizarte más de lo necesario con ellos. He llegado a admirar como han afrontado sus vidas a pesar de todo. Y yo, sin embargo, no puedo ni compararme con sus excrementos. Quizás el desconocimiento del poder es lo que te permite saber utilizarlo. Me hundo en esta miseria, mientras el día vuelve a levantarse en París.<br /><br />Son las 9:30 AM del 23 de febrero de 2002. La era tecnológica se muestra orgullosa a cada paso que da, sin apreciar el trabajo que muchos realizamos en las sombras, para que pueda seguir avanzando. Un sol que odio más que a mi mismo se cuela por la sucia ventana, iluminando parcialmente la habitación. Nuestro tiempo siempre está con medias luces. Y así ha de ser, si queremos que la especie humana siga abusando de sí misma para avanzar. Con que unos pocos soportemos los remordimientos y la responsabilidad de esta decisión, los demás mortales podrán seguir jactándose de su maravilloso progreso.<br /><br />Trabajo para dos empresas farmacéuticas, una aeronáutica, tres multinacionales de la alimentación, dos petrolíferas, ocho gobiernos y una serie de inversores bastante influyentes en el orden económico global. Tiene gracia. Nadie conoce mi identidad, pero todos confían en mí. Saben que siempre seré fiel. No es un presentimiento, es una certeza; pues así fui diseñado y educado.<br /><br />Miro mi soledad en el espejo cargado de suciedad, que lucha por aguantarse en la pared opuesta a mí. Dudo bastante que pueda describirme como lo haría cualquier otra persona. Ya que no se si cumplo con ciertas reglas, <i>cánones</i> establecidos para entender lo que nos rodea. De todas formas, tengo aspecto de peligroso, cargado de thriller en la mirada, y una gabardina calada hasta el fin de la vista. Hace diez minutos que me levanté y ya estoy pensando en ponérmela. He de protegerme.<br /><br />Palpo los bolsillos distraído, esperando encontrar algo de valor. No alcanzo nada más que mi viejo diario con los perfiles psicológicos que conozco de memoria. Mi obsesión me hace volver a sacarlo. Releerlo hasta la extenuación. Sigo pensando que hay algo que no encaja, y reviso todas mis notas de nuevo. En 30 minutos tendré que anotar las impresiones del capitán Jacques Rousseau. En una hora y media visitaré a Jules De Giverny, y para terminar el día terminaré el resto de la jornada con mi Sandra Álvarez. </p> <p class="MsoNormal">Siempre la misma historia. Me siento tan vacío. Abro el diario para no seguir pensando, y el perfil de Jules aparece ante mí.</p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <div style="border-style: none none solid; border-color: -moz-use-text-color -moz-use-text-color windowtext; border-width: medium medium 1pt; padding: 0cm 0cm 1pt;"> <p class="MsoNormal" style="border: medium none ; padding: 0cm;">Jules de Giverny</p> </div> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">Varón nacido el 18 de Octubre de 1974 en Honfleur. Su padre, Joan de Giverny, se dedicaba al tráfico de mercancías en el pequeño puerto de su localidad. Su madre, Marie Mear, ocupa el cargo de bibliotecaria municipal. El sujeto nació sin ningún tipo de anormalidad física ni psíquica. Desarrollo psicomotor normal. Inteligencia acusada desde los primeros años de su vida.</p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">12 de Marzo de 1979: Joan de Giverny le propina una brutal paliza a su mujer embarazada. Ésta termina perdiendo a su segundo hijo, y se niega a mantener relaciones sexuales a partir de ese punto. Jules se refugia en sus libros para no tener que escuchar las continuas discusiones del seno de su familia. </p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">20 de Octubre de 1981: Dos días después de la celebración de su séptimo cumpleaños, Marie decide abandonar a su marido, llevándose a Jules con ella a la biblioteca. Joan de Giverny pierde totalmente la cabeza y comienza a usar las drogas con las que trafica, de forma mucho más acusada que lo hacía anteriormente.