miércoles, 14 de julio de 2010

Martin, el estudiante disecado de biblioteca, día 2 parte 2 de 2

La tarde avanzaba sumisa, siendo planchada por la pesadumbre de los horizontes que quieren acostarse a dormir temprano. Y hacía calor. Mucho calor. Aure decidió preguntarle a la bibliotecaria si había algún problema con el aire acondicionado.

Gertrudator: Lo hay.
Aure: .....
Gertrudator: ¿Algo más?
Aure: ¡Tengo una bicicleta!
Gertrudator: Yo tuve una. Se llamaba Reina Sofía. Un ariete maldito la destruyó esta mañana.
Aure: Lo vi.
Gertrudator: ¿Estás implicado?
Aure: ¿En qué?
Gertrudator: En la muerte de la Reina Sofía.
Aure: Me seduce la idea. Pero fue usted misma quien acabó con su vida.
Gertrudator: No pienso arreglar el aire. Por cierto.
Aure: ¿Por cierto...qué?
Gertrudator: La realeza sobre ruedas debe tratarse con respeto. Considero que no lo has mostrado, y no pienso ayudarte pues. Y, por cierto, ésto que te apunta la cabeza es una magnum parabellum del calibre 50. Ése es el "por cierto".
Aure: Siempre he sido un amante de las zonas tropicales.

Dicho lo cual abandonó al feroz intelecto de la bilibotecaria, que se conformaba con seguir puliendo las armas que coleccionaba en su estante más próximo. Se aproximó a Martin...

El estudiante seguía perenne echándole horas al estudio...pobre, ni siquiera se levantaba a beber, debería estar deshidratado.

Aure: ¿Quieres que te traiga algo de beber Martin?
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: Invito yo, tranquilo.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: No tienes buen aspecto, te la traeré igualmente.

Se marchó hacia el pasillo en busca de la botella que salvara de la muerte por golpe de calor a su compañero. Sonia llevaba un tiempo haciéndose la dormida, amante como era de las zarigüellas.
Aprovechó la ocasión.

Sonia: Yo no creo que estés muerto como dice la tonta de Paris.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: Quizás sufres lo mismo que yo... pero .... permanente.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: Me das pena.... y Aure también.... me gustaría ayudarle a que se concentrara con el estudio y al mismo tiempo dejara de preocuparse por ti.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: ¿A ti te parece guapo?
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: Eso pensaba....
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: Pues a mi un poco....
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: Aunque lo que más me gusta de él es como te cuida. Ojalá alguien lo hiciera conmigo.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).

Paris escuchaba todo desde la mesa de delante, al mismo tiempo que miraba como Rex trazaba planos que no aspiraba a poder comprender. Le admiraba en silencio. Un silencio que te aleja. Seguro. Se giró discreta.

Paris: Quizás si le demuestras que está muerto se fije en ti.
Sonia: ......
Paris: Sé que no estás durmiendo.
Sonia: ......
Paris: Oh por favor! No pienso girarme nunca más.

Sonia sonrió levemente.

Paris: ¡JA! Acabo de verte sonreir....
Sonia: No.
Paris: Y ahora has hablado!! Estás despierta Sonia....
Sonia: Soy sonámbula.
Paris: ......
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: .....
Rex: ¿Ocurre algo Nerea?
Paris (Nerea): Eh.. no. no... perdona no quería molestarte.
Rex: ¡No lo haces!.... ¿El muerto y la loca lo hacen?
Paris (Nerea): Que va que va.... jeje, puedes seguir estudiando tranquilo.
Aure: Ñañaña... tranquilo.

Aure acababa de llegar con diez botellas de 2 litros cargadas en una carretilla para los libros. Las fue distribuyendo alrededor de Martin, generando un perímetro de seguridad.

Aure: Así podrás hidratarte cuando lo desees amigo.
Sonia: ¿Puedo beber un poco?
Paris: Ves!! Estás despierta!!
Sonia: Ahora sí, acabo de hacerlo. ¿Ha ocurrido algo?
Aure: He estado hablando con un chico que tiene dos bicicletas. Yo tengo una bicicleta.
Sonia: Si!? Dos bicicletas!?! Qué suerte!! Quién es?¿

París se había girado hacia sus apuntes. No quería que en el primer día que estaba con Rex, su tiempo fuera ocupado por aquél par de locos... y el muerto. Lo que sucedió a continuación hay que relatarlo con detenimiento.

