El halo de misterio que Juan Carlos había conseguido darse con sus declaraciones parecía envolver sus pasos. Un andar nervioso y taimado. Una mezcla de irrealidad y representación barata, que se enjaulaba en 2 metros cuadrados de vieja biblioteca.
Aure esperaba una nueva declaración con solemnidad, observando al bibliotecario al que repentinamente admiraba muchísimo. Sonia se encuadraba en una esquina de la escena, intentando formar parte de ella. Martin estaba a lo suyo.
JC: ¿¡Qué debo hacer!? - se lanzó de rodillas al suelo, mordiendo su puño cerrado con resignación.
Los estudiantes, que habían conseguido acostumbrarse a estudiar con unos pocos cadáveres disecados, ya no se sorprendían por nada. Como mucho alguno pedía un poco de silencio. Que allí se iba a estudiar. Rancios.
Aure: No se que decirte compañero.... es una dificil decisión.....- seguía observándole con respeto a una distancia prudencial. Juan Carlos se ajustaba su chupa con chorreras, volviendo a recuperar la verticalidad, y con ella; la dignidad.
JC: Es posible que debamos rendirnos. Es demasiado para nosotros.- su mano amiga se acercaba al hombro del chico.
Sonia: ¿De qué habláis?
Aure: De Rex.
Sonia: ¿Qué le pasa a Rex?
JC: ¿Que "qué le pasa a Rex"? ...- pausa pintada de anestesia.- Mira chiquilla, quizás no lo sepas, pero ése chico es pura basura.-
Aure: Si ya me lo dijo Martin....-
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Sonia: Si lo dicen Aure y Martin.....-
JC: Ingenua....- resopló hartándose de tener que escuchar un razonamiento que a su parecer no podía ser más trivial.
Un ruido metálico sacó al grupo de su particular fórum. Varios chasquidos precedían al dueño de la ortodoncia más barroca que jamás se había fabricado. El chico miraba a Aure con admiración.
Aure: ¡Luis Eduardo!
Luis Eduardo: ¡Hola amigo! ¡Tengo dos bicicletas!
Aure: ¡Lo sé! Yo tengo una.
Luis Eduardo: Que bien.
Sonia: Hola Luis!
JC: ¿Quién se supone que eres?
El chico le sonrió ampliamente, mostrando algún retazo de diente entre la alambrada que le corregía su dentadura. Llevaba una sudadera tres tallas mayor que la que le correspondía. Un gracioso guiño a Snoopy.
Luis Eduardo: Soy un estudiante de .... - paró de golpe aturdido.- ¡No me acuerdo!-
Aure: ¡Es verdad! No nos dijiste que estudias Luis Eduardo.- se quedó pensativo, buscando entre sus recuerdos.
Luis Eduardo: Pero tengo dos bicicletas....- se justificaba como podía, visiblemente avergonzado.
Aure: Eso es cierto.
Sonia: Si.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
JC: ¡Ahá! ...!!! Lo sabia, sabia que no eras de fiar.- apoyó sus manos sobre la mesa, acercando su pelo de vaquero hacia el pobre muchacho. - Dime, supuesto Luis Eduardo.... ¿has estado alguna vez en Irkutsk?.- una media sonrisa se dibujaba en el bibliotecario.
Luis Eduardo: ¿Irt..qué?
JC: Kutsk, Irkutsk. - se pavoneaba ante los jóvenes.- Sabes perfectamente de qué estoy hablando... ¡Conrado!.- su dedo acusador se apoyó en la frente del chico.
Aure: ¿Con... qué?
Sonia: Rado. Con Rado.
Aure: Ah.
Luis Eduardo: No entiendo a este hombre, Aure. - unas pequeñas gotas de sudor resbalaban por su cara.
Aure: Tiene una moto.
Luis Eduardo: Yo dos bicicletas.
Aure: ¡Si! ¡Qué suerte!.- sonreía mirando hacia el infinito.
JC: Muy bien Conrado, veo que conservas tus dotes de camuflaje intactos.
Luis Eduardo: Pues supongo, porque ni yo mismo sabía que era Conrado.
JC: Muy típico de él.
Aure: Si. Como Martin, ÉL es un gran espía también.- miró con orgullo hacia su amigo disecado.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Luis Eduardo: Martin es el mejor.
JC: ¡Eso es Conrado! - aplaudía lentamente, exagerando cada palmada. Finalmente ambas manos quedaron entrelazadas, ocultando una sonrisa maliciosa.- Martin nos ayudará a terminar con Rex.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Aure: ¡Oh!
Sonia:.... Oh!... Esto.... ¿por qué queréis acabar con Rex?.- suplicaba la atención del chico del gorro rojo, que apenas si notaba su presencia.
Aure: Porque es un bastardo.
JC: Sin duda.
Sonia: No lo entiendo....
Aure: ¡¿No ves lo que está haciendo con Paris?!
Sonia: ¿El qué?
Aure: ¡La está besuqueando! ¡No la deja estudiar!
JC: Sucia rata....
Sonia: Creo que estás celoso.- no pensaba que le dolería tanto decir aquello. Su corazón se marchó sin avisar.
Aure: Tú no lo entenderías.
Sonia: ....
Luis Eduardo: Sonia, ¿Quieres un abrazo?
JC: Marica.
Aure: ¿Sonia quiere un abrazo?
Sonia: ......
Luis Eduardo abrazó a la joven, mientras esta caía en un profundo sueño al no poder soportar la tensión a la que la estaban sometiendo.
JC: Conrado, deja a la mujer resolver sus problemas por su cuenta.
Luis Eduardo: Ya... pero he pensado que como no tiene dos bicicletas puede que esté triste.
Aure: ¡Oh! No había pensado en ello....
JC: ¡Centraros por favor! En tiempos de guerra hay que establecer prioridades.
Aure miraba con lástima a Sonia, que dormía plácidamente sentada al lado de Martin. La muchacha era tan bonita como Paris... o incluso más. ¿Por qué pensaba tanto en París? ¿Qué se supone que debían hacer con Rex?
Luis Eduardo: Tengo que ponerme a estudiar.
JC: Bien jugado Conrado, pero necesitamos tus habilidades en expresión corporal para llevar a cabo la misión.
Luis Eduardo: ¿Tengo habilidades?
JC: ¡Pues claro!- resoplaba.
Aure: ¡Y dos bicicletas!
Luis Eduardo: ¡Es verdad! ¡Qué guay!
Aure: ¡Sí!
JC: Martin, necesito que al menos tú estés atento, ya que tu parte será la más dificil.
Martin: (gesto pensativo y compungido, una larga lista que memorizar por delante).
Los cuatro compañeros hicieron un pequeño corro, trazando un plan que ninguno entendía, pero que pronto iba a tener un gran impacto en la vida de todos los presentes aquella tarde en la biblioteca municipal.....
1 comentario:
Hola!
si quieres ponerte en contacto conmigo puedes hacerlo en el mail alediss@gmail.com
Gracias!
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