</p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">11 de Enero de 1984: Jules se ha convertido en un alumno brillante. No tiene ningún amigo aparte de sus amados libros. Parece no importarle. Su madre tampoco presta mucha atención a esta desviación asocial del muchacho, sobreprotegiéndole de forma enfermiza. La singular familia recibe de tanto en tanto las visitas de Joan, ebrio y cada vez más lejos de la realidad. La biblioteca se convierte en una fortaleza en la que refugiarse. </p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">14 de Abril de 1986: A las 22:45 de la noche, Marie es asesinada por su ex-marido. Éste arrastra su cuerpo por toda la biblioteca, por cada uno de los pasillos, buscando a su hijo. Finalmente se encuentra en un corredor donde el muchacho le tiende una emboscada. Las estanterías aplastan al hombre, dejándole tetrapléjico para toda la vida. Jules no vuelve a hablar con nadie desde ese momento. </p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">25 de Marzo de 1998: La biblioteca ha de cerrar por falta de fondos. Jules se ve obligado a comprar todos los libros de la misma, con una vieja herencia de la que aún se beneficia. Termina trasladándose a París, a un viejo apartamento que perteneció a sus abuelos maternos. Su aislamiento social se acentúa.</p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">30 de Enero de 2000: Consigue un trabajo como ayudante de bibliotecario en la Bibliotheque Nationale de France, en el que dura 4 meses. Ha de abandonarlo para ingresar en un centro psiquiátrico, por recomendación de su jefe. Nos es imposible hacernos con el informe psiquiátrico. </p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">17 de Noviembre de 2001: Jules salva a una anciana de ser atracada. </p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">18 de Noviembre de 2001: Jules resuelve el caso de un violador en serie, poniendo las pruebas a disposición de la gendarmerie. </p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">19 de Noviembre de 2001: Descubre una intrincada red de narcotraficantes que tenía lugar en Meaux, una localidad cercana a París.</p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal">20 de Noviembre de 2001: Me tiende una trampa de la que casi no consigo escapar. De pronto se ha vuelto mucho más inteligente. Sé que he de dejarle por un tiempo. Abandono París para perfeccionar mis métodos. </p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">Y un borrón termina este perfil, que se reemprende unos días atrás, cuando finalmente decidí volver a París. No he podido volver a anotar nada por la noche. Sigo sin confiar en poder enfrentarme a él. Abro el diario por la marca de Jacques, no me apetece pensar en Sandra. </p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <div style="border-style: none none solid; border-color: -moz-use-text-color -moz-use-text-color windowtext; border-width: medium medium 1pt; padding: 0cm 0cm 1pt;"> <p class="MsoNormal" style="border: medium none ; padding: 0cm; text-indent: 35.4pt;">Jacques Rousseau</p> </div> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="" lang="FR">Jacques Rousseau Beaussie, nacido el 12 de Mayo de 1968 en París. </span>Su padre, Jean-Baptiste Rousseau proviene de una línea de famosos militares franceses, descendientes de la corte de Napoleón. Muestra una obsesión evidente con la temática belicista. Su madre, Amélie Beaussie Delacroix proviene de un seño de artistas. Sus padres la abandonaron a principios de siglo, en uno de los talleres impresionistas. Pronto pasa a ser apodada Mesalina por sus actividades sexuales. </p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">Cierro el diario. Jacques me aburre sobremanera. Su historia no es más que un calco que la de cualquier soldado con delirios de grandeza. Empuñando un poder que no sabe ni cómo le han entregado, incapaz de controlarlo. Le odio. Posiblemente motivado por la relación esporádica que mantiene con Sandra. Es muy probable. Que traviesa fortuna, la que junta a las dos personas exactas entre dos millones. La única posibilidad de éxito para ellas era encontrarse. Esto lo complica todo mucho más. A Jules en solitario si que podría enfrentarme, pero si algún día deciden coordinarse, voy a requerir la ayuda de gente que no quisiera haber conocido jamás. Me frustro. Abro el diario de nuevo, y me encuentro con el fatídico 17 de Noviembre.