Rex suspiraba algo cansado de su nueva compañera. Esperaba el momento de salir fuera y poder besarla. Pensaba que sería una buena rutina hasta que su aburrimiento le llevara a otro lugar. Así que sí, suspiraba profundamente. Al tiempo, Paris se giraba hacia el sonido que había proferido Aure. Sus coletas volaban graciosas en el aire, ondulando de perfume afrutado el espacio que la rodeaba. Sonia miraba con los ojos muy abiertos al chico. Éste gritaba mientras esquivaba la bala de rigor de la bibliotecaria demandando silencio.

Aure: ¡Se está moviendo! ¡Martin va a decir algo!
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).

Pero sí, el brazo derecho con el dedo acusador perentorio estaba moviéndose hacia los apuntes. Paris no creía lo que veía. Nadie podía hacerlo. Incluso Rex y un par de estudiantes más miraban la escena con curiosidad. La magia se rompió cuando un joven con un enorme aparato dental salió de debajo de la mesa.

Joven con ortodoncia barroca: Le estaba moviendo yo, perdonad el susto.
Aure: Luis Eduardo!!!
Luis Eduardo: Hola Aure, tengo dos bicicletas.
Aure: Yo una. ¿Qué hacías con Martin...? Pobre.... estás bien compañero??
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Luis Eduardo: Está muerto.
Paris: Bien!
Luis Eduardo: De sed.
Paris: .....
Aure: Ya lo sé. ¿Crees que hay suficiente agua?
Luis Eduardo: Nunca hay suficiente de nada...
Paris: .....
Sonia: .....
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).

Aure y Luis Eduardo volvieron a la zona de las máquinas de refrescos. Parecían discutir acerca de sus limitados fondos. El chico de la ortodoncia sacó una tarjeta de crédito triunfal y salió a la calle corriendo. Aure volvía con una sonrisa de tranquilidad a su sitio en la mesa.

Aure: Qué buena gente....
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: ......
Paris: ¿Por?
Aure: Ha ido a sacar dinero al banco para comprar más botellas.
Paris: No entiendo nada.
Sonia: Es evidente que Martin tiene mucha sed, veo bien que traigan más agua....
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Paris: ¿Tú no estabas dormida?
Sonia: ......
Paris: Dios....
Aure: Paris, ponte a estudiar. Rex no parece muy contento. (Rex no había cambiado su postura en horas)
Paris: Rex no es un crío como tú, le da igual lo que yo haga.
Aure: Rex ñañaña.... yo haga.
Paris:...... te odio.

Y eso dolió. Nunca le dolía lo que Paris le decía porque sabía que terminarían juntos. Lo sabía o lo había decidido.... pero el resultado iba a ser el mismo. Y sin embargo, verla con un proyecto de electricista aprendiz de cortocircuito..... pues eso, podéis imaginarlo por vosotros mismos.

Llevaban más de media hora en silencio estudiando. El leve enfrentamiento había servido de excusa para darle algo de importancia a sus exámenes. Llegarían. Y vendrían armados. Así que hasta Sonia dejó de mirar al infinito, para meter el ceño en complicadas integrales. La fingida calma fue rota por Luis Eduardo.

Venía bailando salsa. No había música en el ambiente pero su cabeza era un campeonato de bailes de salón. Y no lo hacía mal.

Aure: Creo que Gloria Steffan viene a estudiar a esta biblioteca.
Sonia: Es Luis Eduardo.
Aure: Es posible.... ¿Tu qué opinas Martin?
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: Martín no lo tiene claro...
Sonia: Yo juraría que es Luis Eduardo.... pero me hacéis dudar los dos....
Paris: Oh, por favor, ¿Qué hace ese imbécil?....

Luis Eduardo había pasado por su lado con un movimiento de caderas algo exagerado. Llevaba en su mochilla un gran peso que no le permitía depurar sus pasos. Pero empeño le ponía, de eso no cabe duda.

