Aure se ajustó el gorro para darse un aire confidencial que sólo él apreciaba. De los cuatro chicos que esperaban a que se abrieran las puertas de la biblioteca, él era con mucho el más mediocre.
Veía al tipo alto de gafas cuadradas que se cuadraba con su cuadriculado cuadro de bicicleta, pose fingida de revista alternativa. También envidiaba los rizos de Jack O'Donnell, un Adonis sueco que aparentaba mucho más de 18 años. (realmente envidiaba las miradas que lanzaban las mujeres hacia él, pero no quería admitirlo)... Y por último estaba Rex.
El informático con el que compartía disputa por Paris parecía querer amargarle la existencia con pequeños actos, que podían pasar inadvertidos para los demás, pero que él claramente detectaba. Nada de enfrentamientos directos en los que batirse el cobre. Aquella sucia rata le mordía sin saberlo, apestándolo todo de soberbia y "guapismo".
Aure: Le odio. - dijo mientras observaba la nueva moto vespa que Rex lucía ante Paris.
Desconocido delgado: ..... - un joven más delgado que un suspiro, miraba de reojo a Aure deseando que se abriera la biblioteca.
Aure: Oh, soy Rex... Oh, mi moto si.... Oh que bonita es ....tanto como tú Paris....- volvía a burlarse en voz alta.
Desconocido delgado: ....... - se alejaba lentamente.
Aure: Me llamo Aure y tengo una bicicleta.- ...
Desconocido delgado: Bien -
Aure: ¿Y tú? -
Desconocido delgado: Volde.- ninguno de los dos se miraba.
Aure: Es un nombre falso, ¿verdad? - se ajustó la gorra perspicaz.
Volde: Oye chaval, ¿quieres algo? -
Aure: Es posible - un tono ridículamente teatral. Miraba con rendijas por ojos a su adversario.
Volde: Ya, bueno... pues suerte.-pisó un cigarrillo que había dejado de fumar al encontrarse con el bibliotecario. Una extraña mirada se había cruzado entre ambos.
Aure: Gracias, seguro que la tendré.- vio como se abrían las puertas y se le dibujo una sonrisa de impaciencia.- Oh! ¡Claro que la tendré! Si pudiera hablar con Martin ...-
Volde: ¿El disecado? -
Aure: No habla mucho, pero no es "un disecado". - Se adelantó como un gallo que busca mostrarse pavo real en un gallinero coreano. Orgulloso, torpe... y comunista.
La Biblioteca les recibió con sus libros cerrados, polvo saltarín y estudiantes puestos estratégicamente en las mesas para aparentar constante ambiente de trabajo. (Ya se dijo en su momento que Martin no era el único disecado, lo que ocurre que tenía muchísimo más carisma que los demás). Ventanas a medio abrir ayudaban a que el forzoso ambientador escapara de la ropa de los "cadáveres", renovando el ambiente.
La bibliotecaria, también conocida como Gertrudator, se había tomado unos días de baja para honrar a su biclicleta fallecida "Reina Sofía". En su lugar, un vaquero que había aparecido montado en su Harley Davidson, limpiaba con esmero las armas de fuego con las que Gertrudator mantenía a ralla a los estudiantes.
Se había presentado como Juan Carlos, el hombre tranquilo. Pues vale.
Aure: Woooooooh!! Martin!¿ ¿¡Que haces aquí?! - Aure gritó al oido del estudiante disecado, sorprendido al verle sentado en una mesa distinta......
Juan Carlos: Lo he cambiado yo. Estuve probándolos en distintos lugares. - dijo mientras apoyaba sus botas de tacón alto en la mesa principal.
Aure: ¡Pero Martin adoraba "aquel" sitio! ¿No es cierto?
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Juan Carlos: No parece quejarse.
Paris: Eso es porque está muerto. Hola Aure.
Al chico le piyó por sorpresa el saludo. Su bravuconería se diluyó con los ojos traviesos de la mujer, un tartamudeo de indefensión salió como un suspiro de sus labios.
Ella se marchó montada en el suspiro y asida del brazo de Rex. Maldito hijo de puta.
Aure: Es un bastardo.
JC (Juan Carlos): Estoy de acuerdo.- afilaba su perilla y sus ojos cetrinos seguían la misma dirección que los del muchacho. Ambos contemplaban con un falso sigilo a la pareja.
Aure: ¿Le conoces?
JC: Martin me ha hablado de él.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: También le odia.
JC: Lógico.
Y allí quedaron unos minutos, ni de pie ni sentados. Apollados casi el uno sobre el otro. Con el estudiante disecado en el centro, observando atentamente los movimientos del informático.
Sonia: ¡Aure! ¡He venido!- la joven rubia narcoléptica sonreía desde la puerta.
JC: ¿Quién es ella? - ninguno se había girado a mirar a la mujer.
Aure: Una amiga, se duerme cuando se excita.-
JC: Como mi mujer, pero cuando yo me excito.-
Aure: Quizás es contagioso.-
JC: Quizás.
Sonia: He venido hasta aqui, porque parece que hay algo muy importante... en el horizonte.- relataba sus acciones, intentando no sentirse sola.
Aure: No creas. Estamos intimidando al enemigo. Guerra fría.
JC: Yo es que estoy cómodo.
Sonia: ¡Hola Martin! ¡¿Qué haces en este nuevo sitio?!
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: Juan Carlos... ¿has cazado alguna vez un animal de gran tonelaje?- por primera vez dejaba de observar a Rex, para tomar conciencia de quienes le rodeaban. El bibliotecario también destensó el gesto, dando un pequeño paseo circular mientras pensaba la respuesta.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: ¿Estáis tramando algo chicos? ¿Puedo ayudar?
JC: No. Esto es muy peligroso.... - su rostro se volvió sombrío sin nada que pudiera indicarlo.
Aure: Entiendo....
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