</p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">17 de Noviembre de 2001: Jacques destroza el cráneo de un atracador con su propia mano.</p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">18 de Noviembre de 2001: Jacques lanza al río Sena, los cuerpos mutilados de cinco pederastas buscados por la policía.</p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">19 de Noviembre de 2001: Jacques me parte un brazo. Consigo escapar gracias a Sandra. La única vez que el destino parece haberme sonreído.</p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">20 de Noviembre de 2001: No puedo seguir detrás de él. Me entero por las noticias de que ha traicionado a varios de sus compañeros en una redada. Gracias a esta acción, cuatro de ellos mueren, y a cambio, una red terrorista es frustrada en sus planes de atentar contra la capital francesa y demás objetivos en Europa.<span style=""> </span>He de abandonar París. </p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">Y las anotaciones vuelven a retomarse unos días atrás, con apenas información de validez. Éste sujeto de estudio me asusta todavía más que Jules. Miro el reloj y compruebo alarmado como el tiempo se me ha echado encima. </p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">Me levanto de mala gana del sillón, paso por la cocina y me bebo un cartón de leche que anoche metí en la nevera. No tengo tiempo para mis adorados bizcochos. Hace mucho tiempo que no puedo saborear un dulce. </p> <p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p> Saboreo los pocos segundos que me quedan de seguridad, me enfundo en la gabardina y comienzo a bajar las escaleras. Pronto volveré a mirar a los ojos a mi destino.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-36496556567535817322009-03-10T02:06:00.006+01:002010-07-08T13:10:10.393+02:00Canon: Jacques capítulo 1Siempre me ha gustado leer cómics. Me crié con las peripecias de Superman, Batman, Spiderman, y demás atribuciones maravillosas que se pudieran sumar a un ser humano normal. Por lo que no ha de extrañar mi obsesión con convertirme en un superhombre.<br /><br />Nací en una familia rica de la Ille du France, junto a la catedral de Notre Dame. Mi padre murió en el desembarco de normandía, dejando en la arena sangrienta, la última huella de cordura que podría haber rescatado a su hijo. Mi madre era apodada Mesalina, por sus discutibles gustos sexuales, y por cómo hundía nuestra cuenta bancaria, a base de engordar su leyenda en los distintos Moulins y zonas recreativas nocturnas. Aún así, tuve dinero más que suficiente para montar mi propio gimnasio, rodeándome de las personas más experimentadas en la materia. Investigamos acerca de cómo mejorar el rendimiento del cuerpo humano desde una perspectiva poco saludable. Bastantes de mis compañeros sufrieron secuelas importantes, al ser usados como cobayas en tratamientos de potenciación muscular. Pasé demasiado tiempo con remordimientos y estupideces que me atormentaban. Terminó por convertirse en una obsesión, y acepté enrolarme en el ejército para olvidar por un tiempo el enfermizo cariz que todo estaba alcanzando.