Luis Eduardo: He comprado otras 15 botellas. Pero no quedaban de 2 litros y son de 50 cl ... espero que no os moleste. De hecho, yo vengo muy feliz por ello.
Aure: Pues no era Gloria Steffan Martin.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: jeje, no pasa nada Aure cualquiera puede equivocarse.
París: Así vas mal...
Rex: ¿Podéis callaros de una vez?
Estudiante de prolífica barba de la esquina: Si por favor.

Paris enrojeció y no volvió a separar la cabeza de sus libros. Rex iba a estar muy enfadado cuando salieran de la biblioteca. Vaya asco de primer día juntos. Aure contestó extendiendo con lentitud su dedo corazón hacia el chico de pequeñas gafas verdes. Luis Eduardo le imitó con las dos manos.... dramatizando la escena por supuesto. Sonia había terminado de distribuir los pequeños botellintes por la mesa. Apenas quedaba espacio para los libros.

Aure: Oh Sonia! Qué amable... si quieres luego te enseño mi bicicleta.
Luis Eduardo: Yo tengo dos.
Aure: Bien.
Sonia: Sii¿¿??
Luis Eduardo: Si, dos bicicletas hechas.... y derechas cuando acciono el caballete.
Sonia: ¿En serio que puedo ver tu bici Aure?
Aure: Bicicleta.
Sonia: Bicicleta si, eso....
Aure: ¡Claro!
Luis Eduardo: Bebe Martin!

Luis Eduardo vaciaba una de las botellas sobre la boca semiabierta de Martin, empapando su vieja sudadera y pantalones. Paris no pudo evitar pensar que le terminaría saliendo un hongo al muerto.

Aure: ¡Qué haces!
Luis Eduardo: Salvar su vida.
Aure: Ah bueno....
Luis Eduardo: Bueno.... (miró a su alrededor y las más de 20 botellas que habían sobre la mesa).... mi misión aquí ha terminado, he de irme a estudiar.... ¿Nos veremos mañana compañero?
Aure: Por supuesto.
Sonia: Adiós Luis Eduardo.
Luis Eduardo: ¡Adios Martin!
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: No pienses que es maleducado, sólo es tímido.
Luis Eduardo: ¡No lo pensaba!

Se marchó a ritmo de un tango mental esta vez. Exagerados pasos y los brazos extendidos. Un tipo pecualiar.

Sonia: ¿Cómo es tu bici?
Aure: Protestante.
Sonia: ¿Cómo?
Aure: Pertenece al movimiento religioso-político-social iniciado a principios del siglo XVI con el objeto de reformar la Iglesia católica, y que provocó la fractura de la unidad religiosa europea.
Sonia: Qué interesante....
Aure: Pero bueno... también es como una BH.
Sonia: ¿Cómo es una BH?
Aure: Como una BH...
Sonia: Ah.....

Sus graciosos rizos no parecían ser suficientes para Aure. Unos ojos de verde cristalino, semejaban la inmensa tristeza que puede caber en un océano. Bajó la vista hacia las matemáticas.

Aure: Bueno Martin, espero que puedas hidratarte.... si tienes algún problema me avisas, estaré aquí a tu lado...
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: Creo que te gustará mi bicicleta Sonia.
Sonia: Yo también lo creo!!!
Aure: Es una BH luterana.
Sonia: .....
Aure: ¿Duermes?
Sonia: ......
Aure: Bueno, voy a seguir estudiando pues. Ya sabes Martin, aqui para lo que necesites amigo.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).

Y allí quedaron sobre sus libros sus delicadas mentes.... entrópico imaginario colectivo.

Rex intentaba memorizar un circuito que sólo podía comprenderse con creatividad. Paris se avergonzaba de sí misma, aún sin saber muy bien el porqué lo hacía. Aure comprobaba que Martin estaba en perfectas condiciones, mientras estudiaba sus esquemas. Y Sonia.... Sonia dormía feliz.... soñando que daba el mejor paseo en bicicleta de su vida.

Todo ello distorsionado por las 25 botellas de agua que había sobre la mesa. Con el calor puesto contra las cuerdas, los reflejos de la luz que se colaba por la ventana, y se disparaban por cada botellín a modo de prisma, llenaron de arcoiris el techo de la biblioteca.... era una pena que todos tuvieran su cabeza sobre sus libros y no pudieran verlos....

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