<br /><br />La guerra forjó mis valores. Estuve presente en el conflicto de la antigua yugoslavia, así como de voluntario en la guerra del Golfo. Contemplé atrocidades que no deberían haberse sumado jamás, a la falta de criterio con la que fui educado. Lo sé. Y gracias a ello sigo cuerdo, atrapando criminales y no degollando a los altos cargos políticos que tenga a mi alcance. Sin embargo, se me otorgó un poder que no soy capaz de controlar. Creo que tendré ocasión de poder relatar más adelante, cómo me torturaron durante más de un año sin descanso. La interminable lista de lesiones cerebrales que sufrí, y la abolición total del sentido de la compasión por mis semejantes. Me transformaron en el villano que siempre había leído con aversión en los cómics. Mi cuerpo, es capaz de sobrepasar sus límites cuando la mínima acción violenta se presenta ante mi. He llegado a romperme los dedos intentando atravesar el cráneo de un criminal con ellos mismos. Me encanta contar batallas. Pero no es el momento.<br /><br />Fumo un habano demasiado viejo como para que pueda ser dañino. La noche de París se esconde de mí, y los criminales menos habilidosos saben que terminarán con una pierna rota con suerte, y en una caja de madera con mucha de esta suerte. A nadie le gusta que le rompan las piernas más de una vez. Eso puedo asegurarlo.<br /><br />En cambio, esta vez puede que les deje recuperarse. Tengo la cabeza ocupada en el tipo escurridizo que ha estado espiándome últimamente. A mis 43 años, no puedo consentir que se juegue conmigo. Ya sea porque no tengo a nadie de valor que proteger, o porque me gustaría probar mi adormilado ingenio, todavía sigue con vida. Mañana en la ronda pensaré en ello.<br /><br />Por cierto, a la vuelta de la guerra me hice policía. La placa es una excusa, y a mi me encantan las excusas.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-80366596726931703512009-03-09T17:06:00.003+01:002010-07-08T13:10:10.393+02:00Canon: Jules capítulo 1Todos los libros que he leído tienen demasiado polvo sobre sus lomos. Me da miedo que alguno de sus personajes se enfade conmigo, si decido abrirlos de nuevo. La última vez que discutí con el capitán Nelson fue tan intensa, que terminé por lanzarle al fuego. No deberían hablarme, pero lo hacen. Saben que no deberían hacerlo. Jamás he creído ese propósito que dicen tener dispuesto para mí. Los psiquiatras ya se han cansado.<br /><br />Esta noche sin embargo, quizás me atreva a abrir alguno de ellos. Estaba pensando en compartir con Sherlock Holmes lo del extraño tipo de la gabardina. Esta mañana se pasó dos horas observando como conversaba con el Conde Drácula. Nunca me termina de gustar su conversación. Me da escalofríos. Y aún así, me sentía protegido ante la mirada más amenazadora de aquel hombre que se escondía de nosotros.<br /><br />Vivo en París, tengo 28 años y acostumbraba a leer un libro cada dos o tres días. Esto fue decreciendo, conforme mis queridos amigos de papel decidieron irrumpir en mi realidad. Al principio consiguieron atormentarme, inundando mi espacio vital con sus divagaciones, opiniones estúpidas, y órdenes en última instancia. Más tarde, aprendí a aprovechar sus momentos de lucidez en mi beneficio, intentando obviar los delirios que se empeñaban en provocarme. Pero caí demasiado tarde en la cuenta, de que conforme se hacían más presentes, más me costaba sacarlos de mi mente. Ahora mismo convivo con el Dr. Francis Geels, salido de un libro de Robert Cook; con el valeroso D'Artagnan, de mi idolatrado Dumas, y con la Lolita de Nabokov.<br /><br />Por el apartamento se pasea la adolescente provocando a mi pobre D'Artagnan. Un gascón no está acostumbrado a la poca decencia de nuestro tiempo. De todas formas ambos están algo apenados por la muerte de Nelson. Tuve que hacerlo. Dejarme en paz.<br /><br />El Dr. Geels parece entenderme mejor. Dice que va a estudiar a fondo mi caso como en el libro del que proviene. Que conseguirá alguna droga que me haga olvidarles a todos. Se apena siempre que llegamos a este punto. Yo finjo estarlo también.<br /><br />He de hablar con Sherlock. Me dirijo algo temeroso a la biblioteca. Un espectáculo digno de ser visto por quiénes no me comprenden se abre ante mis ojos. La luz se filtra por las vidrieras alumbrando con avidez toda la sala. Un piso de parquet, las estanterias color caoba, y muebles coloniales heredados de mis padres, sirven como marco para lo que se avecina. Doy dos pasos adelante y todo comienza a temblar.<br /><br />Los estantes se vacían nerviosos. Saben que voy a volver a visitarles. El polvo salta de un lado a otro mientras todo me da vueltas. Me arrodillo abrumado. La cabeza va a estallarme. Lloro sólo y todo termina. Levanto la vista y allí está con una mano tendida hacia mi. El hombre de gabardina que va a ayudarme a investigar a su semejante que ha estado acosándome. Le miro a los ojos, y mucho me temo que su intelecto y el del Dr. Geels chocarán a menudo. Vaya suerte.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2715303264814329897.post-76017979905496379572009-03-09T13:50:00.004+01:002010-07-08T13:10:10.394+02:00Canon : Sandra capítulo 1El hombre de la gabardina finalmente se ha marchado. Cada vez se me hace más dificil soportar su presencia. Desde el día que apareció, ha estado siguiendo mis pasos silenciosamente, intentando confundirse con el gentío que nos rodea.<br /><br />Son las 23:34 pm de la noche, y París está más bonito que nunca. Sus habitantes sonríen acordes a la luz acaramelada de sus farolas. La soledad que suelo experimentar en el trabajo está acercándose, por lo que aprovecho al máximo estos últimos instantes de compañía. Soy prostituta en un local de lujo del barrio latino. Nadie me obligó a hacerlo. No siento nada físico, ni el roce de la piel, ni los moratones que mis clientes me propinan, ni la brutalidad de sus abusos. No disfruto al contemplar las escenas dantescas que tan a menudo me obligan a realizar. Mi oficio es el menos grato de toda la ciudad, pero posiblemente el mejor pagado.<br /><br />Sigo el trayecto de la Rue de Charonne, yendo en dirección opuesta a los conductores. Adoro los contrastes de este lugar. Por un lado, la pobreza más hiriente se esfuerza en sacar limosna de sus humildes locales. Tenemos el "superette de Charonne", la tienda de televisores de ocasión, o el ultramarino de Pakistanís "Arc Chaud". Justo enfrente, burlándose de todos ellos, las sillas dispuestas al estilo parisino en las aceras escoltan a sus cafeterías de lujo. Llegada a la interesección con el Passage Josset, me dirijo hacia el mundo de riqueza al que algún día perteneceré. Es la hora de cambiarme de acera.<br /><br />Mientras subo los escalones de la casa del siglo XIX, voy pensando en lo qué tendrán esta noche preparado para mí. Quizás deba participar en alguna orgía de viejos empresarios, sudorosos de dinero. Tal vez me haya reservado de nuevo, el teniente de alcalde de la ciudad. O las dos cosas al mismo tiempo.<br /><br />En mi rutina insensible, se cuela otra vez el hombre de la gabardina. Intento recordar todas las ocasiones en las que le he visto últimamente, condenadamente puntual a mi querido día a día bañado por la luz del sol. Esto es lo que más me preocupa, que intenten arrebatarme mi propio país de las maravillas. En la noche, soy de cualquiera que tenga el suficiente dinero para pagarlo. Imagino que nadie tiene bastante para pagar lo que siento, cuando despierto cada mañana. Cuando recorro las calles con la brisa del viento del Sena cogiéndome de la mano. Imposible comprar lo que experimento al ver danzar en el aire el globo de helio, que todos los días compro, al hombre que perdió su boina en el divorcio del que siempre habla. Contemplar ese rojo artificial volar de un lado a otro es demasiado en juego para mí. Llego al rellano.<br /><br />La puerta siete me advierte que se terminó este mundo. Mi cabeza se marcha a dormir. Tengo mucho sueño, me obligo a recordar todo lo que he reflexionado en los últimos minutos, para contárselo al día siguiente a Jack. él seguro que lo entenderá. La puerta se abre. Buenas noches.DocKaraxhttp://www.blogger.com/profile/10915110584170265846noreply@blogger.com1